La posible repatriación de la momia guanche abriría camino a una avalancha de solicitudes de devolución

El posible retorno de la momia provocaría una avalancha de peticiones de otras comunidades autónomas

El Museo mantiene que "no se garantiza la conservación" en los traslados

Una réplica de la momia de Erques expuesta en el Museo de Ciencias Naturales (MUNA) en Tenerife.

Una réplica de la momia de Erques expuesta en el Museo de Ciencias Naturales (MUNA) en Tenerife. / Andrés Gutiérrez

Lucía Mora

Lucía Mora

Santa Cruz de Tenerife

El posible regreso de la momia guanche o de Erques a Tenerife abre una espita que juega en contra de Canarias. Representantes del Gobierno regional y del Ministerio de Cultura se verán a mediados de marzo para estudiar la repatriación de los restos, más allá de que sea factible el traslado, las demandas de otras comunidades, que también llevan décadas reclamando la devolución de piezas históricas halladas en sus territorios y expuestas en los museos estatales, pueden suponer un importante obstáculo.

El anuncio hace un año del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, a favor de la descolonización de los museos y de la «revisión de las colecciones estatales para superar el marco colonial», fue para muchos un halo de esperanza que se ha ido apagando conforme pasa el tiempo. Lejos de que se autorizara por parte del Ministerio el regreso de las piezas que reclaman Elche, Granada Albacete o Mallorca, la situación sigue igual.

Avalancha de solicitudes

Esas piezas han corrido la misma suerte que la momia guanche. Todas las solicitudes de repatriación realizadas Canarias desde hace 49 años han tenido una respuesta negativa. Un ‘no’ rotundo que avalan, tal y como detalla el director del Museo de Naturaleza y Arqueología (MUNA) en Tenerife, Conrado Rodríguez, los técnicos del Museo Arqueológico Nacional (MAN) y que hasta ahora han pesado más de ninguna otra consideración. 

«No se garantiza un correcto traslado» o «se pone en riesgo la conservación de la momia», eran la contestación habitual y técnica. Pero en el trasfondo reside el temor a que «se produzca una avalancha de solicitudes de devoluciones al MAN», señala Rodríguez.

El MAN alberga los restos del aborigen canario y tres momias egipcias. Todas fueron retiradas de la sala en la que se exponían el lunes para «preservar su dignidad» y en cumplimiento a la ‘Carta compromiso sobre el tratamiento ético de restos humanos’. 

Más de 10.000 piezas históricas

No son los únicos restos humanos que tiene en sus instalaciones. También conserva 316 partes del cuerpo como mandíbulas, extremidades o cráneos, todas procedentes de distintas partes de la geografía española y de otras partes del mundo. Forman parte de una colección de 10.060 piezas históricas.

Perder las 'joyas' más deseadas

Rodríguez apunta que, aunque reclamaciones están inspiradas en «razones simbólicas o políticas», y en muchos casos en el reclamo turístico que pueden suponer para determinados territorios, también supondrían un riesgo para el propio museo estatal por el hecho de perder «sus joyas más solicitadas». 

El MAN alberga esculturas como la Dama de Elche –hallada en 1897–; la Dama de Baza –que salió en 1971 de Granada para ser restaurada y no volvió– y la Dama del Cerro de los Santos –encontrada en 1870 en Albacete–. Todas han corrido la misma suerte que la momia guanche: «no se trasladan porque correrían graves consecuencias para su conservación».

Tres piezas de bronce por 21 euros

Y si Canarias está reclamando la momia de Erques desde 1976, Mallorca lo hace desde 1985 aproximadamente con los toros de Costitx, también expuestos en el MAN. Se trata de tres piezas de bronce de la época talayótica –entre el siglo V y el siglo II antes de Cristo– encontradas en 1895 que acabaron en el MAN porque el propietario del santuario donde se hallaron las vendió por 3.500 pesetas al Ministerio de Fomento.

La momia mejor conservada del mundo

La momia de Erques es la mejor conservada del mundo y se encontró en el Barranco de Erques, en el sur de Tenerife, entre 1763 o 1764. Los restos pertenecen a un hombre de entre 35 y 40 años y de 1,60 metros de altura. Además de disfrutar de una dentadura en perfecto estado, había llevado una alimentación equilibrada y no había realizado actividades que hubiesen desgastado su estado físico. La tomografía computarizada (TAC), realizada en 2019 por el Museo Arqueológico Nacional (MAN), mostró que aún mantenía las vísceras en su interior.

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