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El pesquero ruso al que prohibieron el acceso en España llega al Puerto de Las Palmas

El Ministerio de Agricultura da vía libre al atraque del ‘Aleksandr Mironenko’ tras denegarlo el pasado viernes en contra del criterio de Marina Mercante y Puertos del Estado

El ‘Aleksandr Mironenko’, durante una escala en el Puerto de Las Palmas efectuada a mediados del pasado mes de marzo.

El buque pesquero ruso Aleksandr Mironenko entró en la tarde de este lunes en el Puerto de Las Palmas tras obtener el visto bueno del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La nave, que había recibido permiso de acceso el pasado viernes por parte de Capitanía Marítima y de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, llevaba desde entonces deambulando en aguas al sur de Gran Canaria –aunque fuera de las doce millas– después de que otro departamento del gobierno central, la Subdirección General de Vigilancia Pesquera, apelara a las sanciones contra Rusia y le denegara el acceso a La Luz bajo advertencia de sanción grave. 

Para justificar la decisión de denegar el acceso, Pesca aludió al Reglamento europeo aprobado por el Consejo el pasado ocho de abril en el que se estipula la prohibición de acceso de buques de bandera rusa a los puertos españoles desde el día 17 de este mes. La postura del departamento que dirige Luis Planas chocaba, sin embargo, con la acordada por la Dirección General de la Marina Mercante y Puertos del Estado, entidades dependientes del Ministerio de Transportes que el día 13, antes de la entrada en vigor de la prohibición, establecieron unas instrucciones operativas entre las que se incluía una excepción para los pesqueros.

A esta última salvedad se aferró la Asociación de Consignatarios de Buques de Las Palmas, Asocelpa, que durante el fin de semana advirtió sobre la situación en la que se encontraba el Aleksandr Mironenko, convertido en el primer barco de bandera rusa al que se le denegaba el acceso a un puerto español. En un comunicado, la organización denunció una «falta de coordinación interministerial» a la hora de aplicar la normativa que acabó dando lugar a discrepancias en su interpretación. 

La postura de Agricultura era contraria a la opinión del Ministerio de Transportes

Poco después de que el pesquero tomara rumbo norte hacia el Puerto de Las Palmas, Asocelpa celebraba el levantamiento de la prohibición a través de otro comunicado. En él agradecía la dedicación «de Capitanía Marítima, Autoridad Portuaria y su presidente, y el delegado del Gobierno en Canarias», Anselmo Pestana.

El representante del Ejecutivo central en el Archipiélago, que durante la mañana de este lunes anunció el cambio de postura del Ministerio de Pesca, explicó que la prohibición del viernes había tenido lugar como consecuencia de las «dudas sobre la aplicabilidad de la norma a los pesqueros» surgidas en el seno de la administración. «Esto se ha aclarado entre Puertos del Estado, la Dirección General de la Marina Mercante y la Secretaría General de Pesca», detalló Pestana.

Una vez en el Puerto de Las Palmas, el Aleksandr Mironenko podrá realizar las operaciones que tenía planificadas antes de la prohibición del viernes. El buque forma parte de la flota rusa que opera en aguas africanas desde hace décadas: pese a tener su puerto base en la ciudad de Murmansk, en el Ártico ruso, navega siempre en el Atlántico medio entre Mauritania y Senegal y realiza todas las actividades logísticas en Canarias, donde recibe servicios que van desde las provisiones hasta las reparaciones en seco pasando por los reemplazos de tripulantes. Este tipo de operativas supone un negocio anual cercano a los 100 millones en el recinto de la capital grancanaria.

La prohibición aprobada por el Consejo europeo el pasado día ocho abarca a todas las naves bajo pabellón ruso o que hayan modificado esta bandera por otra de conveniencia después del 24 de febrero, cuando tuvieron lugar los primeros bombardeos ordenados por Vladimir Putin sobre territorio ucraniano. La norma, acordada un mes y medio después, recogía varias excepciones. Además de la exclusión de los barcos que se encuentran fuera de los convenios internacionales del sector marítimo –apartado donde se incluye a los pesqueros, que se rigen por sus propios acuerdos– se establecían salvedades para las naves que ya estuvieran en puerto, para las embarcaciones del sector náutico y para todas las que transportan materias primas críticas, como combustibles, productos químicos o cereales. 

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