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¿Son ofensivos los cuadros del Parlamento de Canarias?

Diputados de Coalición Canaria y Sí Podemos reavivan la polémica de los lienzos del Parlamento dedicados a la conquista y reclaman que se cubran durante los plenos

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Fotos a los dos grandes cuadros que presiden el salón de plenos del Parlamento de Canarias Andrés Gutiérrez

Los cuadros de la humillación. Así se han referido algunos a los lienzos dedicados a la conquista de Canarias que flanquean la mesa presidencial en el Parlamento regional. Pero lo que para unos es una ofensa al mostrar la rendición de los aborígenes canarios evocando una visión «parcial» de la conquista, para otros no es más que una expresión artística de gran valor que no merece ser ocultada.

¿Arte u ofensa? Según los diputados de Coalición Canaria (CC), Mario Cabrera y de Sí Podemos, Francisco Déniz, los cuadros del salón de plenos del Parlamento de Canarias son las dos cosas. Ambos volvieron a reavivar ayer la polémica en torno a si estos lienzos –obra del pintor Manuel González Méndez (1883-1909) y que muestran escenas de la rendición de los aborígenes del Archipiélago ante los conquistadores españoles– son adecuados para ocupar un lugar de honor en la máxima institución de las Islas. Y por eso han remitido un escrito a la Mesa del Parlamento para que se cubran, al menos durante la celebración de las sesiones plenarias, al considerarlos ofensivos. 

Los óleos fueron encargados al artista palmero en 1902 con el objetivo de que presidieran lo que en aquel momento era una sala de espectáculos de la extinguida Sociedad musical Santa Cecilia, que ocupaba el edificio donde actualmente se ubica el Parlamento. Tal y como se indica en la página web de la institución, el resultado de este encargo fueron dos grandes lienzos: La Fundación de Santa Cruz, con el conquistador Alonso Fernández de Lugo en el centro portando la cruz fundacional; y La entrega de las princesas, en el que plasmó una escena de la conquista de Gran Canaria, en la que se entrega a la princesa aborigen Arminda Masequera, rebautizada como Catalina, al conquistador Pedro de Vera. 

Nueva Canarias y ASG han mostrado su apoyo a la iniciativa para tapar los lienzos

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«No pretendemos cuestionar el valor artístico de esas pinturas pero sí entendemos que es una cuestión política», detalló Cabrera, quien valoró que no es de recibo que en plena democracia presidan la máxima institución de Canarias unas obras en las que «se ofrece a dos niñas como gesto de rendición». A lo que Déniz añadió que también se rinde homenaje a los conquistadores Alonso Fernández de Lugo y Pedro de Vera, que «por su carácter sanguinario fue sancionado por la Corona y el propio Vaticano». 

También mostró el apoyo de su formación a que se inicie el debate sobre este asunto Jesús Ramos Chinea, diputado de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), quien señaló que «hay simbología que no debería estar presente en la administración pública». Asimismo, el portavoz parlamentario de Nueva Canarias (NC), Luis Campos, respaldó ayer la iniciativa al considerar «poco edificante» que la institución que representa la soberanía popular «ensalce algunos de los episodios más luctuosos de la historia del Archipiélago». 

Esta no es la primera vez en la que se genera controversia acerca de qué hacer con los óleos del Parlamento. El primero en señalarlos como ofensivos fue el expresidente del Gobierno de Canarias, Lorenzo Olarte, que en varias ocasiones ha señalado la necesidad de retirarlos porque representan la «humillación de los guanches colonizados». La polémica resurgió en 2016, cuando el diputado Mario Cabrera planteó a la Mesa del Parlamento un posible traslado de los lienzos. Tras esto, se encargó un informe a la Real Academia de las Bellas Artes San Miguel Arcángel, que determinó sin género de duda el valor artístico de los cuadros. El estudio aseveraba también que las obras «forman parte indisoluble del salón noble», es decir, que las pinturas están insertas en la propia arquitectura del inmueble, que ha sido declarado Bien de Interés Cultura (BIC) «no solo por su continente, sino también por su contenido», con lo que las obras no pueden trasladarse a ningún otro lugar. 

En aquel momento la Cámara no llegó al consenso necesario para al menos cubrir los lienzos en determinadas ocasiones. Ahora los diputados que promueven la iniciativa esperan lograr un acuerdo que lo posibilite. Solicitan que se pongan en marcha los preparativos necesarios para instalar un mecanismo –señalado por los técnicos expertos– que permita ocultar los lienzos. Y esperan que se haga efectivo desde el comienzo del próximo periodo de sesiones. 

«Un sector de los diputados nos sentimos bastante ofendidos» por los cuadros que ofrecen una visión «bastante sesgada de lo que fue la conquista de Canarias», indicó Déniz. Ofensa que los firmantes hicieron extensible en su escrito a parte de la sociedad canaria. Mientras, Cabrera recordó que tras el tapiz detrás de la mesa presidencial está oculta otra obra del mismo pintor y que ya en el Parlamento de Andalucía se ha tomado una decisión similar con un retablo del pintor Alonso Vázquez, que se cubre con un lienzo con el escudo andaluz cuando hay sesión plenaria. 

Sin embargo, han sido numerosas las voces expertas en Bellas en Artes, Historia e Historia del Arte que tanto en el pasado como ahora han señalado que estas obras son un legado patrimonial del Archipiélago y que su crítica corresponde a un desconocimiento del contexto en el que fueron elaboradas.  

Carlos Castro Brunetto, profesor titular del Departamento de Historia del Arte y Filosofía de la Universidad de La Laguna (ULL), explica que estos lienzos son los primeros en los que se recupera a nivel iconográfico la cultura aborigen más allá del aspecto religioso. «Lo que hoy puede llevar a una lectura negativa, en aquel momento quiso representar la fusión de los dos pueblos como una forma de reivindicar el pasado guanche en la sociedad canaria», apunta. 

Aunque reconoce que se trata de una escena «bañada en el romanticismo» que imperaba en aquel momento, se debe entender que las obras «plasman la mentalidad de su tiempo». 

Castro Brunetto también destaca la calidad artística del autor Manuel González Méndez, que vivió casi toda su vida en París, y fue uno de los grandes pintores canarios de su época aunque por desgracia sea «un gran desconocido».

Los impulsores afirman que los óleos ofrecen una visión «sesgada» de la conquista de las Islas

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Este experto también advierte del peligroso precedente que puede sentar que finalmente acaben cubriéndose de alguna manera los dos lienzos. «Cubrir es un acto de censura y a mi me da miedo la censura en cualquier aspecto», apunta. Resalta que la historia «está ahí y no la podemos esconder» sino que se debe conocer y entender para aprender de ella. «El patrimonio nos habla del pasado y tapar y esconder no suele ser lo mejor», determina y cuestiona «las pirámides fueron levantadas con trabajo esclavo ¿deberíamos destruirlas por eso?». Aunque incide en que lo que debe primar es el valor artístico de las obras.  

La Mesa del Parlamento es el organismo que debe ahora tomar una decisión acerca de la propuesta presentada por Cabrera y Déniz. Ambos diputados detallaron que esta institución puede proceder de determinadas maneras con la iniciativa, como hacer que se debata en la Junta de Portavoces, para que puedan expresar su opinión todos los grupos, así como pedir informes alternativos. Los impulsores de la iniciativa consideraron ayer que pueden recabar el consenso de los demás grupos parlamentarios. 

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