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Crisis migratoria | Comisión en la Cámara regional

¿Se trata mejor a los refugiados de Ucrania que a los niños de Mali en Canarias?

Aboubacar Drame, un maliense que llegó a las Islas siendo menor de edad en plena 'crisis de los cayucos' hace16 años, cuenta sus experiencias en el Parlamento canario

Aboubacar Drame, ayer en el Parlamento de Canarias. | | Efe

¿Se trata mejor a los refugiados de Ucrania que a los niños de Mali en Canarias? Aboubacar Drame, un maliense que llegó a Canarias en plena crisis de los cayucos hace16 años y ahora es intérprete en un centro de menores, puso en el punto de mira este jueves en el Parlamento canario la respuesta que se da en las Islas a la petición de asilo político. Cuando salió de Mali, en 2006, su país no estaba en guerra, pero ahora sí, y Drame lamenta "la doble vara de medir" que tiene Europa con los derechos humanos, una situación que se puede percibir en las Islas.

En estos momentos se está dando "prioridad" en otorgar asilo político a las personas refugiadas de Ucrania frente los menores de Mali, que vienen de un país en conflicto desde hace diez años, afirmó hoy taxativamente en la Comisión de inmigración en el Parlamento canario, donde por primera vez se dio voz a una persona llegada en patera para contar su historia.

Y no es que Drame quiera devaluar la dura situación por la que están pasando lo refugiados ucranianos, ni mucho menos, pero evidencia los problemas que sufren los menores llegados en patera o cayucos desde África, huyendo también de los conflictos y el hambre.

En este contexto, explicó que se están dando casos de trabajadores sociales que han ido a la Policía a pedir protección internacional para menores migrantes, pero les han contestado que ahora se están centrando en los refugiados ucranianos que llegan a las Islas.

Y esta cuestión se suma al problema de que los chicos se encuentran en los centros esperando más de un año por una prueba ósea que determine su edad, y mientras "ni siquiera se les da la opción" de pedir asilo político pese a que tengan derecho a ello como los adultos, aunque estén bajo la custodia del Gobierno canario. Porque son dos cuestiones distintas: el asilo les da documentos y oportunidades laborales o de prestaciones, mientras que la custodia del Gobierno acaba a los 18 años y en la mayoría de los casos se quedan en la calle y sin papeles.

A su juicio, se les debe dar esa opción de pedir asilo político sin esperar la prueba ósea, como a cualquier otro adulto que venga de una zona en conflicto, o por motivos de raza, religión u orientación sexual. A los menores les mina la moral estar en este limbo legal en los centros porque, además, al no determinarse la edad se les impide ser escolarizados o trabajar si ya han cumplido la mayoría. Hoy casi 3.000 menores migrantes dependen del Gobierno canario .

Reproche al Gobierno canario: No va a los centros de menores

"Son menores extranjeros en custodia del Gobierno de Canarias, que debería saber la realidad", recalcó en el Parlamento Drame, "pero no he visto la presencia de ningún gobernante" en estos centros, espetó ante los diputados.

Aboubacar Drame se crió en Mali, en la región de Kayes, cercana a la frontera con Senegal y Mauritania. Fue al colegio hasta los doce años, el máximo de escolarización estatal. Logró una beca para estudiar en un instituto en Mauritania, donde estuvo un año por el cierre del centro y cuando volvió a su aldea consiguió un trabajo como maestro.

Por la situación familiar, su padre se quedaba su sueldo, así que decidió que quería progresar y , tras contactar con un amigo que había dado el salto a Canarias, optó por embarcarse en una patera desde Mauritania. De Mali se trasladó a Noadibou, contactó con un traficante de personas", pagó un billete de 1.000 euros e inició la travesía que le ha llevado hoy al Parlamento. Él tuvo suerte. El viaje duró cuatro días y llegó en buen estado. Tenía 17 años cuando desembarcaba el 15 de marzo de 2006, en plena crisis de los cayucos en el muelle de Arguineguín. Lo acogieron en un centro de emergencia de menores con más de cien chicos, cuenta. Algo muy alejado de lo que era su entorno familiar.

Allí le hicieron la prueba ósea para determinar la edad y dio como resultado que tenía catorce, en vez de sus diecisiete años, por lo que no le permitieron trabajar, ni escolarizarse. Fue frustrante. Pero durante la espera hacia el reconocimiento de su mayoría de edad aprendió español y ahora trabaja en los dispositivos de atención y advierte: "Se siguen cometiendo los mismos errores".

Menores inmigrantes sin escolarizar

Muchos de los jóvenes están sin escolarizar a la espera de la prueba ósea, y sufren "desesperación" porque mientras que en 2006 estas pruebas tardaban uno o dos meses, ahora la demora puede superar el año y medio, explica. En su opinión, lo que sí ha mejorado son los permisos de trabajo de los chicos cuando abandonan los centros de menores. 

En su intervención, narró lo que le cuentan los jóvenes en el centro. En la zona norte de Mali , en pleno conflicto, la situación es muy dura, En las aldeas las familias no pueden ir a buscar leña que "es como la luz y el gas" para ellos y tampoco pueden cultivar las tierras porque aparece el "ejército terrorista".

Cambio climático

En aldeas como la suya se vive otra realidad: el cambio climático ya no permite subsistir de la agricultura y los jóvenes salen por "supervivencia". "El inmigrante de clima existe" , enfatiza. No es optimista ante la posibilidad de que trabajando con los gobiernos de los países de origen de los inmigrantes vayan a cambiar las cosas, pues entre otras cuestiones, nunca ha visto ninguna autoridad africana que venga a interesarse por los menores migrantes ni por los mayores.

"Hay africanos que mueren a diario en el Mediterráneo y en el Atlántico y nunca he visto a un mandatario africano mostrar su malestar", lamenta. Y considera además que "Europa siempre va a poner obstáculos a la inmigración". De hecho, no confía en las palabras que se repiten una y otra vez sobre que se deben implementar la vías regulares para la migración. "Intentan cerrar a África", considera, y pone de ejemplo que esta misma semana acompañó al aeropuerto a una familia africana que iba a volar desde Canarias a Francia con todos los papeles en regla y la Policía enseguida empezó a ponerles trabas a cuenta de vacunas y pruebas PCR.

Mafias y policía corrupta

Por ello, cree que los africanos van a seguir jugándose la vida en pateras o cayucos para conseguir un futuro mejor, y lo peor, es que las "las mafias siguen ahí" con el apoyo de alguna policía mauritana corrupta, que son cómplices de los traficantes de personas. De hecho, él iba a embarcar en 2006 en Noadibú cuando fue detenido poco antes por una patrulla, pero un traficante se acercó y les dijo dijo a los agentes: "este es cliente mío", y pudo seguir su camino.

Drame quiere volver a su país porque siente que allí puede ayudar a sus compatriotas. Tiene "sangre africana" y suele viajar a Mali, donde ve su futuro. Hace seis meses hizo el mismo recorrido que cuando se fue por primera vez con 17 años: el trayecto de Mali a Mauritania, aunque sin embarcarse en un patera. Percibió que las mafias continúan con su lucrativo negocio de personas y hay mucha policía corrupta, aunque hay otros que que "hacen un gran trabajo".

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