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Desbandada canaria en Madrid

Numerosos cargos de diferentes partidos dejan la política nacional o lo harán

al término de la legislatura | Darias, Clavijo u Oramas encaran ya la precampaña

Carolina Darias, al término de una rueda de prensa tras un Consejo de Ministros, en septiembre. | | JUAN CARLOS HIDALGO

La representación política canaria en Madrid está sufriendo una reconfiguración en toda regla, y seguirá en los próximos meses. Cambiará el número y el perfil de los dirigentes que la encarnaban desde el inicio de la actual legislatura hace justo tres años, tras las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019. Por distintos motivos y diferentes circunstancias en cada caso, lo cierto es que cerca de una decena de cargos públicos canarios que iniciaron su tarea en la política nacional han dejado su puesto o lo harán con toda seguridad al final de la actual etapa legislativa. La desbanda afecta a casi todos los partidos, pero muy especialmente al PSOE y a CC, que van a nutrir sus listas en las elecciones autonómicas, locales e insulares de mayo con sus actuales pesos pesados en Madrid.

El caso más llamativo es el de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que abandonará, probablemente a finales de año, el Gobierno de Pedro Sánchez para concurrir a esa cita electoral como candidata socialista al ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La candidatura de Darias a las municipales se conoce desde hace meses, pero ella nunca lo ha oficializado en parte porque confiaba en poder convencer a la dirección del partido y al propio Sánchez para seguir en sus actuales responsabilidades como ministra.

Su regreso a la política canaria tan pronto no es algo con lo que ella contaba cuando entró a formar parte del Gobierno central en enero de 2020, entonces como ministra de Política Territorial y Función Pública, y no es ahora algo que la haga muy feliz, pero finalmente ha optado por asumir la tarea de intentar mantener para los socialistas la alcaldía de la capital grancanaria. Debates internos aparte, su sentido de la disciplina de partido y su lealtad con Sánchez la obligan a abandonar un ministerio en la que se sentía muy cómoda, con proyección pública y buena valoración por parte de los ciudadanos (es la cuarta solo por detrás de las ministras Margarita Robles, Yolanda Díaz y Nadia Calviño) y tras haber gestionado desde que accedió a él sustituyendo a Salvador Illa, a finales de enero de 2021, buena parte de la pandemia sanitaria del covid-19 y, en especial, el programa de vacunación contra el virus.

Otros dos dirigentes de primer nivel en el staff de su partido que dejarán la política nacional y tomarán rumbo a la canaria son los nacionalistas Fernando Clavijo y Ana Oramas, de CC, formación que va a echar el resto en las elecciones autonómicas de mayo para poder tener margen de maniobra en su objetivo de volver al gobierno regional del que fueron desbancados en 2019 tras más de 26 años ininterrumpidos en el poder. Clavijo asumirá como líder de CC la candidatura a la presidencia de Canarias en la lista regional y abandonará, por tanto, tras las elecciones, su actual escaño de senador autonómico, desde donde durante los más de tres años en el cargo ha tratado de cultivar un perfil de líder de la oposición en las Islas en una doble vertiente de crítica al Gobierno regional que preside el socialista Ángel Víctor Torres, y al Gobierno central con ataques muy directos tanto al jefe del Ejecutivo central, como a varios de los ministros con agendas muy nutridas de asuntos canarios.

Oramas, tras 15 años en Madrid

El caso de Oramas es mucho más llamativo porque va a dejar la política nacional para liderar la lista de CC por Tenerife tras más de quince años como diputada en el Congreso, una apuesta con la que la dirección nacionalista quiere galvanizar el partido y conquistar el voto de centro derecha de la Isla aprovechando la descomposición de Cs y las dificultades del PP para presentar candidatos de peso. La diputada dejará el escaño, al igual que Clavijo, en los días previos a la constitución en junio de 2023 del nuevo Parlamento de Canarias, y aprovechará durante estos meses su presencia en el Congreso para lanzar su campaña. Su adiós, parece que definitivo, al escaño que ha ocupado desde junio de 2007 supone un reto para su formación en la búsqueda de una alternativa de su talla y tirón electoral en las próximas generales, y es además un hecho de relevancia por la popularidad de la que goza en el hemiciclo y en el ámbito mediático.

El lío ‘podemita’

Además de estas tres bajas canarias en la política nacional como consecuencia de sus respectivas candidaturas en las elecciones de mayo, otros muchos cargos isleños en Madrid han abandonado, por distintas circunstancias, el cargo al que accedieron al inicio o a lo largo de la legislatura, o lo harán a su término. En Unidas Podemos se da la circunstancia de que, desde hace un año, ninguno de sus representantes electos en las últimas generales, Victoria Rosell, por Las Palmas, y Alberto Rodríguez, por Santa Cruz de Tenerife, están ya en el Congreso. Rosell lo abandonó para asumir su actual cargo de delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, y Rodríguez tras serle retirada el acta parlamentaria en octubre de 2021 por la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo por golpear a un policía en una manifestación en 2014.

Rosell sí permanecerá en su cargo previsiblemente hasta las próximas elecciones si antes no toma rumbo al CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) al ser puesto de nuevo su nombre sobre la mesa por parte de Unidas Podemos para la renovación del órgano de gobierno de los jueces. Rodríguez, cuyo escaño sigue vacío doce meses después de su marcha, está por su lado pendiente de que el Tribunal Constitucional resuelva su recurso para intentar recuperar el escaño. La persona que lo sustituyó, Meri Pita, no solo abandonó el partido y se pasó al grupo Mixto en marzo pasado, sino que acaba de anunciar que no se presentará a ninguna de las próximas elecciones. Prácticamente fuera de la política, el de Pita es por tanto el primer caso de entre los actuales representantes canarios en el Congreso y en el Senado, exceptuando a los ya mencionados Clavijo y Oramas, cuyo futuro ya no depende de si entrarán en las listas electorales o del resultado de los próximos comicios.

La desbandada canaria tiene otras casuísticas más allá de las hasta ahora descritas. El socialista Héctor Izquierdo permanece con un cargo con sede oficial en Madrid, pero su actual actividad tiene más que ver con Canarias que con la política nacional. Nombrado de forma sorpresiva secretario de Estado de Hacienda en enero de este año, ocupando así un puesto clave en el principal ministerio económico de la estructura del Gobierno central, apenas cinco meses después le fue retirada esa responsabilidad para convertirlo en Comisionado Especial para la Reconstrucción de La Palma, con sede en el mismo complejo de La Moncloa, pero sin funciones ejecutivas relacionadas con la política estatal y solo como mero coordinador de las medidas y planes que se han aprobado para afrontar los efectos de la crisis volcánica en esa isla.

Los otros ‘adioses’

En esta fase de adioses y cambios de cargos canarios en la capital se han dado todo tipo de circunstancias, como la que afectó a Pedro Quevedo, quien cuando accedió al escaño en el inicio de la legislatura ya sabía que su estancia en el Congreso tenía fecha de caducidad marcada para dar cumplimiento al acuerdo con CC para compartir temporalmente el escaño logrado en coalición con la número dos de la lista, María Fernández, representante del partido de Clavijo. Fernández, por su lado, disputará en primarias en los próximos días la candidatura de CC al Cabildo de Gran Canaria, pero mantendrá su escaño en la Cámara Baja durante toda la legislatura aún en el caso de lograr la nominación y entrar en la corporación insular en las elecciones de mayo.

Como colofón a este repaso de la pérdida o recambios de representantes canarios en la política nacional en los últimos meses cabría recordar el caso de Francisco Hernández Spínola, que por motivos de salud tuvo que abandonar su puesto, a las órdenes de la ministra Darias, como subsecretario de Sanidad a finales de diciembre de 2021. El veterano dirigente socialista canario había dado el salto a Madrid por primera vez en su carrera política en enero de 2020 con su designación como secretario de Estado de Política Territorial y Función Pública, también de la mano de Darias como titular del ministerio homónimo en el primer gobierno de Sánchez en esta legislatura.

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