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‘Boom’ de opositores en Canarias ante la oferta pública de 9.100 plazas

A las vacantes de la administración local hay que sumar más de un millar convocadas por el Estado | Las academias registran un aumento de la demanda

Un aula momentos antes del examen para acceder a una plaza de Médico Interno Residente (MIR). | | ANDRÉS GUTIÉRREZ

‘Boom’ de opositores en Canarias ante la oferta pública de 9.100 plazas. Opositar está de moda. La pandemia, que aumentó el tiempo que muchos podían dedicar al estudio, unida a la crisis, que ha dilapidado buena parte de las oportunidades laborales en el Archipiélago, ha generado un boom de opositores en Canarias a la caza de una plaza para convertirse en funcionarios. Solo las instituciones locales –Gobierno regional, cabildos, ayuntamientos y otras entidades públicas– han ofertado ya más de 9.100 vacantes. Así lo indica el portal Opobusca, especializado en recopilar todas las oportunidades de empleo público en el país.

Se trata de puestos de trabajo que las administraciones canarias ya han comunicado que necesitan cubrir aunque esto no quiere decir que todos los exámenes vayan a celebrarse en un corto periodo de tiempo. De hecho, entre ellas hay plazas que se ofertaron hace incluso varios años. La más antigua es la de dos vacantes de auxiliar administrativo en el Cabildo de Fuerteventura que fueron ofertadas en el 2017.

Para poder realizar los exámenes, la administración tiene primero que convocarlas, es decir, aprobar las bases sobre las que se regirán e iniciar el proceso para la realización de las pruebas. En esta última fase de convocatoria apenas se encuentran 900 de las más de 9.000 plazas, la mayor parte de ellas vinculadas a la Oferta Pública de Empleo (OPE) de 2021 para ingresar en el cuerpo de maestros.

A estas 9.100 plazas ofertadas por las instituciones locales hay que sumar también las que ofrece la administración general del Estado. Los diferentes ministerios y organismos de ámbito nacional han convocado ya las pruebas para cubrir 1.162 puestos a las que también pueden presentarse los opositores canarios.

El aumento del número de personas interesadas se hace notar en las academias que se dedican a preparar a los futuros trabajadores públicos. Algunas de ellas han constatado un incremento en la demanda de hasta el 50% y tienen estudiantes en lista de espera para poder asistir a sus cursos.

«Después de la pandemia hemos notado un aumento importantísimo», ratifica Katerine Díaz, responsable del Centros de Estudios Ateneo en Las Palmas. La demanda es tan alta que «hay más de 50 personas esperando para matricularse en las clases presenciales».

«Sí que lo hemos notado y mucho», recalca Daniel Mesa, director de Opovictor, quien explica que también ha percibido un cambio en el perfil de los opositores. «Antes quizá había más personas mayores de 40 años y sin especialización que veía en las oposiciones su única oportunidad laboral», detalla. Ahora, «se ha dado un giro de 180 grados» y también hay muchos universitarios que «al ver que la empresa privada no satisface sus necesidades opta directamente por la administración pública».

Pero, ¿cuál es el motivo de este auge? «Han influido varias cuestiones», explica José Ángel Cid Ruzafa, gerente de la academia Liceo 2000. Por un lado, la mala situación económica derivada de la pandemia ha reducido las oportunidades laborales en el sector privado y por otro las administraciones «están publicando ofertas de empleo bastante más numerosas que antes».

Para José Carlos Jiménez, director de Aula de Oposiciones, la principal razón por la que muchos optan ahora por unas oposiciones es la estabilidad laboral. «Más que el salario, creo que lo más importante es la garantía de poder desarrollar un proyecto vital», señala, ya que «la concatenación de contratos en el sector privado es un sistema bastante ingrato».

Sin embargo, hacerse con una plaza en el sector público no es un proceso fácil. A las horas de estudio y dedicación hay que sumar la alta competencia, ya que el número de opositores por vacante suele ser muy elevado. Muchos tardarán años en conseguir ser funcionarios, mientras que los que tengan más suerte lo lograrán en menos tiempo. «Depende de muchos factores y es difícil calcular el tiempo promedio», explica Mesa, aunque a su juicio se necesita «al menos un año» para tener éxito. Pero aclara, no hay ningún secreto, más que el de hincar los codos hasta conseguirlo. 

Jonatan Rodríguez

Jonatan Rodríguez: «La precariedad me motivó a intentarlo»

«El sector público es el único que te garantiza estabilidad y unas condiciones laborales dignas». Jonatan Rodríguez, de 33 años, cree que su futuro laboral pasa por presentarse a una oposición. Sus razones: la dificultad para acceder a un puesto de trabajo a medida que se van cumpliendo años, la falta de estabilidad y la baja calidad de los empleos. Así que en septiembre se decidió a abandonar su anterior puesto de trabajo para enfrascarse en el estudio de la oposición de auxiliar administrativo para el Servicio Canario de la Salud (SCS).

Esta es la primera vez que Rodríguez participa en un proceso de estas características. «He vuelto a estudiar después de doce años», señala, ya que desde que se diplomó en Relaciones Laborales no había tenido que volver a hincar los codos. Y lo hace porque está convencido de que es el único camino para tener estabilidad en el empleo.

Antes de opositar trabajó en diferentes ámbitos e incluso en el extranjero, en países como Nueva Zelanda o el Reino Unido, donde asegura que existen más oportunidades en el sector privado. «Allí siempre respetaron mis derechos como trabajador aún siendo extranjero y estar en una posición de debilidad de la que se podrían haber aprovechado», explica, «la mentalidad del empresario español es muy diferente».

Tras volver a Canarias y pensar dónde quería verse dentro de unos años «asumí que una oposición es la única salida si quieres tener conciliación familiar y buenas condiciones».

Sin embargo, reconoce que hacerse con una de las preciadas plazas es una tarea titánica. «De media se estima entre dos y tres años para conseguirla», aclara. Por eso, dedica la mayor parte del día a su preparación y se pasa en la biblioteca entre ocho y nueve horas. «He decidido apostarlo todo a esto», insiste.

Si no llega a conseguir la plaza en la administración pública «tendré que volver a trabajar» pero recalca que no abandonará por completo la oposición y continuará estudiando para presentarse cuando se apruebe una nueva convocatoria. «Habrá que seguir intentándolo». 

Anghara Valido

Anghara Valido: «Dejé mi trabajo para dedicarme al 100%»

«Mi día a día se basa en estudiar e ir al gimnasio, no hago nada más». Así califica su rutina Anghara Valido, una joven de 23 años que se está preparando a conciencia las oposiciones de Educación para acceder a la docencia como maestra de inglés. Sabe que el objetivo es complicado. Habrá mucha competencia y sus compañeros no se lo pondrán nada fácil. Pero ella lo tiene claro. Dejó su trabajo hace unos meses para poder dedicarse al 100% a preparar el examen. «Creo que tengo muchas posibilidades porque si no pienso eso estoy perdida».

Esta es la primera vez que Valido se presenta a una prueba de estas características. Tras finalizar la carrera en 2020 trabajó en algunas tiendas como dependienta y también en academias de formación. Y estas experiencias le han servido para darse cuenta de que lo que ella quiere es ser maestra. Explica que la única manera de acceder a la docencia en el sector público es precisamente presentarse a estas oposiciones, en las que si no consigues plaza, quedas inscrito en una lista a partir de la que se hacen los llamamientos para las cubrir las vacantes o sustituciones.

Ella ha optado por acudir a una academia para preparar la prueba «con más garantías» y asegura que desde que estaba estudiando la carrera de Magisterio en la universidad «siempre he tenido claro que mi futuro pasaba por una oposición».

A medida que se va acercando la fecha del examen, que se prevé que tenga lugar en el mes de junio, «aumentan los nervios y el ritmo de estudio». Sentarse frente al temario se ha convertido en su rutina para la mañana y también por la tarde. Eso sí, «el fin de semana lo dedico a descansar» aunque es consciente de que estos momentos de relax se harán menos numerosos a medida que se reduzca el tiempo que queda para la prueba.

Asegura que tiene suerte. Al vivir con su madre y no tener responsabilidades familiares puede dedicarse por completo a su preparación. «No tengo que mantener a nadie y aunque colaboro en casa tengo mucho margen para estudiar», recalca. Por eso, vive pensando en su meta, hacerse con una de las 64 plazas ofertadas. 

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