Rosa Rodríguez, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales: "Somos cada vez más pobres, hay que repensar el REF"

Desde que colabora con el Colegio de Economistas de Las Palmas se han publicado cuatro informes cuyos resultados difieren mucho de lo que defiende la corriente general de opinión. ¿Por qué sucede esto?

Llevamos ya tiempo con una actividad política en la que lo importante son los discursos cortos. Se dictan normas que no responden a la realidad porque no se hacen estudios rigurosos sobre la situación económica y social. Es imposible que las leyes que se van dictando resuelvan los problemas o conflictos que existen. Está faltando mirar lo que está ocurriendo realmente y da la impresión de que, en lugar de eso, se instalan discursos que a alguien se le ha ocurrido defender y que se convierten en verdad. Nosotros tratamos de analizar con datos objetivos y generar informes que sirvan para tomar decisiones más correctas.

Eso es pisar algún callo. ¿Qué opiniones recogen cuando los informes ven la luz?

Están teniendo mucha aceptación. Son muchas las personas que expresan su satisfacción por poder contar con estudios serios que aportan luz a la realidad.

Vamos a desgranar algunos de ellos. Por ejemplo, el que sostiene que el AIEM no cumple la función para la que se creó. ¿Los industriales están contentos con el colegio?

No lo sé, pero la realidad es muy tozuda. El Arbitrio a la Importación y Entrega de Mercancías (AIEM) se diseñó para proteger la industria manufacturera, concretamente, y el resultado es que cada vez tiene menos presencia, incluso menos que la vivienda vacacional en términos de Producto Interior Bruto (PIB). Si eso ocurre, algo falla, porque, además, le añado que cada vez importamos más. Es decir, tenemos una figura para proteger la industria local y cada vez dependemos más del exterior.

¿Por qué sucede esto?

Mi trabajo termina en la obtención de datos rigurosos. Y lo mismo que a la industria le es aplicable al sector primario, que también ha ido decreciendo. Miremos los números, extraigamos conclusiones y veamos qué medidas se pueden implementar para lograr su crecimiento. Pero lo primero es reconocer el problema.

"En lugar de observar la realidad, se instalan discursos que a alguien se le ocurre defender"

Como en el psicólogo.

Efectivamente, no se pueden tomar decisiones sin conocer el problema. Pero no hablo ya de un sector concreto, sino de que en general cada vez nos distanciamos más de la renta media nacional y somos más pobres. Es necesaria una implicación global y no da la impresión de que se estén haciendo informes en las instituciones o que se esté consultando a especialistas para conseguir, con todas las cabezas pensantes que tenemos en Canarias, salir de esta situación. Impera el seguir adelante y pensar que vendrán tiempos mejores.

Eso es dudar de la eficacia de todo el Régimen Económico y Fiscal (REF). ¿No funciona?

La brecha con la media nacional es cada vez más grande y eso invita a repensarlo. Puede haber herramientas que funcionen, pero hay que analizarlo en profundidad, con datos. No basta decir que hay inseguridad jurídica, que es verdad que la hay, pero, oiga, se diseñó para que los canarios estuviéramos en igualdad de condiciones con el resto de españoles y eso no está sucediendo. Si es así, como dicen los datos, es obligación de quienes gestionan las administraciones hacer estudios profundos, ver cuáles son los fallos del REF y, a partir de ahí, ver cómo se mejora para conseguir el objetivo.

¿Hay riesgo de que ese empobrecimiento genere un estallido social? Le pongo como ejemplo de descontento las manifestaciones de la pasada semana en enclaves turísticos. 

Esas manifestaciones se sustentan en una turismofobia. Las alimentan discursos que en ocasiones no tienen ningún sustento y que pueden acabar en que ahuyentemos a los turistas, que ayudan a nuestra economía y a nuestra sociedad. Parece que a final de año el turismo puede llegar a representar el 39% del PIB, es nuestro sustento; el peso de la agricultura ha disminuido, el de la construcción, también...

¿Esa es buena noticia?

Hay que tener un equilibrio, pero para eso es necesario saber dónde estamos y a dónde queremos ir. Evidentemente eso no pasa por manifestaciones como esas a las que alude, que no nos convienen, pero sí tiene sentido demandar que se profundice sobre lo que está pasando con el objetivo de llegar a tener una economía mejor y que la sociedad también esté mejor. Sin embargo, no creo que estemos en el camino, porque hay protestas contra el turismo y cada vez tenemos más.

¿Por qué cada vez más?

Porque tampoco nos estamos dedicando a potenciar el resto de sectores de nuestra economía.

"En vez de analizar y decidir, impera el seguir adelante y pensar que vendrán tiempos mejores"

Me dice que este año el turismo llegará a ser el 39% del PIB canario, el año pasado fue el 35,5%. De potenciar otros sectores se habla mucho y desde hace mucho. ¿Por qué no sucede? Es más, ¿por qué sucede al revés?

Disculpe que retorne a lo mismo: sin un análisis riguroso de cada sector y sin que, en base a ellos, se adopten las medidas adecuadas para potenciarlos, sigue la inercia, nada cambia.

En la crisis de 2008 se alcanzaron tasas de paro por encima del 30% y la paz social se mantuvo. ¿Estamos ahora más cerca de que se quiebre?

La sociedad canaria está viviendo en carne propia esa deriva de la economía de la que hablábamos al inicio y que cada vez nos hace más pobres. Es evidente que tiene que haber un descontento social, pero lo verdaderamente importante es qué hacen ante él los poderes públicos. Lo que vemos es que no hay freno, la economía va mal, sigue mal y seguirá mal si no se toman medidas valientes.

¿Qué son medidas valientes? 

Existe un statu quo muy preocupado por que no se toque esto o lo otro. Puede haber aspectos de la economía que nunca se han tocado, pero habrá que hacerlo ahora.

¿Es valiente la norma en la que trabaja el Gobierno de Canarias sobre vivienda vacacional? Dicen desde la asociación que representa al sector que está dirigida a expulsar a muchos pisos turísticos del mercado.

El proyecto de ley no parte de la realidad económica y social de este nicho de mercado.

¿No mejoraría el regreso al residencial de muchos de esos inmuebles la oferta de alquiler, no reduciría eso los precios que hay ahora?

Ese es el error. Parten de la base de que la vivienda vacacional resta vivienda residencial y los datos en lugar de eso nos dicen que el grueso de esta oferta, entre el 65% y el 66%, está en los municipios turísticos. De hecho, el 72% de los ingresos de este segmento se concentra en los trece municipios turísticos y Las Palmas de Gran Canaria. Son 14 municipios frente a los otros 74 que hay en la comunidad autónoma. Además, con otra cuestión fundamental, como que esta amplia mayoría que se reparten solo el 35% no tiene una oferta hotelera de peso. Mire, esto no tiene vuelta de hoja, la oferta existe porque hay demanda.

¿Defiende entonces una atención a las particularidades de cada lugar?

Claro. Pero de lo que estábamos hablando es de si esas viviendas vacacionales drenan residenciales, y la respuesta es que no lo hacen. Solo un 20% de estos inmuebles son puramente viviendas vacacionales, el otro 80% son apartamentos y villas reconvertidos, es decir, activos que no pueden dedicarse al alquiler residencial.

Sí resulta evidente que los alquileres se han disparado en barrios de Las Palmas de Gran Canaria y quienes vivían ellos se han tenido que marchar.

Desde mi punto de vista, eso tampoco tiene que ver con la vivienda vacacional. La población de la capital grancanaria creció hasta 2011 casi un 24%, pero desde entonces solo lo ha hecho un 2% o, lo que es lo mismo, 46.000 personas; en ese mismo tiempo se han construido 47.000 viviendas. 

"Tenerife concentra el 98% del incremento de la planta alojativa extrahotelera"

Entonces qué ha ocurrido, ¿que se han edificado donde no se demandaban?

Efectivamente. Yo debo entender que cuando se proyecta un hotel en una zona turística, se prevé que los trabajadores que se contraten van a necesitar una vivienda lo más cerca posible de su centro de trabajo. Si el 40% del empleo se genera en torno al turismo, la cuestión no admite dudas, es ahí donde hay que construir viviendas y, sin embargo, no es así. Hemos detectado que donde más demandantes hay es en Tenerife, 25.500, la mitad de los que existen en todo el Archipiélago. Hablo de datos oficiales del Gobierno de Canarias. Es la isla en la que más ha crecido la oferta alojativa. Si restamos las plazas extrahoteleras perdidas a las viviendas vacacionales surgidas, tenemos un incremento de 25.500. Donde más ha crecido la población, y me sigo refiriendo a Tenerife, es donde se sitúa el 98% del aumento de la planta alojativa extrahotelera; esa misma operación la haces para Gran Canaria y arroja una caída de un 33%.

¿Es posible legislar en un escenario tan variopinto?

Todas las islas tienen un modelo turístico diferente y, por tanto, no se puede actuar de la misma manera en todas ellas, no cabe legislar de un modo tan generalizada. Cuando el problema está localizado en un sitio, hay que actuar solo y exclusivamente sobre él. De ese ejercicio puede resultar que no hagan falta leyes nuevas, sino que baste con ordenar el turismo en su conjunto, revisar la legislación existente y adaptarla a las demandas del mercado.

¿Está el legislador alejado de la realidad existente?

 En ocasiones pienso que está tan lejos de la realidad que sus propuestas lo único que provocan es una mayor distorsión, aumentan el problema.

¿Por ejemplo?

Uno muy reciente, la Ley de Vivienda estatal, que por falta de protección provoca que el arrendador no quiera alquilar.

Ante la falta de alquileres para los residentes, ¿cómo se explica que haya 200.000 vacías?

El Gobierno de Canarias debería poner el foco sobre esa cuestión y conseguir que se reviertan al mercado. Deben investigarse las causas para ver cuál es el problema. Lo que tengo claro es que deben hacerse confluir los intereses de arrendador y arrendatario, y no criminalizar a nadie. Cada arrendatario que no mantiene correctamente la vivienda o no paga se traduce en una disminución de la oferta. 

Fue concejala, consejera insular, viceconsejera autonómica... ¿Por qué dejó la política?

No me gustan las cosas que veo, la política se ha deteriorado mucho. Da la impresión de que se ha convertido en una profesión, que muchas veces los políticos no tienen el nivel suficiente y eso provoca que no se haga todo lo correcto para solucionar los problemas cuando se dictan normas o se gestiona cualquier departamento de la Administración. A la vista está que la situación no es buena y no se visualiza que las directrices políticas estén tendiendo a mejorar la situación. Es más, yo creo que Canarias necesita un pacto de todos los partidos.

¿Un pacto? ¿No es eso cosa de otro tiempo? Antes había asuntos que se entendían de Estado y había límites claros, ahora...

Pues no veo otro camino que decidir todos juntos a dónde queremos llegar, decidir qué futuro queremos, no podemos seguir en la inercia. Este deterioro político es lo que está llevando a la pobreza a Canarias. Si no hay acuerdos relevantes tras un análisis profundo de la realidad, no vamos a conseguir salir de la situación.

Fue consejera independiente en Enagás. ¿No subirse al carro del gas fue una oportunidad perdida para las Islas? 

Canarias tiene viento y sol, y resulta que está a la cola en España en implantación de energías renovables, ya no es solo que sigamos viviendo de las energías fósiles. Yo creo que los políticos viven una realidad paralela y digo esto porque hay una desafección importante de la ciudadanía, hacia la clase política, les cuesta creer lo que dicen los políticos; en el pasado eran creíbles, hoy en día, no. Los políticos saben que esa desafección existe, pero no hacen nada por cambiar, por adoptar una política que piense en los ciudadanos.

¿No piensan en ellos?

La política se ha convertido en el poder en sí mismo y el ciudadano no está en el primer puesto de las prioridades. Lo que predomina es el ¿de mi puesto qué? y eso tendría que llevar a una reflexión profunda. Y perdone que vuelva al mismo sitio, a esa especie de huida hacia adelante que rehúsa tomar decisiones importantes, precisamente porque no se sabe para dónde tirar. Hay descontento ciudadano, sí, es evidente, pero como no se profundiza en las cuestiones de interés y no se utiliza el talento de Canarias para analizarlas y para proyectarlas hacia un futuro mejor, pues nada se resuelve.

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