eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Ucrania supone una metáfora para otros escenarios»

«Dudo que los rusos tengan en mente el 9 de mayo, es más cosa de los medios occidentales», defiende el analista de seguridad y defensa

José Manuel Pérez Triana E. D.

Tras acabar sus estudios de Sociología en la ULL, este tinerfeño se fue a Madrid a realizar un máster de Cooperación Internacional. Allí vivió el 11M y desde entonces centró su objetivo en estudiar los conflictos armados con publicaciones, trabajos en el ámbito de la inteligencia militar y en la esfera privada.

Usted es autor del blog Guerras posmodernas.

Compré el dominio en el año 2005 y en el 2010 publiqué un libro. Ahora, con toda la que se ha armado, el Grupo Planeta se ha interesado por una revisión de aquel proyecto editorial, en el que planteo una nueva visión de esas guerras posmodernas, pero esta vez más orientado hacia el papel que juegan los Estados.

¿Estamos ante un conflicto propio de la nueva sociedad de la información?

Existe, sin duda, un elemento evidente como es el campo de la batalla inmaterial: ciberguerra, propaganda, la desinformación... Ahora bien, en este libro me centro en lo que se denominan guerras remotas, es decir, cómo están interviniendo las grandes potencias en los conflictos periféricos con la utilización de drones, fuerzas especiales... Es la llamada guerra proxy, en tierra de otros, y hay ejemplos como la misión en Mali, con los rusos desplegando mercenarios... En estas estrategias, los Estados actores no se implican directamente sino que lo que hacen armando y formando a las tropas y voluntarios, que en el caso de Ucrania representa un enfrentamiento indirecto con Rusia.

Pero lo de la guerra remota no es nuevo, ¿verdad?

Esta fórmula ya la inauguró EEUU en su guerra contra el terrorismo y la han seguido otras potencias como Turquía, Irán y hasta la propia Rusia, imitando ese modelo de conflicto indirecto, entrenando a milicias, mercenarios... Lo de la guerra del futuro ya se verá por dónde va.

Hace hincapié en la interconectividad de los combatientes con nuevos tipos de armas.

En este sentido, vamos a ver qué va a pasar, por ejemplo, con los drones kamikazes, los Switchblade, o también con los drones fantasma, Phoenix Ghost, que forman parte del último paquete de armas que EEUU ha entregado ya a los ucranianos.

¿Considera que la reputación del ejército ruso ha quedado seriamente dañada por su estrategia de invasión a Ucrania?

Sin duda. Es curioso porque existía toda una serie de juegos de guerra, simulaciones y estudios sobre un potencial conflicto entre Rusia y Estados Unidos, y en este escenario los rusos salían victoriosos, eso sin contar con el traslado de fuerzas estadounidenses a través del Atlántico, sino con el potencial que ya despliegan en territorio europeo junto al de los países de la OTAN. Pero había signos de debilidad.

Pero con el progresivo desarme y la reducción de los presupuestos de Defensa, ¿occidente no estaba dando la sensación de una cierta decadencia?

Eso parecía, y aún más cuando Rusia había acometido importantes reformas e inversiones para adaptar a sus fuerzas armadas.

Entonces, ¿qué ha sucedido?

Lo analizo a partir de variables intangibles como el liderazgo, la coordinación, la moral... Hay otras que sí son tangibles, como las comunicaciones o la logística. Eso es lo que diferencia a un ejército profesional y serio de otro que no lo es. Creo que es un problema propio de regímenes autoritarios que pretenden dar imagen de fuerza y ponen el énfasis en mostrar carros de combate, aviones, misiles.., unidades muy llamativas que lucen bien en un desfile en la Plaza Roja de Moscú. Pero todo aquello que hace que un ejército funcione de verdad, como la profesionalidad, la informática, la coordinación es lo que al final diferencia a EEUU del resto.

¿Cree que la batalla de Kiev se ha decidido, en parte, por una cuestión de carácter logístico?

En buena medida por cuántas toneladas de municiones, litros de combustible o alimentos podía poner Rusia entre A y B en 72 horas, y se ha manifestado totalmente incapaz.

El apoyo de la OTAN parece que está siendo fundamental en la respuesta que ha dado Ucrania a la invasión.

En el aspecto material es evidente y a propósito existe un artículo de un centro de estudios de EEUU, el CSIS, que calcula que entre misiles anticarro Javelin y los Stringer, tierra-aire, EEUU ha entregado a Ucrania un tercio y un cuarto, respectivamente, de sus arsenales portátiles. Hay otro tipo de ayuda, la inmaterial: el entrenamiento en tácticas de unidades pequeñas con una cadena de mando flexible y descentralizada. Y eso, frente a la rigidez rusa, ha resultado decisivo.

El conflicto ha entrado en un segundo escalón.

Tras fracasar su ofensiva sobre Kiev, Rusia se lanzó a una estrategia de imposición de costes, causando el máximo daño posible en ciudades del norte del país como Chernihiv, Sumy y Járkiv, acompañada de otra ofensiva por el Sur, hacia la costa del Mar Negro, en el eje Jerzov-Nikolaev. Donde sí se han afianzado es en el corredor terrestre entre Crimea y Rusia.

Y Mariúpol, que usted define como una agitadora de carne.

Tardará pocos días en caer. Los defensores que aún resisten en la acería se están quedando sin municiones y víveres. Esta ciudad representa el último paso para controlar la franja del mar de Azov. Y una vez caiga, los rusos aplicarán una acción de pinza, en el norte, Lugansk, y el Sur, Donetz, sobre la línea de contacto donde los ucranianos siguen atrincherados.

Se acerca el 9 de mayo, el desfile de la Victoria. ¿Qué podrá entregarle Putin a sus súbditos?

Tengo dudas de que los rusos tengan esa fecha en la cabeza, creo que es algo que se comenta más en la prensa occidental.

¿Y el movimiento prooccidental de Suecia y Finlandia?

Es una consecuencia inesperada de esta guerra para los cálculos rusos que no se esperaban la capacidad de respuesta de los ucranianos, tampoco la reacción de la Unión Europea ni el efecto de arrastre sobre países neutrales.

¿Esa máxima rusa de establecer un colchón, una franja de seguridad se ha desmoronado?

El objetivo ruso era conquistar Ucrania o forzarla a un cambio que la convirtiera en un Estado colchón. Como no ha sido posible, probablemente pretenderá convertir los territorios conquistados en repúblicas que le sean afines.

«Rusia ha logrado una gran influencia en la zona del Sahel»


Mientras el foco y la atención se localizan en Ucrania, también existen otros escenarios, otros tableros, donde se libran batallas estratégicas. En el caso del Sahel, Jesús Manuel Fuentes Triana subraya «los acuerdos firmados por el Gobierno de Mali con Rusia», señalando cómo «desde hace unos cuantos años han estado ganando influencia en esta zona, en detrimento de la Unión Europea». A su juicio, «toda esa apuesta al desarrollo por parte de Occidente, ya sea con instructores o ayuda humanitaria, siempre ha estado sujeta a cláusulas de condicionalidad», de manera que el país que las recibe está obligado a acometer una serie de reformas. En cambio, los rusos ni exigen avances en democracia ni en derechos humanos. «Es más», destaca, «forman a la guardia presidencial del líder de turno para así frenar cualquier intentona de golpe de Estado». También señala los errores cometidos por Francia, como expotencia colonial, «implicándose en asuntos internos» y de ahí la reciente salida de Mali por parte de la misión europea. Pero esta partida geopolítica del siglo XXI se está jugando en múltiples escenarios y, a propósito, este analista pone el acento en el área Asia-Pacífico. «Ucrania se entiende como una metáfora de lo que podría suceder» y se observa con mucha atención por Corea, Filipinas, Taiwán, Corea del Sur. «¿Quién les asegura que ante una agresión del gigante chino tendrían respaldo por parte de sus aliados occidentales?».

Compartir el artículo

stats