¿Por qué estos cinco lugares de Canarias son tan importantes para la memoria democrática?

Estos fueron los principales acontecimientos ocurridos durante la dictadura franquista en los puntos de las Islas que el ministro canario Ángel Víctor Torres quiere dignificar como lugares de la memoria

Obras de rehabilitación del Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, uno de los espacios propuestos por el Gobierno central como lugar de la memoria.

Obras de rehabilitación del Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, uno de los espacios propuestos por el Gobierno central como lugar de la memoria. / Andrés Gutiérrez

Daniel Millet

Daniel Millet

Santa Cruz de Tenerife

El rifirrafe epistolar de esta semana entre el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre la memoria histórica y cómo abordar el pasado de la represión franquista ha servido para conocer los planes del líder de los socialistas canarios para las Islas sobre la dignificación de los espacios que jugaron un papel simbólico durante la dictadura.

Con la discusión de fondo sobre si la Real Casa de Correos, actual sede de la Comunidad de Madrid y que acogiera a la policía política de Franco, debe ser nombrada Lugar de la Memoria Democrática e Histórica -Torres lo propone por haber acogido torturas y Ayuso lo rechaza porque «el pueblo de Madrid la asocia con la libertad y la concordia"-, el ministro aprovechó para recoger el guante de la presidenta madrileña y enumerar los cincos espacios de las Islas que pretende dignificar con esta figura.

El Lugar de la Memoria Democrática e Histórica es una figura creada por el Ministerio de Ángel Víctor Torres para señalar aquellos lugares que fueron emblemáticos durante el franquismo y realzarlos como ejemplos de lo que nunca debe ocurrir. Se basa en crear un catálogo de estos emplazamientos y colocar en ellos una placa que recuerde los horrores que allí se produjeron. Es un reconocimiento que va en paralelo a otros que deciden las comunidades autónomos y los ayuntamientos sobre el pasado franquista.

Según la web del Ministerio que dirige Torres, Lugar de Memoria Democrática es "aquel espacio, inmueble, paraje o patrimonio cultural inmaterial o intangible en el que se han desarrollado hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades, la memoria de las mujeres, así como con la represión y violencia sobre la población como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la guerra, la dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos".

El artículo 51 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, establece la creación del Inventario Estatal de Lugares de Memoria Democrática como "instrumento de publicidad y conocimiento de los mismos".

Por ahora, llevan esta catalogación 18 espacios repartidos por el país, aunque la mayoría están en Andalucía. Ninguno de ellos se encuentra en Canarias. A pesar de que no hubo guerra civil, las Islas tienen un gran simbolismo en la historia de la dictadura franquista pues conforman la región en la que comenzó la sublevación militar el 17 de julio de 1936, al ser Francisco Franco en ese momento capitán general de Canarias y tener su sede en la Capitanía General de Canarias de Santa Cruz de Tenerife.

Entre esos espacios destacan el Panteón de España (en Madrid, antes llamado Panteón de los Hombres Ilustres), el Valle de Cuelgamuros (también en Madrid, antes denominado Valle de los Caídos), el espacio urbano de Guernica-Lumo (Vuzcaya), el Monumento a los Mártires de la Libertad (Almería), la Cruz de Torrijos (Málaga), la Plaza de los Mártires (Sevilla), el Monumento a la Constitución de 1812 (Cádiz) o el Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca).

Los puntos de Canarias que están en la órbita de Torres son cinco, según anunció el ministro canario en la carta de respuesta a Isabel Díaz Ayuso: dos que el Ministerio ya tenía previstos, la Colonía Agrícola de Tefía (Fuerteventura) y el Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, y otros tres que propuso la propia Ayuso en su misiva y que Torres también baraja como lugares de la memoria, la sede del Parlamento de Canarias (Santa Cruz de Tenerife) y los aeropuertos de Gando (Gran Canaria) y Los Rodeos (Tenerife).

¿Qué ocurrió en estos cinco espacios para que tengan tanta importancia histórica? ¿Qué horrores albergaron que justifican que se recuerden para que nada de lo que allí ocurrió se vuelva a repetir? ¿Qué aparecería en las placas si finalmente el ministro Torres lleva adelante sus planes? Estos son los hechos ocurridos en la dictadura según los historiadores de los futuribles lugares de la memoria histórica en el Archipiélago.

Presos de la Colonia Agrícola de Tefía durante una misa.

Presos de la Colonia Agrícola de Tefía durante una misa. / E. D.

Colonía Agrícola de Tefía

De los cinco lugares propuestos por Ángel Víctor Torres, es el que más atención mediática ha recibido en los últimos años, sobre todo después del estreno en 2023 de la seria Las noches de Tefía, una producción creada por Miguel del Arco para la plataforma Atresplayer.

Esta ficción histórica está ambientada en la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, un campo de concentración franquista para vagabundos, disidentes, presos comunes y homosexuales en la isla de Fuerteventura. La serie está inspirada en otras obras que abordan los horrores de este complejo en pleno desierto majorero, como la novela Viaje al centro de la infamia, del escritor Miguel Ángel Sosa Machín.

Ubicada en el municipio capitalino de Puerto del Rosario, fueron una de las instalaciones abiertas en aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes. Permaneció activo entre 1954 y 1966 y en él se recluyó a entre 300 y 350 personas tras ser declarados en “estado peligroso” por encontrarse incluidos en las categorías de vagos y maleantes, es decir, como aseguraba aquella ley, vagos habituales, rufianes, proxenetas, mendigos profesionales, alcohólicos, toxicómanos habituales, gays y lesbianas.

Las instalaciones donde se ubicó la colonia agrícola habían sido un aeropuerto que en ese momento se encontraba abandonado. Según la descripción de este centro con nombre tan eufemístico del Gobierno de Canarias, la relevancia de Tefía guarda especial relación con "la historia de la disidencia sexual y de género de Canarias", que viene dada sobre todo por los testimonios de dos presos homosexuales: Juan Curbelo Oramas y Octavio García Hernández.

Las investigaciones del historiador y escritor Miguel Ángel Sosa en los expedientes del Juzgado de Vagos y Maleantes de Las Palmas de Gran Canaria le permitieron obtener, según la información del Ejecutivo regional, los testimonios de ambos expresos sociales y sacar a la luz las duras condiciones que tuvieron que sufrir durante su cautiverio en la colonia agrícola y que Sosa plasmó en la mencionada novela Viaje al centro de la infamia.

Los presos de Tefía padecieron unas condiciones que, según sus propios testimonios, eran cercanas a las de los campos de concentración alemanes de la Segunda Guerra Mundial: trabajos forzados, humillaciones, malos tratos físicos y hambre. “Se reían de mí, me pegaban y me hacían trabajar con pico y pala (…), ha rememorado Juan Curbelo. "Nos daban piñas y palos a todos; en la hora de la siesta nos hacían levantar para picar piedra y además pasábamos mucho hambre”.

Ángel Víctor Torres y José Manuel Bermúdez, entre otras autoridades, frente a la fachada del Templo Masónico de Santa Cruz.

Ángel Víctor Torres y José Manuel Bermúdez, entre otras autoridades, frente a la fachada del Templo Masónico de Santa Cruz. / Andrés Gutiérrez

Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife

Fue uno de los primeros edificios que tomaron los golpistas en la sublevación militar del 17 de julio de 1936, que estalló precisamente en Canarias. El Templo Masónico de la calle San Lucas, en Santa Cruz de Tenerife, ya fue declarado el año pasado Monumento a la Memoria Histórica por el Gobierno de Canarias.

Terminado de construir en 1923 por la Logia Añaza, simboliza la dura y violenta represión que sufrieron de forma especial los masones durante el franquismo. Más como profesor de Historia que como ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el socialista Ángel Víctor Torres visitó el 4 de septiembre del año pasado las obras de rehabilitación que se ejecutan en este momento en el inmueble y que afrontan su fase final.

Aquel día, a las puertas de esta centenaria joya arquitectónica de Santa Cruz, Ángel Víctor Torres presentó el inmueble como "un monumento a la libertad y los derechos ganados con la democracia" y que dejan atrás medio siglo de dictadura, «cuando no existía ni el divorcio, una mujer no podía abrir una cuenta bancaria, no se admitía al matrimonio homosexual, la relación homosexual era perseguida –incluso eran recluidos en centros de trabajo como el de Tefía–".

El Templo Masónico representa la saña con la que los franquistas y sus acólitos se emplearon para perseguir todo aquello que tuviera que ver con la masonería, que veían como una surte de aquelarre de intelectuales rojos que suponían una grave amenaza para la nación que soñaban los fascistas.

La intención de Torres de dignificar este inmueble se ha topado con la oposición de otro destacado político. En este caso no es Ayuso; es el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez. Este viernes 1 de marzo le recordó al ministro canario que la titularidad del Templo Masónico es «municipal», por lo que el Ayuntamiento que preside es «la única administración con potestad para tomar decisiones sobre el edificio».

Colocación de la placa en 2019 en el patio del Parlamento de Canarias en recuerdo de quienes fueron sentenciados a muerte durante la Guerra Civil en ese mismo inmueble.

Colocación de la placa en 2019 en el patio del Parlamento de Canarias en recuerdo de quienes fueron sentenciados a muerte durante la Guerra Civil en ese mismo inmueble. / E. D.

Sede del Parlamento de Canarias

De todos los espacios que el Ministerio de Torres estudia nombrar Lugar de la Memoria Democrática, la significación de la sede del Parlamento de Canarias durante el franquismo es la menos conocida. Según el trabajo ¿Hubo Guerra Civil en Canarias?, de Ramiro Rivas García, este inmueble que hoy acoge la actividad legislativa de los diputados canarios era en 1936, cuando estalla la sublevación militar, la sede de la Mancomunidad, una entidad que había sido creada en 1921 para desarrollar la división política de Canarias en dos provincias.

En el salón de actos de la Mancomunidad, que luego fue conservatorio y donde hoy votan los diputados, se celebraron los consejos de guerra contra los militares que se opusieron a la sublevación. Muy cerca de allí había estallado el golpe contra la República el 17 de julio de 1936, en la Capitanía General de Canarias, liderada entonces por Franco.

Según Ramiro Rivas, la conjura militar liderada por Franco "comienza a ser descubierta por varias delaciones y ante la envergadura de la misma y el peligroso cariz de lo que podía pasar si se activaba, la jerarquía militar actúa con suma rapidez ya que los principales conjurados van a ser detenidos a finales del mes de mayo de 1937, entre el 28 y el 30 de este mes".

"Los implicados más significados son conducidos ante el pertinente Consejo de Guerra Sumarísimo que se reúne en el salón de actos de la Mancomunidad (en la actual sede y Salón de Plenos del Parlamento de Canarias) el día 28 de junio, en la que se juzga en procedimiento sumarísimo, causa 191/37, acusados del delito de rebelión o de adhesión a la rebelión a los principales implicados, acusando de que la conspiración está dirigida por los cabos de Infantería Adelmo Vargas Pérez, de 25 años de edad, soltero y natural de Santa Cruz de La Palma y por Eduardo Almenara Zuppo, también de 25 años, casado y natural de la capital de Tenerife, además están implicados, en esta causa, cinco soldados de Infantería, tres naturales de Arico (Tenerife) y 2 de Santa Cruz de La Palma".

El autor apunta asimismo que en el salón de actos de la Mancomunidad tiene lugar el 28 de agosto de 1937 un nuevo Consejo de Guerra contra otros implicados en la Conspiración de Mayo. "Se trata de la causa 173/37, en la que aparecen implicados un cabo de Infantería y cuatro soldados artilleros, a los que se acusa de un delito de rebelión militar. Son los primeros detenidos ya que ingresan en prisión el 28 de abril y se imputa al cabo del regimiento de Infantería Tenerife nº 38, Genaro Rodríguez Martín, de reunirse en el cuartel de Almeyda, sede del Grupo Mixto de Artillería con los otros implicados". Hubo varios consejos de guerra más posteriores en los que se dictaron penas de cárcel o de muerte.

En marzo de 2019, con la socialista Carolina Darias como presidenta del Parlamento de Canarias, se colocó una placa en el patio del edificio que recuerda esos consejos de guerra en los que se dictaron condenas a muerte por defender la libertad y la democracia durante la represión franquista.

Darias no pudo precisar cuántas personas fueron asesinadas por defender sus ideas -ningún estudio lo ha logrado determinar con exactitud-, si bien señaló aquel día que la instalación de esta placa era "un deber ético y moral" cuyo objetivo es rendir homenaje a las víctimas.

Jesús Pérez, sobrino nieto de Modesto Carballo, uno de los juzgados en un consejo de guerra celebrado en el edificio del Parlamento y, posteriormente fusilado junto con otras 18 personas por pertenecer a la CNT, estuvo presente en el acto de colocación de la placa, en presencia de representantes de todas las formaciones políticas. Entre lágrimas fue quien colocó la placa. Modesto Carballo, originario de Los Llanos de Aridane (La Palma), fue asesinado con 27 años en el barranco de El Hierro, después de ofrecer un mitin en la plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife el 1 de mayo de 1936.

imagen del campo de concentración del lazareto de Gando, en Gran Canaria.

imagen del campo de concentración del lazareto de Gando, en Gran Canaria. / E. D.

Lazareto de Gando

En un antiguo lazareto en terrenos que hoy ocupa el aeropuerto de Gando, en el municipio de Telde, hubo otro campo de concentración montado por el franquismo. Operó entre febrero de 1937 y el 14 de octubre de 1940, aunque en algún momento de 1939 pasó a depender de Justicia quedando en un estatus confuso.

Según un trabajo de Alexis Orihuela para la revista Canarii, a partir de mediados de febrero de 1937, los aproximadamente 1.100 presos del campo de concentración de La Isleta son trasladados al lazareto de Gando. El Cabildo de Gran Canaria, propietario del lazareto, y el Ejército habian llegado a un acuerdo de cesión.

Cuando comenzaron los traslados de La Isleta a la bahía de Gando en embarcaciones, algunos de los capturados relataron que "alrededor del campo se apostaron cientos de soldados y de falangistas armados". "Las camionetas que nos transportaban desde La Isleta iban escoltadas delante y detrás por coches desde los que nos enfIlaban docenas de fusiles", aseguró uno de ellos, Juan Rodríguez Doreste.

Tal y como expone Orihuela, en la bahía de Gando los apresados son desembarcados por diferentes chalupas y ubicados en el lazareto, que estaba totalmente abandonado. "Los presos desde el primer momento tuvieron que aprestarse a la restauración y adecuación de los terrenos y de los diferentes pabellones que los albergarían. Uno de los primeros trabajos, como recuerda uno de los presos más jóvenes, Domingo Valencia (condenado por los sucesos de San Lorenzo con apenas 16 años), fue sacar la arena que se encontraba entre los dos muros del lazareto. Los cabos de vara golpeaban repetidamente a los presos en esta dura tarea, según recuerda el propio Domingo Valencia".

Durante la existencia del campo del lazareto, el número de internos varió entre detenidos gubernativos y penados con condenas en firme. El campo se abrió con unos 1.100 presos procedentes de La Isleta. Según los libros del propio campo, el número mayor de presos se alcanzó a finales de febrero de 1937 con 1.248. Posteriormente se reduce a unos 720 a finales de agosto del mismo año. Un año antes de su cierre, en noviembre de 193,9 el número de presos era de 1.090, según un informe de la Jefatura Provincial de Sanidad citado por el mencionado artículo. El 14 de octubre de 1940 dejan Gando en torno a 1.000 penados.

La existencia del campo era un problema para el desarrollo aeroportuario de Gando, de tal forma que el presidente del Cabildo extiende una petición de traslado a otros terrenos. En el mes de abril de 1940 se ordena por parte del Ministerio de Justicia desalojar Gando y buscar una nueva ubicación para el campo. Será, finalmente, en Las Torres, en el barrio de Guanarteme, donde se encuentre unos terrenos para trasladar a los presos. El traslado tuvo lugar el 14 de octubre de 1940.

Recluidos en el campo de concentración de Los Rodeos trabajan en la construcción del aeródromo, en una imagen fechada en 1940.

Recluidos en el campo de concentración de Los Rodeos trabajan en la construcción del aeródromo, en una imagen fechada en 1940. / E. D.

Aeropuerto de Los Rodeos

Al igual que en Gando, unos terrenos donde se encuentra hoy el aeropuerto de Los Rodeos, en el municipio tinerfeño de La Laguna, albergaron un campo de concentración durante el franquismo. El historiador Alejandro Pérez-Olivares, profesor de la Universidad de La Laguna y uno de los diez expertos del comité que asesora al Gobierno de Pedro Sánchez en los actos del 50 aniversario de democracia tras la muerte de Franco, matiza que en realidad no se les puede comparar con los campos de exterminio de los nazis. "Más bien funcionaron como campos de trabajos forzados", detalla.

Fuera lo que fuera, los franquistas utilizaron esta zona de La Laguna, cerca de la frontera con El Rosario, para encerrar a los rojos. Lo describe una publicación editada por el Ayuntamiento de La Laguna y titulada Memoria Democrática de La Laguna. "Con el fracaso del golpe militar se inició una guerra civil prolongada", apunta este trabajo realizado por el historiador Luana Studer Villazán, que precisa. "Los sublevados iniciaron una represión masiva donde las cárceles de los pueblos quedaron pequeñas para el internamiento de tal cantidad de detenidos. En Canarias fueron empleados en la construcción de nuevas infraestructuras e internados en campos de concentración".

Esta guía de los lugares simbólicos de La Laguna durante el franquismo contextualiza que en Canarias se crearon tres campos de internamiento de prisioneros. "Las zonas elegidas para sus emplazamientos no fueron arbitrarias, al menos para los casos de Tenerife y Gran Canaria. Ambos respondieron a la finalidad de construir las futuras terminales de pasajeros de los aeropuertos de Los Rodeos y de Gando. En el primero se habilitó un espacio alambrado con tiendas de campaña para concentrar a estos trabajadores forzosos; mientras que en el segundo se reutilizaron las instalaciones de su antiguo lazareto. El tercer campo fue la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, en Fuerteventura, con la intención de albergar a prisioneros de condición homosexual hasta bien entrada la dictadura franquista".

En concreto sobre el aeródromo tinerfeño, Memoria Democrática de La Laguna apunta que "las referencias documentales acerca del campo de concentración de Los Rodeos son muy escasas". Si bien se sabía de su existencia por parte de algunos investigadores, pocos son los recursos disponibles para el conocimiento de sus instalaciones y sobre la situación de las personas que estuvieron en este lugar, explica Luana Studer. "La principal fuente documental para su estudio nos la proporciona Sin rencor. Memorias de un republicano, de Mauro Martín Peña. Según nos relata el propio Mauro, se trasladó desde el penal Cota Sur (la famosa cárcel de Fyffes montada en unos almacenes de frutas de Santa Cruz de Tenerife ya engullidos por el desarrollo de la ciudad) a un grupo de presos a la llanura de Los Rodeos en el mes de diciembre de 1937".

La intención era construir la futura terminal de pasajeros del aeropuerto Tenerife Norte. La nueva situación para los presos fue muy beneficiosa, al poder cambiar las pestilentes condiciones de los salones de Fyffes por un entorno al aire libre. Escapar de las desapariciones premeditadas de prisioneros cuyos cuerpos eran arrojados al mar fue también un elemento determinante para su supervivencia, especifica el historiador.

Mauro Martín narró sobre aquel campo de concentración de Los Rodeos: "La extensa llanura que ocupaba estaba cercada de alambres de púas sostenida con puntales de eucaliptos. Diez eran las tiendas de campaña para el alojamiento de unos ciento cincuenta presos. En cada una de ellas habían improvisado plataformas con arbustos, ramos, hierbas olorosas y troncos de árboles para dormir; y algunos muebles y otros enseres para el diario trajín doméstico".

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