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La indecisión de Elena Máñez descabeza el CES de Canarias

El Gobierno quiere un pacto de los agentes económicos y sociales y los sindicatos dudan de la candidatura de José Carlos Francisco

La consejera de Economía del Gobierno regional, Elena Máñez, en un pleno del Parlamento. | | MARÍA PISACA

El Consejo Económico y Social (CES) agudiza su deriva ante la indecisión de la Consejería de Economía del Gobierno regional y las dudas de los sindicatos sobre la candidatura de José Carlos Francisco, impulsada por las dos patronales canarias. El consenso habitual para la designación del presidente de este órgano asesor del Ejecutivo se ha roto por el empeño del departamento que dirige Elena Máñez de colocar al frente del CES a una persona propuesta desde las filas socialistas, algo que no ha gustado a las patronales, que primero lanzaron el nombre de Vicente Marrero y después el de José Carlos Francisco. Actualmente el CES está descabezado porque su hasta ahora presidente en funciones, José Cristóbal García, cansado de esperar más de un año y medio por el Ejecutivo, ha dejado de ejercer como tal y las comisiones para emitir los dictámenes las está convocando la Secretaría del Consejo.

Desde que el actual consejero de Sanidad, Blas Trujillo, dejó la presidencia del CES en 2020 tras ser nombrado miembro del Gobierno, el baile de nombres se ha sucedido para dirigir el órgano formado por las patronales, cámaras de comercio, sindicatos, organizaciones de consumidores y expertos. Los candidatos propuestos desde el Ejecutivo –Carlos Sierra y Gloria Rojas– no han contado con el respaldo de los empresarios, que se han mantenido en sus propuestas mientras las centrales sindicales se han inclinado hasta ahora por los perfiles salidos de la Consejería de Economía.

Gloria Rojas, propuesta por el Ejecutivo, se retira para evitar una fractura en el órgano

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Con el bloqueo de las últimas semanas los acontecimientos se han precipitado tras la salida de José Carlos Francisco de la presidencia de la patronal de Santa Cruz de Tenerife, lo que le deja el camino expedito para optar al CES. Ante la insistencia de las organizaciones empresariales en mantener al dirigente empresarial tinerfeño, la catedrática Gloria Rojas ha preferido dar un paso atrás y no seguir con la candidatura que le había propuesta el Gobierno ya que eso implicaría una votación del pleno del Consejo que sería inédita porque siempre ha habido consenso desde que se creo el órgano. Los visos de ruptura entre empresarios y sindicatos eran evidentes hasta hace unos días sin que el Gobierno cediera, algo que estaba ocasionando cierto malestar entre los agentes económicos y sociales.

La Consejería de Economía echa balones fuera y deja en manos de las patronales y centrales sindicales que se pongan de acuerdo en pactar la presidencia. Sin embargo, hasta que Rojas ha decidido retirarse la división estaba sobre la mesa porque UGT y CCOO habían cerrado filas en torno a la propuesta del Ejecutivo. Los dirigentes sindicales tienen ciertas reticencias hacia la figura de José Carlos Francisco, si bien serán ahora los órganos de dirección de las dos centrales los que tomarán la decisión definitiva en los próximos días. Algunos sindicalistas tienden hacia la abstención cuando se proceda a la votación por el pleno pero ahora mismo no hay una posición oficial cerrada.

Los nuevos consejeros

Otra cuestión que ha generado malestar entre los agentes económicos con la Consejería de Economía es que no se hayan publicado aún en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) los nombres de los nuevos consejeros propuestos por las organizaciones para formar parte del pleno del CES, a pesar de que hace varios meses que se propusieron. Sin embargo, Economía ha dejado en suspenso la publicación de los nombres hasta que no se cierre un pacto sobre la presidencia.

Las dos patronales imponen al expresidente de la CEOE pese a los reparos sindicales

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A día de hoy el CES funciona al ralentí. Tras la presentación del último informe anual el presidente en funciones, José Cristóbal García, ya no ejerce en la práctica como presidente y las convocatorias para realizar los dictámenes que encarga el Gobierno los hace la Secretaría del órgano asesor. Esta anomalía es algo inusual en el funcionamiento ordinario del CES, aunque no es la primera vez que se prolonga el nombramiento de un presidente por los titubeos e indecisiones del Gobierno de turno. El fallecido Fernando Redondo estuvo más de seis años ejerciendo la presidencia con el mandato agotado hasta que le sucedió Blas Trujillo, que concitó en su momento el consenso de empresarios y sindicatos.

La espada de Damocles que se cierne sobre el CES es que para que haya un presidente de consenso tienen que unirse las dos patronales y las cámaras de comercio con los sindicatos, una circunstancia que no se estaba produciendo en estos últimos dos años debido a que los perfiles que se proponían no concitaban el acuerdo entre todas las partes.

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