Muere el fiscal canario Luis del Río, hombre contra la corrupción en las Islas
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1963, fue el primer fiscal Anticorrupción en la provincia y llegó a fiscal superior de Canarias
Ocupaba el cargo de fiscal de sala de Seguridad Vial, desde 2022 en Madrid, donde ha fallecido a los 61 años

El fiscal Luis del Río. / Pedro Fumero
Carlota Barcala
Luis del Río Montesdeoca (Las Palmas de Gran Canaria, 1963 - Madrid, 2025) fue monaguillo antes que fraile. El primer fiscal Anticorrupción de Las Palmas, nombrado por el entonces fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido (actual presidente del Tribunal Constitucional), y uno de los grandes expertos en Seguridad Vial (y también siniestralidad laboral) de España, no en vano, este fue su último cargo: fiscal de sala de Seguridad Vial de España, un nombramiento que en marzo de 2022 lo llevó a abandonar la primera planta del número 6 de la plaza de San Agustín para desplazarse a Madrid. Allí, casi a la sombra de la catedral de Canarias, estaba su despacho desde tres años antes, cuando en 2019 asumió ser el máximo representante del Ministerio Público en el Archipiélago.
Del Río Montesdeoca fue monaguillo antes que fraile. O, siguiendo el refranero español, "por el trabajo llegan arriba los que abajo están". Porque él no aterrizó con la mesa puesta. Podría ser una de las personas que mejor conociese los recovecos del Palacio de Justicia y sus bajos fondos. Fue agente judicial; luego, oficial de Justicia y, más tarde, secretario de un Juzgado de Paz.
Durante años estudió Derecho por las noches, mientras cada mañana acudía a su puesto de trabajo, fuere el que fuere, pero siempre en un juzgado. Se licenció por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y no accedió a la carrera fiscal hasta 1994, con 31 años. Este jueves, Luis del Río Montesdeoca falleció en Madrid, casi con la toga puesta, a sus 61 años, tras treinta años de carrera y convertido en gran perseguidor de la corrupción en el Archipiélago, un legado que perdurará para quienes con él se toparon (o lo padecieron) en la Ciudad de la Justicia.
Desde su llegada al Ministerio Público, su carrera no hizo más que ir en ascenso. Tal vez esa "capacidad institucional, organizativa y para dinamizar equipos" que todos destacaban fue lo que le convirtió en el principal baluarte de la defensa de los intereses públicos en el Ministerio Fiscal. Fue delegado de Siniestralidad Laboral desde principios de los 2000 hasta 2005, cuando lo designaron delegado de Anticorrupción en Las Palmas, un puesto en el que estuvo casi quince años, la mayor parte de su carrera. 42 años tenía y se convirtió en el número dos de la Fiscalía en Canarias, también al nombrarlo teniente fiscal.
Fue el exministro de Justicia y socialista canario Fernando López Aguilar quien creó las delegaciones de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada. Y Del Río Montesdeoca, el primer nombre al frente de este importante puesto en las Islas tras nombrarlo Conde-Pumpido. Azote contra la corrupción: Eólico, Faycán, Icfem, Unión, Obiang..., son algunos de los casos que investigó para llevar a la cárcel a quienes trataban de meter la mano en cajas ajenas. Y públicas.
Eólico, un presunto caso de amaños en concursos eólicos para favorecer a empresarios; Faycán y las supuestas comisiones en el Ayuntamiento de Telde; Icfem, con acusaciones de irregularidades en la gestión de fondos públicos por las que, al final, se absolvió a los imputados; caso Unión, sobornos por operaciones urbanísticas y Dimas Martín, expresidente del Cabildo de Lanzarote, fundador del PIL (Partido de Lanzarote) y tal vez el hombre que más detestaba a Del Río Montesdeoca por llevarlo a la cárcel por cohecho, malversación, prevaricación y otra larga ristra de delitos... Y Obiang, con el presunto blanqueo del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, y sus testaferros, con sede en las Islas. Cinco casos que solo tienen un nombre: Luis del Río Montesdeoca. Importantes y laboriosas investigaciones que no siempre culminaron como él había defendido.
El fiscal fue también un adelantado en medidas sociales. "En determinados casos, la eutanasia podría admitirse", dijo en una entrevista con LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas en 2019, cuando asumió la Fiscalía Superior de Canarias, dos años antes de que la ley entrase en vigor. María José Segarra, entonces la Fiscal General del Estado, destacó de él "el compromiso con las víctimas del delito, una apuesta decidida por la atención a las víctimas".
Cuando se convirtió en fiscal superior reivindicó la necesidad de "innovar de manera constante" para poder hacer frente "a las nuevas formas de criminalidad". La especialización de los fiscales fue su gran caballo de batalla. Especialización, especialización y especialización contra la criminalidad, pedía. También reivindicó que la Fiscalía pudiera llevar las investigaciones, y no solo los jueces, una medida que no ha visto ejecutada. Alertó también -preocupado- de la ola de «negacionismo» entre menores de edad ante la realidad de la violencia de género.
Hace dos años, con Dolores Delgado en la Fiscalía General, Del Río hizo las maletas y asumió ser fiscal de sala de Seguridad Vial, cargo que ha desempeñado durante dos años en los que ha defendido la protección de las víctimas de tráfico y la necesidad de educar y prevenir -incluso desde las escuelas e institutos- para disminuir los fallecidos y heridos en accidentes.
"Un hombre magnífico, amigo y compañero inolvidable", lo describió la Unión Progresista de Fiscales (UPF), asociación a la que pertenecía, para comunicar su fallecimiento. "Y un profesional brillante, como así será siempre reconocido", añadieron.
A las condolencias se unió Victoria Rosell, magistrada y política con la que coincidió cuando ella era jueza en Canarias. "Empezó de agente judicial y fue un gran fiscal Anticorrupción, fiscal superior de Canarias y fiscal de Sala. Amigo querido y profesional admirado (y odiado), siempre enamorado de Mati y del Derecho. Qué inmensa pena", escribió en redes sociales la que también fue diputada de Podemos por Las Palmas en el Congreso. También Gustavo Matos, expresidente del Parlamento de Canarias y actual vicepresidente por el Partido Socialista. "No me lo puedo creer. Un hombre que conocía la Justicia desde la base. Sencillo, elegante y riguroso", lo describió el jurista.
Del Río llevaba tiempo luchando contra una grave enfermedad que este jueves le ganó esta partida a los 61 años. Será incinerado en Madrid. Su trabajo permanecerá. Descanse en paz.
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