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Canarias, refugio favorito del canario

Vivir en un archipiélago predispone el espíritu viajero de los isleños que, sin embargo, prefieren en mayor proporción quedarse en la propia comunidad autónoma; la escasez de las rentas ayuda a ello

Pasajeros en la terminal de salidas del aeropuerto Tenerife Norte Ciudad de La Laguna. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ

Vivir en islas conlleva tener que coger un avión de modo casi obligado para salir de ellas. Y subirse a un avión implica menores restricciones de distancia, lo que dota a los canarios de un contexto que les anima a viajar a otros países en mayor medida que el resto de españoles. Por habitar en un territorio fragmentado, también conocer los rincones de la propia comunidad autónoma se convierte en muchos casos en una notable experiencia viajera que se vio más animada a partir de la necesidad de no alejarse de casa que impuso a partir de 2020 la pandemia.

No son de calado menor esas circunstancias estructurales en la determinación del perfil del canario viajero, pero tampoco son las únicas a tener en cuenta. Las hay también de índole económica ya ampliamente conocidas. De la marcada terciarización de la actividad productiva canaria se derivan los salarios medios más bajos de España. A ello se une un paro estructural muy elevado que coloca siempre la tasa de desempleo del Archipiélago entre las más intensas del país; la segunda mayor (17,76%) según la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre de este 2022.

Con estos condicionantes, la renta neta media por hogar (26.392 euros) fue la cuarta más baja de España durante el pasado año, según la Encuesta de Calidad de Vida difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ese mismo trabajo señala que en el 42,9% de los hogares del Archipiélago no pueden permitirse ni una sola semana de vacaciones al año. Datos todos necesarios antes de entrar puramente en materia para entender por qué, en parte, el turismo interinsular es el claro favorito de los habitantes de las Islas.

Situándonos en los años previos al coronavirus, el 58% de los viajes de los residentes en Canarias tuvo como destino en 2018 su propia isla u otra de las que integran la comunidad autónoma. Esos casi seis de cada diez que revela la Encuesta de Residentes del INE se convirtieron en el 45% en el año prepandemia. A partir de ahí, como en la práctica totalidad de las situaciones, el comportamiento de los consumidores varió de manera drástica.

Con el confinamiento (marzo-mayo de 2020) muy reciente y las campañas de vacunación aún situadas en un horizonte de medio plazo, los agentes turísticos lanzaron una campaña –Muévete por Canarias– que intentó mantener un cierto dinamismo en los negocios alojativos llenándolos con los propios isleños. Eso determinó que el 77% de los desplazamientos vacacionales de los canarios en dicho ejercicio tuvieran por escenario las Islas.

«De aquello ha quedado mucho y podemos dar por consolidada la marca», afirma el director general de Viajes Insular, Ignacio Poladura. El año pasado el porcentaje de quienes se decantaron por el turismo interislas descendió hasta el 62%. Y en lo que llevamos de este 2022, «andamos en torno a un 40%, otro 40% elige la Península y el restante 20% –15% en 2021– se decanta por el extranjero», explica el también vicepresidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Canarias.

La evolución del negocio de los viajes está siendo «fantástica desde mayo», en palabras de Poladura. Las aguas van volviendo a su cauce por lo que respecta al coronavirus. «Los niveles de las reservas están en torno al 90% de los niveles prepandemia», añade.

Eso sí, también en el caso de los isleños con una tendencia a la reserva de último minuto muy acentuada que se deriva de las incomodidades que ocasionaron las cancelaciones sobrevenidas a las que obligaron las restricciones sanitarias que fue necesario adoptar para contener al coronavirus. Esa tónica de apurar la toma de decisiones, que tanto inquieta a los hoteleros, continuará imperando en el último trimestre, en opinión de Ignacio Poladura.

Enviar al pasado, dicho con todas las precauciones, la pandemia, no basta para declarar despejado de condicionantes el negocio turístico. En el pasado invierno tomaron el relevo otras circunstancias que también influyen en las decisiones de los canarios a la hora de viajar. A un galope de los precios –a lomos de la energía, principalmente– como no se conocía desde hacía treinta años, se sumó en febrero la querencia invasora de Vladimir Putin con Ucrania como objetivo.

También este factor encierra una vertiente económica que tiene su ejemplo más claro en la guerra de suministro de gas que, aunque se atenuara en los próximos meses, ya ha generado un efecto psicológico entre los viajeros. A ella se une la geográfica, que se sustancia en el declive de los destinos próximos al conflicto.

Lejos de Rusia

En un primer momento, se anotaron «cancelaciones de viajes a Praga», cita como ejemplo el director general de Viajes Insular. Todo lo que sea acercarse a Rusia –Turquía, por ejemplo– no está ahora mismo entre las preferencias de los isleños a la hora de diseñar sus vacaciones. Sin embargo, «EEUU o Canadá», detalla, son destinos en auge.

Todo ello sin perder de vista que el acortamiento del kilometraje se valora mucho, porque aún están recientes los casos de tantos canarios que se las vieron y se las desearon para volver a casa desde Asia o América cuando irrumpió el cero turístico en todo el mundo. Japón reabrió al turismo hace apenas dos meses, y tampoco ayuda la creciente tensión de las relaciones entre China y EEUU con Taiwán como escenario principal.

La Encuesta de Turismo de Residentes señala también que los isleños que se decantan por salir al extranjero extienden sus viajes por más tiempo que la media de los españoles; 7,54 días los primeros y 5,95, los segundos, según datos de 2019, último para el que el INE ofrece datos de los isleños.

Sin embargo, en los viajes que no trascienden las fronteras del país, los ciudadanos del Archipiélago emplean solo 3,89 días, mientras que los del conjunto de España los prolongan un poco más, hasta las 4,74 jornadas; en este caso sí, con datos actualizados a 2021. Hay un claro porqué que lo explica: la abundancia de escapadas interinsulares de duración poco prolongada.

En cuanto a los que decidieron el año pasado viajar desde las Islas a otro punto del territorio nacional –23% de los que pudieron tener vacaciones– sus destinos predilectos fueron Andalucía (19,9% de las pernoctaciones de canarios en la Península y Baleares), Cataluña (17,3%) y Comunidad Valenciana (15%).

Las visitas a otros puntos de España se quedaron en 2016 a solo cinco puntos de los desplazamientos interinsulares (38% por 43%). Los viajes internacionales tocaron techo en 2019 cuando supusieron el 24% del total de los viajes de los canarios.

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