eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crónica parlamentaria

Un poco de Montesquieu detrás de las orejas

La comparecencia del consejero Julio Pérez fue interesante

e incluso ofreció algún rasgo de humor

El consejero de Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, en el Parlamento. | | Efe

Las comparecencias de los consejeros del Gobierno de progreso –una expresión que la mayoría parlamentaria utiliza sistemáticamente, no vaya a confundirse el gabinete de Ángel Víctor Torres con otro– fueron importantes, pero no serias. O tal vez fueron serias, paro no importantes. Por supuesto en el pleno que finalizó ayer se insistió el uso onanista de la pregunta por parte de los partidos que avalan al Ejecutivo. Debe transcribirse para la posteridad, por ejemplo, la posteridad que conocerá el periquito en cuya jaula terminará esta página, la objetiva y ecuánime felicitación de Casimiro Curbelo a la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, que milita casualmente en la ASG: «Tengo que reconocer, y creo que esto no se ha dicho con la suficiente claridad, que la consejera de Turismo y su equipo ha realizado una labor extraordinaria». A ver quién va a negarlo.

Por lo demás lo de casi siempre. El doctor Ponce asegurando por enésima vez que el PP no quiere matar a nadie y que por favor se tome en serio la gripe y Blas Trujillo trasmitiéndole amablemente que si quiere bolsa. La consejera de Educación, Manuela Armas, normalizando que su departamento no haya aprobado todavía a finales de octubre la revisión de los currículos para adaptarlos a la LOMLOE porque otras seis comunidades autónomas tampoco lo han hecho (¿por qué la señora Armas no se hace acompañar de una traductora del lenguaje de signos y así podríamos entenderla mejor sordomudos y no sordomudos?). Y dos intervenciones que, tal y como era de esperar, desagradaron profundamente al banco azul. Particularmente fueron dos a cargo de los coalicioneros. Rosa Dávila hizo un repaso de la muy baja y a veces raquítica ejecución presupuestaria en varios ámbitos (vivienda, empleo, formación, sanidad) en los primeros nueves meses del año. Inversión en el Instituto Canario de Vivienda 20%. De los 41 millones del PIEC se han ejecutado tres. De los 40 millones del programa de oportunidades de empleo y formación solo se han dispuesto de 1,3 millones. Chano Franquis efectuó en su escaño su habitual danza de chamán afónico pero no se le entendió gran cosa. Nieves Lady Barreto recordó toda la cada vez más herrumbrosa cacharrería de promesas y compromisos de Torres y su equipo para la reconstrucción de La Palma después de la crisis volcánica. Por ejemplo, los 30.000 euros que el Gobierno autónomo prometió pagar, el pasado marzo, por cada vivienda destruida «totalmente insuficientes, porque nosotros seguimos exigiendo que se considere el valor real de las propiedades, pero es que encima ni eso llega». Suma y sigue. El consejero de guardia, José Antonio Valbuena, negaba con la cabeza ante tanto populismo desaforado.

El verdadero debate político se cerró con una crítica por todos los grupos a Podemos por convocar a la consejera Yaiza Castilla y hablar de moratoria turística

decoration

Por la mañana compareció Julio Pérez, consejero de Administraciones Públicas, para informar que las aguas territoriales canarias no corrían ningún peligro pese a las apetencias indisimuladas de Marruecos. Fue una comparecencia interesante e incluso ofreció algún rasgo de humor, como cuando la portavoz socialista, Nayra Alemán, afirmó que la postura del Gobierno de Canarias «ha tenido efecto» a la hora de dejarles claras las cosas a Rabat. Alemán, como en otras ocasiones, se puso a hablar en nombre del Gobierno; después de más de tres años como portavoz socialista no ha entendido que puede y debe hablar en nombre de su grupo parlamentario. Una malévola diputada conservadora afirmó en algún momento de la mañana que la señora Alemán creía que Montesquieu era el nombre de un perfume francés. Un poco de Montesquieu detrás de las orejas antes de salir de cada y vivirás tres días en uno. Monseñor Manuel Marrero le aconsejó al consejero que por supuesto debe mantenerse siempre la voluntad de negociación, pero que hay que negociar con firmeza. «Marruecos sigue alimentando el sueño del Gran Magreb», subrayó Marrero, «y eso nos preocupa». Lo más asombroso – incluso dejó ligeramente atónito al nacionalista Juan Manuel García Ramos – es que Pérez, para satisfacción de Marrero, aseguró que el Gobierno quiere definir y definirá las aguas bajo soberanía canaria, es decir, las aguas interiores, cuando el pasado marzo el PSOE –junto con el PP– votó en contra de una proposición no de ley sobre la plena autonomía interna para hacer exactamente lo mismo. Es extraño que Julio Pérez, que disfruta de una espléndida memoria, no lo recordara en ningún momento.

El segundo plato fuerte de la jornada consistió en la comparecencia de Noemí Santana, consejera de Derechos Sociales, por un asunto metodológico: cómo se están gestionando las ayudas a la dependencia desde principios de año. La presidenta de la Asociación de Cuidadoras, Familiares y Amigos de Personas con Dependencia (Acufade), Elena Felipe, afirmó en una comisión parlamentaria que se estaba precarizando el sistema de dependencia al optar la Dirección General por aplicar en la mayoría de los casos la prestación económica (387) euros antes una prestación de servicios (715 euros). El trámite, en el primer caso, es más rápido, y así se ha conseguido aligerar las larguísimas listas de solicitantes de dependencia que se habían acumulado. Es lo que ha permitido a Santana y a la directora general, Marta Arocha, proclamar el éxito de la gestión de la dependencia en Canarias; por el contrario, según remarcó la máxima responsable de Acufade, se está empeorando las condiciones de las cuidadoras a cambio de una retribución que roza lo indigno. Por supuesto el debate fue imposible, y no tanto por las intervenciones de la oposición, sino por el ataque furibundo de Santana contra CC y el Partido Popular, algo escasamente necesario si, por cierto, tu gestión fuera magnífica, tal y como la ha descrito la propia consejera más de una vez. Su compañera de Podemos, María del Río Sánchez, no ayudó demasiado, cuando afirmó que si alguien tenía pruebas de fraude estaba tardando en ir a un juzgado. El fraude del que hablaba la oposición– si el cronista no lo entendió mal– no era un fraude legal, sino la manipulación metodológica del sistema de asignación de ayudas que termina perjudicando no solo al servicio y pervirtiendo su sentido social, sino perjudicando a las entidades colaboradoras del tercer sector y en particular a las cuidadoras.

El verdadero debate político se cerró con una crítica generalizada por todos los grupos –algunas respetuosas, otras no tanto– a Podemos por convocar a la consejera de Turismo y hablar de moratoria turística. El portavoz del PP, que no tengo el gusto de conocer, se dirigió a Podemos para preguntarles irritadamente quien se creían para impedir que un hombre invierta donde quiera. Aunque el portavoz de Podemos, Francisco Déniz, fue tan poco hábil y convincente como de costumbre, tanta unanimidad alrededor de la sacrosanta industria turística resultó casi sospechosa. Yaiza Castilla quiso cerrar la discusión, que le parecía ociosa, proclamando que ya se habían intentado las moratorias, y no habían servido para nada. Lo mejor era aplicar las exigencias medioambientales, ecológicas y de sostenibilidad de la normativa legal vigente y todo marcharía razonablemente en un mercado que sabe autorregular. Sin duda a Déniz le perturbara la visión ciertas legañas ideológicas. Pero lo de la consejera Yaiza Castilla es pura ceguera acrítica.

Compartir el artículo

stats