Entrevista | Francisco Gallego Asesor jurídico, laboral y fiscal

«El fraude ahora se cuela por los contratos fijos discontinuos»

Francisco Gallego, asesor jurídico, ayer, en su oficina de la Consultoría Gallego y Asociados en la capital grancanaria.

Francisco Gallego, asesor jurídico, ayer, en su oficina de la Consultoría Gallego y Asociados en la capital grancanaria. / José Carlos Guerra

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

El asesor jurídico, Francisco Gallego (Las Palmas de Gran Canaria, 1968), participó el jueves en la Jornada Técnica de Empleo: El Mercado de Trabajo, Cambiante y Diverso organizada por Cruz Roja en la Casa de Colón. En su conferencia, analizó el impacto de la reforma laboral un año después de su aplicación. 

Ha pasado un año desde la puesta en marcha de la reforma laboral. ¿Qué valoración hace?

Ha supuesto un cambio muy importante. Desapareció gran parte de la contratación temporal. Bueno, la contratación de duración determinada. Y ha pasado a ser mayoritariamente indefinida, que es lo que siempre persiguió el legislador. El mérito no es de las empresas ni de los trabajadores, simplemente es una normativa que obliga a contratar de una manera y que presiona a las empresas para que en el caso de no hacerlo, se sancione. Desgraciadamente así se aprende. Y ahora se persigue como nunca el fraude por contratación de duración determinada. Las empresas somos animales de costumbre, entonces al final se han acostumbrado a que no sea un escándalo contratar de forma indefinida. No se ha terminado el mundo y nosotros, desde el punto de vista jurídico, tenemos menos incidencias en los juzgados por estos motivos.

¿Esto ha incentivado a los trabajadores?

No hemos visto que la contratación indefinida haya supuesto un incentivo para los trabajadores. Pensábamos que sí, porque la normativa prácticamente no tocó el despido. Ni lo abarató, ni lo encareció.

Entonces no ha aumentado la contratación...

No vemos que haya aumentado, pero no porque no haga falta. El empresario en general se queja de no encontrar personal, y no digo personal cualificado. Les cuesta encontrar a personas que quieran trabajar una jornada completa. Yo no sé si eso ocurre porque el sistema social apoya más a los trabajadores con contratos a tiempo parcial o realmente lo que hay detrás es un cambio de mentalidad. Hay principios diferentes a los de otra etapa, en la que preocupaba más trabajar y hacer dinero. Y no tiene nada que ver con la contratación. Además, no necesariamente tiene que ser un problema. A lo mejor viene como consecuencia de un cambio de mentalidad, y eso es difícil de curar.

¿Tampoco ha influido la reforma en la mejora de los datos del paro?

No. La normativa puede cambiar y ser más o menos estricta, pero el empresario contrata cuando lo necesita y punto. Quejarse por el coste que supone contratar a un trabajador ha existido desde siempre. Es más, estoy segurísimo de que si se redujeran los costes salariales a la mitad, no se contrataría a más personal.

¿Cómo han respondido las empresas canarias a los cambios?

Lo primero que pensaron es que se acababa el mundo. Lo esperábamos porque el empresario, con todos mis respetos, llora mucho. Ahora se han acostumbrado y nadie se echa las manos a la cabeza sobre todo porque sigue existiendo una cierta garantía en cuanto a la posibilidad de despido, que es lo que les preocupa. Hubo mucha más inseguridad y miedo cuando la pandemia, porque la Administración estaba perdida y nosotros no sabíamos qué trasladar al resto.

¿Diría que se ha cumplido con el objetivo de reducir la temporalidad?

Se ha cumplido con el objetivo, pero creo que el siguiente paso es perseguir aquellos flecos y huecos por donde se puede seguir produciendo el fraude de la contratación. Para mí, el fijo discontinuo debería endurecerse más porque el fraude de ley ahora está ahí. Nosotros vemos contratos de este tipo que no están correctamente aplicados. Y esto no solo va en detrimento de lo que perseguía la reforma laboral, sino también de los derechos de los trabajadores. Todavía existe ese empeño de los empresarios de no suscribir un contrato indefinido. Y es absurdo empeñarse en utilizar algo que no es correcto cuando al final te puede salir, cuando menos, lo mismo que hacer lo correcto.

¿Qué impacto ha tenido la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)?

El SMI ha ayudado a mejorar el salario de muchos, pero cuidado, ha permitido que la negociación colectiva se relaje. Y eso es otro aspecto que debería tocarse en una próxima reforma y de alguna manera obligar a que exista esa negociación colectiva, fomentarla.

Los sindicatos se quejan de la cantidad de convenios sin actualizar en Canarias...

La mayoría. Solo los convenios de empresa suelen regularizar su vigencia. No es culpa de la Administración, es culpa de las representaciones sindicales y de las representaciones de la empresa. Hay que fomentar la negociación colectiva porque es lo único que puede evitar la conflictividad laboral. De hecho, la mayoría de estos problemas en los juzgados vienen dados porque el convenio es antiguo.

¿En qué punto está la adaptación de las empresas canarias a la digitalización?

Es una realidad a la que hay que ir acostumbrándose. El 70% de los empresarios ya se lo están tomando en serio, pero a los más pequeñitos le va a costar. Hay gente que todavía no tiene un ordenador en su oficina pero el grande hace tiempo ya que está actualizado y el mediano se está poniendo las pilas muy seriamente. 

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