La diputada de Coalición Canaria (CC) en el Congreso de los Diputados Ana Oramas ve "absurdas e incomprensibles" las medidas de ahorro energético impulsadas por el Gobierno central si se aplican en el archipiélago.

A través de las redes sociales, Oramas esgrime que "si en Canarias no hay gas, si tampoco hay calefacción, si los comercios y restaurantes hicieron obras para ventilar por el COVID, si la sensación térmica depende si hay humedad o no, en nuestra tierra es húmeda, las medidas son incomprensibles y absurdas y -la- normativa laboral ignorada".

El Gobierno dio este lunes luz verde a su plan de ahorro en climatización para que los espacios públicos, incluidos centros comerciales, cines, estaciones y aeropuertos, reduzcan sus consumos y contribuyan a garantizar la seguridad e independencia de la Unión Europea en materia energética en plena crisis con Rusia.

A nivel de energía, la principal novedad introducida en el decreto es que edificios administrativos, espacios comerciales y culturales, estaciones de tren y autobús, y aeropuertos tendrán que ajustar sus termostatos para que no queden por debajo de los 27 grados en verano ni superen los 19 grados en invierno.

Además, se deberán apagar tanto las luces de los escaparates a partir de las 22:00 horas como la iluminación de los espacios públicos cuando no estén en uso, al tiempo que tendrán que mantener sus puertas cerradas cuando estén funcionando sus sistemas de calefacción o refrigeración.

Estas medidas se articulan sobre el reglamento de instalaciones térmicas de edificación y el código de alumbrado, cuya vigilancia corresponde a las comunidades autónomas, los cuales establecen un régimen sancionador "que se aplicaría" en caso de incumplimiento.

Todas ellas complementan a las adoptadas el pasado 24 de mayo para el ahorro energético en la Administración General del Estado y las entidades del sector público estatal.

Ya entonces se fijó como objetivo reducir el consumo de energía en locales climatizados no superando los 19 grados en los meses de calefacción, ni estando por debajo de los 27 grados cuando fuera necesario refrigerar.

Se trató de una respuesta similar a la adoptada pocas semanas antes por Italia, uno de los primeros Estados vecinos en dar luz verde a este tipo de planteamientos dada su fuerte dependencia del gas.