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Giro histórico del Gobierno sobre el Sáhara | Intervención internacional

La ONU retoma el proceso político para cerrar el conflicto del Sáhara

Moncloa asegura contar con el aval de la ONU ante el giro sobre la antigua colonia | El Polisario dice que no negociará el referéndum

Staffan de Mistura durante su última visita a los campamentos de refugiados en Tinduf. Reuters

El enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, planea su próximo viaje a la región para reanudar el proceso político y retomar las negociaciones para poner fin a la actual escalada militar, según explicó ayer al finalizar una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en su sede de Nueva York. De Mistura no detalló la fecha de su segundo viaje a la zona, pero especificó que será «pronto». Tampoco aclaró si en esta ocasión acudirá al territorio saharaui, pues en su gira anterior solo estuvo en los campamentos de refugiados del Frente Polisario en la localidad argelina de Tinduf.

De Mistura destacó que los miembros del Consejo apoyan sus esfuerzos y los del jefe de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) por desbloquear el conflicto. Durante la sesión del Consejo los países reiteraron sus posturas más favorables a la autodeterminación de los saharauis o a la soberanía marroquí del territorio y De Mistura leyó el informe sobre su primer viaje, una información que no quiso compartir con los periodistas al finalizar el encuentro.

De Mistura ha mantenido contactos diplomáticos en los últimos días, siempre «en modo de escucha», pero no ha desvelado cuáles son sus ideas concretas para sacar al conflicto del absoluto bloqueo en que se encuentra hace más de una década. El problema es que la vuelta a la mesa de negociaciones se antoja difícil, porque Marruecos exige que Argelia participe en ella como parte del conflicto y no como mera observadora. Un requisito complicado de cumplir cuando ambos países han roto sus relaciones diplomáticas como respuesta a un escándalo de espionaje de Rabat, sumado al descontento por la normalización de las relaciones con Israel después de que Estados Unidos reconociera la soberanía marroquí en el Sáhara. Además, para Marruecos es innegociable su soberanía sobre el Sáhara Occidental y solo accede a poner sobre la mesa la oferta de estatuto de autonomía. Una opción que para España se ha convertido en «la base más seria, realista y creíble» para cerrar el conflicto sobre la antigua colonia y por la que dio un giro en su política internacional, posicionándose al lado de Marruecos. Horas antes de la reunión del Consejo, el representante del Polisario ante las Naciones Unidas, Sidi Mohamed Omar, mantuvo una reunión con De Mistura, a quien reiteró la posición del Frente Polisario en el proceso de paz, que siempre se ha negado a discutir cualquier propuesta que no incluya un referéndum con opción de independencia.

El conocido como Grupo de Nueva York de Apoyo a la Independencia del Sáhara Occidental instó el domingo al Consejo de Seguridad de la ONU a buscar la forma de que la Minurso cumpla con su misión principal y se celebre una votación sobre la independencia del Sáhara Occidental.

El Gobierno de España defiende que su cambio de postura sobre el Sáhara y su apoyo explícito al plan autonomista de Marruecos cuenta con el aval posterior de Naciones Unidas. Evidentemente no se ha hecho como gesto a la ONU, sino porque fue la condición de Mohamed VI para dejar atrás 15 meses de tensión diplomática. Fuentes gubernamentales aseguran que el contenido de la carta que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, envió el 14 de marzo al rey marroquí, Mohamed VI, ha sido bien recibido por De Mistura, quien mantiene contactos habituales con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y de hecho, en sus desplazamientos por el Magreb utiliza un avión de las Fuerzas Armadas españolas.

Tras el giro de España, que ha dejado atrás su tradicional posición de neutralidad entre Marruecos y el Frente Polisario, el diplomático ha conversado en dos ocasiones con Albares y ha aplaudido que el planteamiento del Gobierno sea ahora mucho más claro. Fuentes de Moncloa van incluso más lejos y destacan que, desde que Mistura llegó al cargo –en octubre del año pasado–, había reclamaba a España «no obstaculizar» la búsqueda de una posible solución al conflicto. Esto no obsta para que desde el Ejecutivo se asuma que el giro busca sobre todo superar la ruptura de relaciones con Marruecos –cuando se dio cobijo al líder del Polisario, Brahim Gali en un hospital de Logroño– y recuperar la normalidad de la cooperación bilateral. Fue la falta de apoyo del Ejecutivo al respaldo de Trump a la marroquinidad del Sáhara lo que soliviantó a Rabat y las hostilidades con España no han cesado hasta que esto se ha corregido.

En una conversación informal del presidente del Gobierno con periodistas, en el avión en el que viajó dos semana atrás para su reciente encuentro con Mohamed VI en la capital marroquí, que selló el final de la crisis y la apertura de una nueva fase entre ambos países, Sánchez sostuvo que el giro sobre el Sáhara es «bueno» para los intereses de España. Porque, explicó, «había que normalizar las relaciones con Marruecos» y es la «mejor salida» para resolver un conflicto territorial que está enquistado desde hace casi cinco décadas, cuando en 1975 España abandonó esta colonia en el norte de África.

Albares, en la coalición contra el Estado Islámico

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, participará en la reunión ministerial de la coalición contra el Estado Islámico, para lo que viajará a Marruecos el 11 de mayo. El anfitrión del encuentro, que tendrá lugar en Marrakech, será el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, y también acudirán los jefes de la diplomacia de los países que forman parte de la coalición, entre los que destaca el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. Este organismo se creó 2014 con el objetivo de hacer frente al grupo terrorista Daesh y ya cuenta con 84 miembros, entre países y organizaciones internacionales. Todavía queda en el aire el encuentro bilateral entre los ministros de exteriores de España y Marruecos que quedó pendiente tras la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey alauí, Mohamed VI. Los ministros iban a reunirse el 1 de abril, pero acordaron posponer el viaje ante el inminente encuentro entre el monarca marroquí y Sánchez. Albares acompañó al presidente del Gobierno en esta visita, que sirvió para sentar las bases de la nueva etapa en la relación entre los dos países y pasar página definitivamente a la crisis diplomática del último año por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por motivos humanitarios. Albares y Burita no se han reunido, pero sí han mantenido varias conversaciones telefónicas en los últimos meses, con vistas a rebajar la tensión y allanar el camino para la reanudación de las relaciones bilaterales. Ambos gobiernos deben reactivar en las próximas semanas la reactivación del «grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica», lo que afecta a las aguas de Canarias. |

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