La Palma

La única carretera que resiste 300 grados de temperatura volcánica

La vía de la costa de La Palma, que cruza las coladas del Tajogaite, es la primera del mundo con una capa aislante al calor de la lava

La carretera de la Costa en La Palma, la primera construida sobre la lava de un volcán, vista desde el aire.

La carretera de la Costa en La Palma, la primera construida sobre la lava de un volcán, vista desde el aire. / I love the world

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

Las Palmas de Gran Canaria

Una vía única, sostenible y construida sobre 300 grados de temperatura. La carretera de La Costa entre el municipio de Tazacorte y la localidad del Puerto Naos, en La Palma, es una construcción singular. No existe una igual en el mundo, es la primera carretera asfaltada sobre lava de volcán y sienta un precedente para las futuras obras del mundo. Un reto que se consiguió en 14 meses y permitió acabar con el aislamiento que sufrieron varios núcleos poblacionales y explotaciones agrícolas de la Isla tras la erupción del volcán Tajogaite. Alrededor de 2.460 metros discurren sobre las coladas de lava y el resto del trazado atraviesa 600 metros de terreno agrícola y 502 metros de terrenos sin cultivar debido a una antigua erupción.

El proyecto, que corrió a cargo del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, cuenta con numerosos detalles que lo hacen especial. La obra comenzó tres meses después de finalizar la erupción, por lo que las altas temperaturas de las coladas, que oscilaban entre 250 y 300 grados, marcaron el desarrollo de todo el trabajo. El monitoreo fue constante. El equipo, dirigido por el jefe de la demarcación de carreteras de Cantabria, Rosendo Martínez, controlaba la temperatura de las coladas en tiempo real. Los grupos de trabajo se vieron obligados a realizar paradas durante las jornadas de trabajo ante el sobrecalentamiento de la maquinaria y además, había personal responsable de controlar el nivel de gases en el ambiente para avisar de cuándo era necesario desalojar alguna zona.

El estudio de hidrología también fue todo un reto. La nueva orografía complicó la localización de las zonas de drenaje, por lo que hubo que realizar un levantamiento topográfico con un dron para ubicar las cuencas y el recorrido que seguiría el agua en caso de que se produjera una fuerte tormenta. La no existencia de cauces naturales complicó el proceso.

Cavidades

La fase de investigación y estudio previa a la realización del proyecto fue crucial. Además de llevar un control exhaustivo de la temperatura, en los primeros momentos de la obra se recurrió a un georradar capaz de ubicar las cavidades que existen debajo de las coladas para detectar la presencia de tubos lávicos.

Canarias no es la primera región que se enfrenta a una carretera así, pero sí es la primera que la consigue terminar. Los que lo intentaron antes, no lograron evitar que la vía se derritiera. ¿Cómo lo consiguieron en La Palma? Gracias a una capa aislante y a un firme poco convencional. El equipo, tras una intensa investigación, apostó por crear una capa aislante con aluminato cálcico que funciona de sistema refractario y permite aislar la vía de la colada.

Por encima colocaron el firme, que generaron con un betún duro y un polímero especial que permite al firme comportarse mejor ante las altas temperaturas. Para ello se inspiraron en las carreteras de Emiratos Árabes Unidos que soportan temperaturas muy altas. Estos materiales tienen, además, un índice de huecos muy alto para que el aire a temperatura ambiente también disipe el calor.

Para encontrar el firme adecuado los operarios hicieron distintas pruebas. Primero en el laboratorio, donde se realizaron ensayos con probetas calentándolas a 80 grados de temperatura durante varios días. De esta forma comprobaron la resistencia de los materiales. Pero también trasladaron la prueba a escala real, con ocho tipos diferentes de firme colocados sobre la colada. El Ministerio de Transportes utilizó una plataforma de monitoreo online en tiempo real para ver cómo se comportaban los distintos modelos. Es más, a pesar de estar la carretera terminada y en funcionamiento, la plataforma continúa funcionando y sirve para recopilar información de cara a futuras construcciones.

Cuatro meses

Otro de los desafíos técnicos de esta obra fue el tramo de la carretera sobre un viaducto de 243 metros con ocho vanos que se construyó en un «tiempo récord» de cuatro meses. Para ello se movilizaron medios y maquinaria desde la Península. Además, el firme, los hormigones y terraplenes provienen del material excavado, machacado y cribado en la propia traza de la carretera, siendo una apuesta por la sostenibilidad y la contención en el uso de materias primas. Al ser el árido de la propia colada de la lava el peso del hormigón tampoco es el estándar, lo que dificultó el «cálculo» del viaducto.

A pesar de tantas características especiales, el equipo responsable del proyecto en el Ministerio reconoce que «todo fue sobre ruedas», ya que no aparecieron complicaciones y el reto se superó con creces. Tampoco preocupa la estabilidad y duración de cara al futuro. «El momento crítico fue en abril de 2023, ahora la temperatura de la colada está en descenso y el comportamiento no tiene por qué ser malo», aseguran desde el Ministerio.

La vía está en funcionamiento desde mayo de 2023 y desde el pasado 19 de agosto ya es propiedad del Gobierno canario. Ese día el presidente autonómico, Fernando Clavijo, y el ministro de Transportes, Óscar Puente, firmaron en la capital palmera el convenio de cesión donde se remarcó el carácter «único» de la carretera. Los responsables de la obra aseguran orgullosos que el proyecto ya ha despertado «interés» en los congresos internacionales.

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