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«Me sorprendió que Gorbachov conocía España por El Quijote»

Hernández y Mijaíl Gorbachov durante la entrevista en La Mareta. | | EFE

El periodista Salvador Hernández tuvo la oportunidad de entrevistar a Mijaíl Gorbachov en La Mareta durante sus vacaciones en 1992. El actual director de Biosfera Televisión recuerda el momento con mucho cariño y asegura que quedará guardado en su memoria para siempre.

Usted tuvo la oportunidad de entrevistar a Mijaíl Gorbachov en Lanzarote en el verano de 1992. ¿Cómo logró concertar el encuentro?

Era corresponsal de la agencia Efe en Lanzarote y trabajaba en el semanario Lancelot. La entrevista la gestionó la agencia y participó también un compañero de Madrid. La hicimos los dos. Para conseguirla tuve que ir montón de tardes a correr con el séquito de Gorbachov para poder hablar con Wladimir, el intérprete ruso que siempre le acompañaba. Ese era el contacto. Iba todos los días a insistirle y lo conseguimos. Fuimos los dos a La Mareta junto a un fotógrafo.

¿Solo se la concedieron a ustedes?

No estoy del todo seguro porque fue hace muchos años, pero creo que en formato entrevista de pregunta y respuesta fuimos los únicos. La concedieron porque era Efe y sabrían que tendría alcance nacional. La agencia movió sus hilos y yo moví los míos corriendo con los escoltas. Estábamos coordinados con Madrid.

Han pasado 30 años de aquello. ¿Qué recuerdos le quedan de la entrevista?

Fue muy bonito porque yo acababa de empezar. Tengo una imagen guardada en la mente de ese día y no se me va a olvidar. Nosotros entrando por un camino largo de La Mareta hacia el interior. En la valla había una nube de periodistas, de compañeros. Llegamos, se abrió la valla y accedimos mientras todos los demás se quedaron atrás. Fue un sueño conseguir estar allí dentro. Ya solo entrar fue un triunfo increíble. Y ya luego hacer la entrevista a Gorbachov, fue la guinda. Tan solo tenía 28 añitos.

¿Alguna anécdota del encuentro?

Me acuerdo de que le lleve a Raísa Gorbachov la revista Lancelot y se hizo una foto ojeándola, para mi fue un gesto muy bonito. Era otra época, fue hace mucho tiempo y no había tantos medios en Lanzarote como ahora.

¿Diría que fue la entrevista más importante de su vida?

No sabría decirte (risas). Tengo que reconocer que no la preparé yo solo, la preparé con el compañero que vino de Madrid.

«Siempre he sido consciente de que la entrevista es un documento histórico con mucho valor»

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¿Qué le preguntaron?

Fue una entrevista muy personal, no fue para nada política. Se trataba de ahondar en el aspecto mas íntimo del personaje. Lo cierto es que era una persona muy reservada y había protegido su intimidad y tampoco teníamos la intención de romperla. Nos contó que era una persona muy sensible y que la pareja había durado por la sencillez y la comunicación. Sus gustos eran muy normales, cosas tipo leer. Me sorprendió que nos dijo que tenía conocimiento de España a través de El Quijote. Tenía una visión cercana de las cosas porque era gente que siempre habían vivido de una forma muy natural.

¿Recuerda el titular?

Claro que lo recuerdo, era algo del tipo «vivimos alegremente porque somos gente normal». Querían dejar claro que el haber perdido el poder no les había supuesto un trauma, les daba pena por lo que significaba, pero a él como persona no le había supuesto un drama porque siempre se había comportado de una manera sencilla.

¿La barrera lingüística supuso un problema?

Había un traductor, no quedaba otra. Pero lo importante de la entrevista es el testimonio. Las dificultades del idioma pasaron a un segundo plano porque la entrevista en sí como documento histórico tiene un valor muy importante. Yo siempre he sido consciente de eso, del valor histórico de la entrevista. Incluso tengo una foto colgada de ese momento en mi despacho. Lo recuerdo con mucho cariño.

¿Usted ya había estado en otra ocasión en La Mareta?

Sí, ya había estado cuando un hijo de Hussein de Jordania vino de luna de miel a Lanzarote. Yo estaba empezando en Lancelot, pero antes la sociedad era diferente, yo tenía contactos y hablando con los escoltas conseguí que nos recibieran dentro e hiciera una pequeña entrevista. Pero no fue en el mismo lugar, fue en otra estancia de La Mareta.

¿Volvió a tener contacto con Gorbachov?

Ojalá, que va, ni en sueños.

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