Crónica parlamentaria

El desorden del día en el Parlamento de Canarias

Franquis reprocha a Clavijo que no haya convencido a su socio para el reparto de menores, lo mismo que el PSOE no ha sido capaz de hacer con Junts

Pleno del Parlamento de Canarias, martes 10 de diciembre de 2024.

Pleno del Parlamento de Canarias, martes 10 de diciembre de 2024. / Andrés Gutiérrez Taberne

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

El cronista tardó demasiado en acabar el café en un bar muy cercano al Parlamento de Canarias. Estaba recordando a José Alcaraz que ha muerto hace unos días. Fue un buen diputado aunque a veces era difícil entender sus ingenuidades. Porque hasta en las ruindades que a veces se permitía Alcaraz demostraba un ápice de ingenuidad. Cierto que era un profesor metido a político. Pero al contrario de su compañero José Miguel Pérez –también historiógrafo– Alcaraz tenía cierto sentido del humor. Un humor a veces negro porque José Alcaraz era un pesimista de izquierdas. Tenía las pestañas de actriz secundaria del Hollywood de los cincuenta, un extraño acento andaluzitado, un profundo conocimiento de la Canarias de los siglos XIX y XX, una melancolía solitaria y final, pero fue capaz, consumida ya toda ambición, de sacrificarse en una candidatura perdedora al Ayuntamiento de Telde. El pasado es cada vez mayor, como un tumor que no deja de crecer, y el futuro es el presente insípido, pero con reuma y hernia lumbar.

Cuando el cronista despertó el dinosaurio, es decir, el Parlamento, aún seguía ahí. Salió corriendo y llegó cuando, siguiendo la costumbre, Sebastián Franquis levantaba su espada frente al sarraceno Fernando Clavijo. Es obvio que Franquis y sus compañeros del PSOE no saben lo que es el guion de una serie. Si no evitarían repetir el episodio una y otra vez. Eso es lo que hacen Fanquis y Nira Fierro. Es como ver el mismo capítulo de Seinfeld, Friends o Frasier cada día, con la salvedad de que ni siquiera en la primera ocasión fue divertido. Por lo demás, ambos diputados socialistas no conocen otro registro retórico que la indignación estrepitosa. Alzan la voz, agitan las manos, fruncen el ceño casi hasta hacerse sangre. A un servidor por ejemplo, le da mucho miedo la expresión gastrítica del señor Franquis y sus miradas fulminantes, capaces de evaporar a cualquier maldito derechista que se le ponga por delante. Aunque tal vez sea más temible la señora Fierro, que parece una muñeca con vida propia de una novela de Stephen King. 

Este martes ocurrió lo de siempre: Franquis advirtiendo que el enemigo de los migrantes menores no acompañados se sienta al lado de Clavijo en el Gobierno autonómico y Fierro repitiéndole por enésima vez al vicepresidente Manuel Domínguez que es del PP, del PP, del PP, y que el PP no quiere resolver lo de los pibes migrantes, y que lo que hace Clavijo es blanquear a Domínguez, el PP, el PP, el PP. Sin duda por algún defecto cerebral, el franquifierrismo me parece una auténtica chifladura, cuando no una completa estupidez como estrategia política, para empezar, porque es el presidente del Gobierno canario quien más tiempo, esfuerzo y desgaste ha dedicado para resolver esta situación desde el otoño de 2023. El grupo parlamentario socialista tiene un problema: sus jefes.

Sesión de control al presidente, vicepresidente y varios consejeros | 10/12/2024 | Fotógrafo: Andrés Gutiérrez Taberne

Pleno del Parlamento de Canarias, martes 10 de diciembre de 2024. / Andrés Gutiérrez Taberne

Ni un céntimo

Por supuesto el presidente Fernando Clavijo debió contestar preguntas sobre el asunto desde primera hora del pleno. El próximo viernes se celebrará la Conferencia de Presidentes y Clavijo reafirmó que llevaría el asunto después de aclarar que no se había recibido un céntimo de los 100 millones de euros a los que se había comprometido el Gobierno central para ampliar y mejorar las infraestructuras y dispositivos de acogida de los 5.500 menores que actualmente mantiene en las islas. Ni un céntimo. 

El jefe de Gobierno va con un aval unánime de partidos, grupos parlamentarios, organizaciones no gubernamentales y todos los etcéteras del Pacto por la Migración, pero este martes trascendió además que Clavijo tiene un ‘plan b’. Siempre se señala al PP porque no quiso en el penúltimo momento avalar con su voto la ley de extranjería para que sea posible la distribución de la mayoría de los menores de las comunidades autónomas. Pero los votos del PP no hubieran sido imprescindibles si uno de los socios parlamentarios de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, Junts per Catalunya, hubiera apoyado la modificación legislativa. Por eso es singularmente torticero el señor Franquis cuando acusa a Clavijo de no saber convencer a su socio en Canarias, cuando el PSOE no ha sido capaz de convencer a uno de sus socios –con siete diputados– en la Cámara Baja. 

Se conoce muy poco sobre ese supuesto ‘plan b’ del presidente salvo que es o será fruto de conversaciones, precisamente, con JxC, que al mismo tiempo reclama a Sánchez la transferencia de las competencias en materia de extranjería y migración. Los más imaginativos apuntan a que Clavijo apoyaría, a cambio del apoyo de los puigdemontista a la reforma de la ley de extranjería, un compromiso para que Cataluña en ningún caso admita a más de un 5% de los menores que excedan al cupo que está dispuesto a admitir el Gobierno canario. Clavijo le pondría en bandeja el acuerdo al Ejecutivo central y la reforma de la ley de extranjería podría votarse de nuevo el próximo febrero, ahora con el apoyo negociado y cerrado con todos los grupos parlamentarios del bloque de investidura.

Sesión de control al presidente, vicepresidente y varios consejeros | 10/12/2024 | Fotógrafo: Andrés Gutiérrez Taberne

Pleno del Parlamento de Canarias, martes 10 de diciembre de 2024. / Andrés Gutiérrez Taberne

Más allá de los menores migrantes

Existen otras cosas entre el cielo y la tierra que no son los menores migrantes no acompañados y así lo demostró moderadamente este martes el pleno parlamentario. También quedó clara la creciente anarquía de los grupos parlamentarios y sobre todo del Gobierno frente a la Mesa del Parlamento, retirando o retrasando comparecencias, por ejemplo, sin advertir al órgano de gobierno de la Cámara. Es lo mismo que ocurre con ciertas comisiones parlamentarias, que se suspenden reiteradamente; la comisión de universidades, por ejemplo, cumplirá pronto dos meses en silencio porque la consejera Migdalia Machín está siempre ocupadísima con sus cosas. Y este creciente desbarre no ocurre tanto por una actitud de desbarajuste fachendoso del Ejecutivo como por la escasa autoridad que ha demostrado la Mesa de la Cámara y, más concreta y principalmente, la presidenta de la misma, Astrid Pérez.

En la mañana de este martes tanto Ana Oramas, vicepresidenta primera de la Mesa, como Gustavo Matos, vicepresidente segundo, pidieron «con todo respeto» más respeto y consideración por parte del Ejecutivo al orden del día suscrito por todos los grupos parlamentarios. Si a esto se añaden determinadas actitudes de los diputados –este martes el cronista se quedó estupefacto al descubrir a un diputado haciendo videollamada con su móvil mientras palicaba un consejero– empieza a ser visible cierta degradación de la dinámica parlamentaria desconocida en los últimos años. 

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