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Los ‘vigilantes’ del Sahel alertan del descontrol del terrorismo en la zona

La UE planea apoyar más a la región para evitar que Rusia logre más poder en el continente

Representantes africanos de distintos organismos participan en la ‘X Reunión de enviados especiales para el Sahel’ en Casa África. | | ANDRÉS CRUZ

Mayor inestabilidad y aumento descontrolado del terrorismo a las puertas de las Islas. Es el diagnóstico que hicieron este miércoles los participantes de la X Reunión de enviados especiales para el Sahel celebrada en Casa África. Un encuentro en el que representantes de instituciones africanas y europeas insistieron en la importancia de «tomar medidas» para frenar el auge de episodios terroristas en la zona que generan inseguridad en la región y, por lo tanto, impiden su desarrollo. Con la guerra en Ucrania, el Sahel se ha convertido en un «teatro de confrontación secundaria», explicó Emanuela Del Re, representante especial de la Unión Europea en el Sahel, quien afirmó que el despliegue de mercenarios de la empresa privada rusa Wagner en Malí «cada vez es mayor».

Por ello, Del Re insistió en la necesidad de «actuar cuanto antes en la región» a través de la cooperación, el apoyo a los procesos democráticos de gobernanza y el desarrollo económico, para que la población del Sahel siga mirando hacia la UE como un socio que «no tiene agenda oculta, que se preocupa por su población». Si la UE no desempeña ese papel, alertó, otros actores internacionales lo harán por ella y cubrirán ese hueco, en un momento particularmente delicado por la guerra de Ucrania y sus derivadas económicas y geoestratégicas. «Estamos conectados con África, somos interdependientes, por lo que hay dos opciones: ver al Sahel cómo una oportunidad o cómo una amenaza. Tenemos que trabajar para que sea la primer opción», aclaró Del Re.

Mamadou Traoré, comisionado para la Industria de la Comunidad Económica de África Occidental (Cedeao), afirmó que la persistencia de actos terroristas está provocando un aumento de la violencia en la región que ha derivado en un incremento de los conflictos entre ganaderos y agricultores. «Necesitamos unir esfuerzos y poner en marcha medios útiles en el ámbito militar y civil para dar prosperidad a la región», apuntó.

Además del terrorismo, a los representantes del Sahel les preocupa el día a día de los ciudadanos de la zona. Abdoulaye Mar Dieye, el coordinador especial de la ONU para el Desarrollo del Sahel, participó en le reunión y advirtió de que la guerra en Ucrania puede impactar sobre esa franja de África de dos formas: encareciendo «sobremanera» las importaciones de cereal en países donde ya once millones de personas pasan hambre y haciendo que las prioridades de la ayuda humanitaria se giren hacia el Este de Europa, hacia el drama de los refugiados que huyen de Ucrania. Ángeles Moreno, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, prometió que «España va a continuar con sus compromisos en el Sahel, y trabajando por la seguridad en la región». «No se preocupen, nuestra atención va a seguir allí», remarcó la representante del Gobierno central, quien aseguró que Malí es el epicentro de la inestabilidad de la región.

Sobre este tema, Mar Dieye aseguró que entiende que se sancione en Malí a determinadas personas involucradas en el último golpe de estado, pero advirtió del error que supone «cerrar fronteras» y comercio con el país más grande de la zona, que supone el 30% del peso económico del Sahel y cuyo PIB descansa en un 60% del comercio con el exterior. Aislar a Malí, dijo, puede tener consecuencias para los países que le rodean y, de hecho, está golpeando ya a la economía de Senegal, que «ha tenido que pagar un precio enorme».

Del Re apuntó que Europa va a ser «firme» con Bamako para que la situación se reconduzca hacia el orden constitucional, pero insistió en que no quiere «aislar a Malí, por eso mantiene una puerta abierta al diálogo». Traoré abogó por trabajar en la misma línea con Burkina Faso y con Guinea, para que ambos países regresen a estándares democráticos. Por su parte, el alto representante de la Coalición para el Sahel, Djimé Adoum, apoyó que se «deje la puerta abierta al diálogo con Malí y Burkina Faso» y apostó por respaldar las gestiones en esa línea que ya hacen la Unión Africana y la Cedeao.

Yemdaogo Eric Tiaré, secretario general del G-5 Sahel –Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger–, insistió en las oportunidades con las que cuenta la zona a pesar de ser la región del mundo «con más desafíos». «Tenemos que trabajar en la seguridad, el paro, el cambio climático y el acceso a los recursos, entre otras cosas, pero lo conseguiremos porque estamos trabajando duro», explicó.

El encuentro, que continúa este jueves, contó con la presencia de José Segura, director general de Casa África; Nasara Cabrera, directora general de Asuntos Económicos con África; y Augusto Hidalgo, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. 

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