Casas - contenedor del volcán de La Palma: al menos cinco de ellas están en alquiler

Los vecinos avisaron a las instituciones que en una vivienda se ejercía la prostitución

Viviendas modulares de tipo contenedor para afectados por la erupción.

Viviendas modulares de tipo contenedor para afectados por la erupción. / Luis G. Morera/Efe

Lucía Mora

Lucía Mora

La picaresca no falla. Al menos cinco de las casas-contenedor habilitadas en 2022 para 85 de los damnificadas por la erupción del Tajogaite están siendo subarrendadas, otras tantas no las habitaron nunca y hay sospechas de que al menos una se usa para prostitución. Ya se ha comenzado con los expedientes de expulsión.

El Gobierno de Canarias, a través del Instituto Canario de la Vivienda (Icavi), adjudicó hace ahora tres años 85 viviendas modulares –tipo casas-contenedor– a familias de Los Llanos de Aridane (La Palma) que perdieron su hogar tras la erupción del volcán Tajogaite en 2021. Con ello, se trató de dar respuesta alojativa, de urgencia y temporal, en el municipio más afectado por la lava –junto a El Paso y Tazacorte–, en el que se perdieron 1.500 primeras viviendas. La sorpresa ha saltado ahora. Mientras se acelera en la construcción de las casas definitivas, el ayuntamiento y el Icavi se han encontrado con que al menos cinco casas contenedores están en alquiler, o usadas como segunda residencia, y seis se encuentran deshabitadas. La consejería de Vivienda ya investiga la situación y ha comenzado a abrir expedientes para sancionar a los adjudicatarios que se están lucrando con este negocio.  

Los vecinos que conforman este ‘barrio temporal’ fueron quienes dieron la voz de alerta el pasado verano e incluso avisaron que, en alguna de estas, se ejerce la prostitución. Fue entonces cuando representantes del ayuntamiento y del organismo público se personaron en el lugar y comprobaron in situ a dónde llega la picaresca de algunos de los adjudicatarios. A espera aún del recuento oficial, la institución local cifra en seis los contenedores que están vacíos –sus propietarios no los han habitado nunca pese a tener su titularidad y pese a la urgencia del momento– y cinco están siendo alquilados.

Nada que ver con la situación de varios más a los que se les ha notificado su desalojo porque ya han recibido la vivienda definitiva, en edificios o en casas independientes, y que están en proceso de mudanza.

El alcalde de Los Llanos de Aridane, Javier Llamas, no esconde su frustración por la situación que pudo conocer y corroborar en persona. Pone el ejemplo de dos contenedores. En uno de ellos, según aclara, estaba el hijo del adjudicatario «pero lo tenía para estudiar», es más, «no estaba ni habitado». El otro le sorprendió «más si cabe». Le abrió la puerta una señora que «nada tenía que ver con el señor que figura como titular de la casa-contenedor», rememora. 

No es lo único que indigna al alcalde que destaca que hay contenedores vacíos «desde el minuto uno». La justificación, de tenerla y a su juicio, está en que los adjudicatarios «residen fuera de la isla» o «pensaron que aceptando el contenedor y quedándoselo, optarían a una vivienda mejor», pese a ocupar otra, bien en la isla o en otro lugar. 

«Son casos aislados pero no habrá medias tintas con ellos», adelanta Llamas que lamenta que, «por culpa de estas personas», no se le ha podido ofrecer este recurso a otras familias «a las que sí les hace falta» y siguen esperando, tres años después, por un alojamiento definitivo. «No puede ser que estas personas estropeen el trabajo que venimos haciendo para alojar a los damnificados en las casas que merecen», lamenta Llamas, quien asegura que «están trabajando» para desalojar estos barracones y confía en tener «licitada y adjudicada» este año la construcción de 144 viviendas en el municipio

El alcalde de Los Llanos asegura que habrá expulsión para «quienes no son dignos de tener un contenedor» y pone en valor la labor realizada en estos últimos años por el Icavi. Afirma que, desde que tomó posesión en mayo de 2023, estas viviendas «han traído problemas». 

El mayor de ellos fue la falta de mantenimiento de los contenedores por parte de la empresa que los instaló. El Icavi se vio obligado a contratar «a una externa» que se encarga del servicio. 

«Queda mucho por hacer», incide el alcalde, para poder dar una solución a quienes perdieron todo a causa «del fatídico volcán». 

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