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Lorenzo Pérez Jiménez Productor de cochinilla con denominación de origen

«La cochinilla de Canarias es la que tiene más concentración de carmín»

«Produzco 350 kilos en 3.000 tuneras; en la finca caben 40.000 pero necesitaría personal»

Lorenzo Pérez Jiménez recogiendo la cochinilla de las tuneras de la finca que tiene en Marfú, en Ingenio. José Carlos Guerra

Lorenzo Pérez Jiménez (Las Palmas de Gran Canaria, 1977) se licenció en Ingeniería Informática, pero la crisis de 2008 le hizo imposible acceder a un puesto laboral con esta titulación. La opción fue recuperar el cultivo de cochinilla en una finca familiar en Ingenio. Ha logrado tener la Denominación de Origen de Canarias y exportar a los cinco continentes que reclaman este tinte por su concentración de carmín.

Acaba de presentar en Francia en el Congreso Internacional de Horticultura un trabajo sobre la cochinilla con Denominación de Origen Protegida. ¿Qué contó allí?

Expliqué cómo empecé hace diez años en una finca familiar, en Ingenio, a revalorizar la cochinilla. El trabajo se titulaba El único tinte natural del mundo con Denominación de Origen Protegida, por eso me invitaron, porque yo no soy científico, sino un agricultor. Y para conocer cómo se consigue la Denominación de Origen, y para que le sirviera como modelo a productores de tintes naturales de otros países. Llamó la atención. También hablé del nuevo proyecto del sello ecológico.

¿Y por qué le invitan?

Porque en el congreso, que se lleva celebrando desde 1859, y este año tocó en Francia, se abordaba en un simposium, entre los veinticinco que había, el tema de los colorantes naturales, y el comité científico contactó conmigo.

¿Cómo ha conseguido que la cochinilla tenga tanta calidad?

En Francia me lo preguntaron también y les dije que la cochinilla es un animal que come de la tunera y si el suelo está bien nutrido, y se hace la recolección en su momento, a veces a los tres meses y otras a los dos y medio, y el proceso del secado bien, se va a lograr una buena producción. No tengo un estudio científico, voy haciendo pruebas, poniendo nitrógeno y fósforo, y cuidando todo.

¿Cómo se le ocurre la idea de dedicarse a producir cochinilla, un cultivo que se exportaba en el siglo XIX pero que se queda sin futuro ante la irrupción de los tintes sintéticos?

De la cochinilla se extrae carmín para los tintes, para los yogures, para la carne, los helados. Para lo que más se usa es para los colorantes en la alimentación. Fue la competencia de Perú lo que hizo que la producción fuera menos rentable, no tanto los tintes sintéticos. Los tintes sintéticos son cancerígenos y no están autorizado en la alimentación. Pero la producción que tengo en Ingenio se destina al sector textil.

¿Hay mucha demanda de colorantes naturales?

Si, en la alimentación muchísimo, y también en el sector textil. Cualquier producto de alimentación que encuentre en el supermercado va coloreado con tintes naturales: salsas, yogures, batidos, carnes, bebidas alcohólicas.

¿Se colorea todo?

Si, se colorea porque hoy en día si vendes una carne un poco gris la gente no la compra. Compramos por la vista. La Unión Europea está exigiendo que en la alimentación se utilicen tintes naturales.

¿Y el mundo textil valora el producto natural?

Canarias llegó a producir tres millones de kilos de cochinilla, tres mil toneladas, y fue líder mundial en 1859. Esa es la misma cantidad que produce Perú. Lo que pasa es que antes la producción iba al sector textil y ahora a la alimentación. El sector textil escapa con tintes sintéticos, sobre todo la moda rápida, también se tiñe en India porque los costes son más bajos. Pero la Unión Europea desde hace dos años le ha dicho al sector de la moda que tiene diez años para usar tintes naturales.

¿Quienes son sus clientes?

Empresas de Europa que tiñen textiles, de países como Francia, Alemania e Italia; de Irán o Persia, que se dedican a las alfombras, también empresas de Norteamérica y Australia, que son grandes distribuidores de tintes. Aquí hasta los trajes tradicionales se hacen con lanas chinas, pero en Europa la artesanía se hace con todo natural.

¿Cómo entra en contacto con estas grandes distribuidoras para vender la cochinilla?

Se han enterado ellos porque estoy en las redes sociales. Han visto lo que hago y apuestan por la calidad, y ahora que estoy con lo ecológico va a ser más potente. Hay empresas de alimentación que nos han pedido el sello ecológico porque eso no existe en el mercado.

¿Cuanto produce en la finca de Ingenio?

En torno a los 350 kilos de cochinilla seca. Esa es la producción de las 3.000 tuneras plantadas, en realidad son pocas. Es una hectárea la que hay plantada de las diez que tiene la finca, es decir que puedo poner unas 30.000 o 40.000 tuneras más. Claro, tendría que contratar personal porque ahora solo me ayuda mi familia. Y no recibo subvenciones públicas como tienen los ganaderos por el Posei.

¿Y cómo fue lo de dedicarse a la agricultura? ¿Por tradición familiar?

Pues hace diez años me cogió la crisis económica. y pese a que soy ingeniero informático no lograba tener un empleo relacionado con mi formación. Tras un año sin lograr un empleo, como mi familia hay tradición, y yo conocía este cultivo porque se procesaban hasta cinco toneladas. Me acuerdo que era pequeño y el olor a cochinilla invadía todo. Es un olor característico, que incluso hoy me transporta a cuando tenían la finca mis abuelos. La finca estaba en El Hormiguero y se arrancó todo. En esta de Marfú empecé desde cero para hacerlo bien y lograr el sello de calidad.

¿Qué distingue a la cochinilla que produce a la que se cultiva en Perú?

La concentración de ácido carmínico. Es de más calidad. El grano puede parecer igual pero la cochinilla que produzco le puedo decir que es la mejor del mundo. Tiene más potencia en colorante. La cochinilla de Canarias tiene más calidad porque la concentración es más alta y por eso tiene la Denominación de Origen. La concentración está en el 19% de ácido carmínico pero como soy un obsesionado he logrado que sea de un 23,44 de concentración de colorante. Me he vuelto casi un químico. Para lograr todos estos parámetros no cuento con asesoramiento ni del Instituto de Investigaciones Agrarias, que debería involucrarse.

¿Y cómo ha podido salir adelante con todo solo?

Bueno, cuento con la ayuda en lo que se refiere a mano de obra de mi familia. Pero si estás solo es complicado. Esta es una Denominación de Origen distinta porque el Gobierno se implica en las promociones del vino o del queso pero en esta no.

¿No ha logrado animar a otros jóvenes a que se atrevan a apostar por las tuneras?

La gente se anima cuando ve dinero porque los agricultores son así. Empecé sin dinero pero porque esto me apasiona, me encanta. Aparte de que me da para vivir me gusta, y me ha dado la oportunidad de entrar en contacto con la Real Fábrica Tapices, a la que también suministro, o con el Museo del Prado donde he asistido a conferencias sobre el uso de la cochinilla en cuadros de Goya o Velázquez. No es un cultivo residual como se veía antes. El único sitio de Europa donde se puede ver como se cultiva es aquí. A los turistas les llama la atención.

¿En el Archipiélago no tiene competencia?

Ahora solo hay dos agricultores en Lanzarote que cultivan, pero no están exportando.

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