Elecciones europeas | Los resultados revuelven el mapa político isleño

La cúpula de NC reta a los críticos a llevar su malestar a la ejecutiva

Luis Campos avisa: «La militancia decidió de manera clara quién debía estar al frente de la organización»

El portavoz de Nueva Canarias en el Parlamento regional, Luis Campos, en una sesión plenaria.

El portavoz de Nueva Canarias en el Parlamento regional, Luis Campos, en una sesión plenaria. / María Pisaca

La cúpula de Nueva Canarias (NC) exhortó este martes al cada vez más numeroso sector crítico que encabezan destacados representantes del partido en Gran Canaria, entre ellos los alcaldes Teodoro Sosa, Óscar Hernández y Francisco Atta, a llevar su malestar y sus argumentos a la ejecutiva que se celebrará en los próximos días, en principio este viernes y, de no ser posible, el lunes que viene. No será esta una reunión extraordinaria, ya que la ejecutiva tenía prevista su celebración para analizar los resultados de las elecciones europeas del domingo antes de que el ala contraria a la actual dirigencia de NC, que lidera Román Rodríguez, evidenciase este lunes su descontento a través de una serie de mensajes en X –antes Twitter– en los que incluso promueven la dimisión del propio Rodríguez. Una suerte de rebelión interna que comenzó con un tuit en el que el alcalde de Gáldar aplaude la decisión de Yolanda Díaz de renunciar a sus cargos en Sumar tras los malos resultados en las europeas y expresa su deseo de que cunda el ejemplo: «Ojalá en todas las organizaciones cundiera el mismo ejemplo». Se sumaron luego los regidores de Valsequillo y Agüimes con mensajes en la misma línea, y también han hecho lo propio el alcalde de Agaete, Jesús González; el de Santa María de Guía, Pedro Manuel Rodríguez; y otros líderes de la organización como Jaime Hernández, de Firgas, o Samuel Henríquez, de San Bartolomé de Tirajana.

El encargado de darle la réplica al sector crítico desde el ala oficialista o continuista fue este martes el portavoz del partido, Luis Campos, quien también lleva la voz del grupo parlamentario de NC y que es miembro de la cúpula dirigente. Campos se movió entre el llamamiento al diálogo y el reconocimiento del descontento que se ha generado entre quienes llevan las riendas de la organización. No tanto por el fondo de los mensajes del grupo de díscolos, aseguró, como por las formas –o más bien la forma, vía Twitter– con que se transmitieron. El portavoz argumentó que sacar discusiones de tanto calado de los órganos del partido «no ayuda» a encontrar soluciones. Por eso instó al sector crítico a que exponga su parecer en la inminente ejecutiva, aunque eso sí, con una clara línea roja: la actual dirección no se toca.

Líderes de NC en Guía, Firgas y Agaete se adhieren al ala rebelde de Sosa, Hernández y Atta

«Yo defiendo lo que la militancia ha decidido, y la militancia decidió en su momento, de manera clara y allí donde hay que hacerlo, que no es ni en las redes ni en ningún otro ámbito, sino en los órganos del partido, quién debía estar al frente de la organización; por tanto, a eso me remito», ahondó Campos, quien como es lógico negó que NC haya sufrido una quiebra o ruptura que, sin embargo, y de puertas adentro, admiten con preocupación tanto en el ala continuista como en el ala reformista. No en vano, las posturas de unos y otros parecen difícilmente conciliables, entre otras cosas porque son posturas de máximos: los partidarios de Román Rodríguez y Carmelo Ramírez –quienes llevan al frente de NC desde su fundación en 2005, hace casi veinte años– recuerdan que su tiempo a la cabeza de la organización no expira, en principio, hasta abril de 2026, cuando se celebraría el congreso nacional del que saldría la nueva ejecutiva; y los integrantes del sector crítico consideran que el cambio de rostros a los mandos del partido debe efectuarse ya.

De hecho, los resultados cosechados por NC en las europeas del domingo, en las que concurrió en alianza con la coalición de izquierdas Sumar bajo la denominación Sumar Canarias, no son la causa del malestar de los Sosa, Hernández o Atta, sino más bien la gota que colmó el vaso. Es más, hacía ya semanas que se sucedían las reuniones y contactos más o menos informales entre representantes de los sectores oficialista y reformador cuando se conocieron los resultados de las europeas, en las que NC perdió la batalla por el voto nacionalista en favor de CC tanto en las dos provincias como en las siete islas, incluido, por tanto, el bastión de Gran Canaria. El objetivo de esas reuniones, que está por ver si continuarán tras la rebelión tuitera de los alcaldes, era pactar la renovación de la cúpula de NC sin que se produjese una quiebra interna. Si no hay unidad, al menos que haya apariencia de unidad. Pero eso sí: en el sector crítico querían y quieren cambios, nada de largas, hasta el punto de que antes de comenzar esos encuentros blandieron un escrito en el que demandaban la remodelación de la dirigencia y avisaban que si no se les daba una respuesta –la respuesta fue la celebración de esas reuniones– pedirían la convocatoria de los órganos del partido con el horizonte de un congreso extraordinario.

Ambos sectores, continuistas y reformistas, admiten la grave quiebra en el partido

Detrás de la crisis de NC, cabe insistir, no están los resultados de las europeas –hay que precisar en este punto que desde el ala continuista se reprocha a los alcaldes díscolos su escasa o nula implicación en la campaña–, ni siquiera el hecho de que CC les ganase en todo el Archipiélago. En el fondo está una serie de situaciones, decisiones y reveses que a juicio de los críticos exigía la asunción de responsabilidades. Desde la sanción que el Tribunal de Cuentas le impuso al partido por no presentar las contabilidades de los ejercicios de 2018 y 2019, hasta la pérdida del escaño en la Cámara regional que ocupaba el mismo Román Rodríguez, que en las últimas elecciones se presentó en la lista autonómica y no obtuvo suficientes votos. Y todo ello pasando por la refundación a la que NC se vio obligada en 2022 tras desaparecer del Registro de Partidos por una serie de incumplimientos administrativos. O, sin ir más lejos, por los resultados de los últimos comicios municipales.

En Telde, por ejemplo, NC pasó de los 10.841 votos y ocho concejales de 2019 a las 6.545 papeletas y cuatro ediles de 2023. Los alcaldes rebeldes están convencidos de que allí donde ganaron el año pasado –en municipios como Gáldar incluso arrasaron– fue más por los esfuerzos de sus organizaciones locales que por el valor añadido de la actual marca de NC. Este fue el germen de la idea de promover un cambio de rostros y de estrategias con la vista puesta en los comicios de 2027.