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Análisis

El Sahara, plataforma económica hacia África

El desarrollo económico de las provincias saharauis es una realidad v Marruecos ha invertido más de 8.000 millones en infraestructuras y la modernización de las ciudades

Imagen de la construcción de la autovía Tiznit-Dakhla.

Durante los últimos meses se ha hablado mucho, casi cotidianamente, en los medios escritos y audiovisuales del Sahara, del contencioso regional entre Marruecos, Argelia y el Polisario, y del bloqueo del proceso político en el marco de la ONU… En cambio apenas se aborda nada de la actualidad del territorio y de sus habitantes, del desarrollo del mismo, de cómo están sus gentes en la actualidad, cómo se gobiernan y a qué aspiran en el futuro. Del nuevo Sahara apenas se habla en Canarias pese a estar tan cerca; Tarfaya a solo 90 kilómetros de Fuerteventura, el punto más cercano del continente africano al archipiélago canario…

En síntesis, se puede afirmar que el desarrollo económico de este territorio es una realidad irreversible impulsada por el compromiso inquebrantable del Reino de Marruecos. Los hechos y las cifras lo demuestran claramente. El Estado marroquí invierte en el Sahara siete veces más que los recursos generados por la región. De cada ocho dirhams invertidos siete los invierte el Estado.

El territorio está actualmente dividido en tres regiones gobernadas por autóctonos saharauis elegidos en elecciones libres y democráticas en septiembre del 2021: Región de Oued Noun- Guelmim, presidida por Mbarka Bouaida; la de Laayoune-Sakiet El Hamra, presidida por Sidi Mohamed Ould Rachid y la Region de Dakhla-Río de Oro, presidida por Yenja El Khatat. El 9 de septiembre 2021 se celebraron elecciones legislativas, regionales y municipales en todo el reino. Los habitantes del Sahara participaron de forma masiva para elegir democráticamente a sus representantes legítimos autóctonos del territorio tanto en el Parlamento de la nación, como en las instituciones regionales y municipales.

Paralelamente a este desarrollo económico, el desarrollo político se observa en la aplicación de la nueva constitución del país y la instauración del ‘Estatuto de la Regionalización Avanzada’ que, con miras al futuro, es la antesala de la iniciativa marroquí de conceder un estatuto de autonomía a la región, siendo esta la solución más realista y viable para zanjar definitivamente el contencioso regional. Más de 50 países apoyan esta iniciativa y 23 países árabes y africanos ya han abierto consulados generales en el Sahara marroquí para relanzar las relaciones económicas y comerciales.

Acelerar el desarrollo

El Sahara ya es potencialmente una oportunidad real para el desarrollo económico de toda la región. La visión del rey Mohammed VI es que estas tres regiones devengan una plataforma estratégica hacia los países del África subsahariana. Numerosos proyectos que están en última fase de ejecución son la respuesta concreta a los retos que se ha plateando superar el país vecino. Entre estos destacan la transformación del territorio en una zona agrícola fértil, una zona de comercio internacional y de turismo, donde va primar la implementación de energías renovables y la instauración durable de una dinámica de paz y de seguridad que beneficiará a todos los países de la región.

El país vecino ha optado por dotar el territorio de infraestructuras de base, instalar sus estructuras administrativas, modernizarlas, concretar políticas de desarrollo sostenible y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.

Se ha escrito mucho sobre el diferendo político, sin apenas mencionar los esfuerzos desplegados para lograr en lo que hoy se ha convertido: un polo de desarrollo entre Marruecos y los países del África subsahariana. Un modelo anunciado en 2015 por el monarca marroquí que engloba nuevas grandes infraestructuras, como son la autovía Tiznit-Dakhla, nuevos complejos de Fosbucraa, la creación de universidades, nuevos hospitales, el puerto atlántico de Dakhla, aeropuertos, parques de energías renovables, unidades de desalación de agua…. Un reto titánico. En este marco el soberano marroquí ha destacado, en noviembre de 2020, la voluntad firme del país de dar prioridad a la explotación de las potencialidades de las tres regiones del Sahara para hacer de esta zona una base económica dirigida hacia el África occidental… un ambicioso programa de desarrollo basado en la economía azul y la cooperación Sur-Sur.

El Programa Modelo de Desarrollo 2015-2021 conlleva una partida de inversión de más de 8.000 millones de euros para la construcción de infraestructuras como son la autovía Tiznit-Dakhla (1.055 kilómetros), la modernización de las ciudades, la creación de zonas industriales, las conexiones aéreas y marítimas, y los proyectos arriba mencionados. Es un modelo de desarrollo económico que mas allá de su dimensión económica es un verdadero proyecto de sociedad que tiene como principal ambición promocionar el desarrollo del individuo, preservar su dignidad y situarlo en el centro del proceso del desarrollo.

El presidente del Gobierno, Aziz Akhanouch explicó, en una reciente declaración en el Parlamento marroquí, que la mayoría de los proyectos de desarrollo de las provincias del Sahara 2016-2021 están ya realizados en un 70% y se han logrado los objetivos del refuerzo de infraestructuras asegurando los medios de transporte, estimulando la inversión privada, el apoyo a las empresas y a los operadores económicos.

En la Ley de Finanzas de 2021 han sido programados un centenar de proyectos de envergadura como son el hospital universitario de Laayoun, la Facultad de Medicina o la Ciudad de Oficios y Competencias (CMC)...

Las conexiones cogen ritmo

La ruta transahariana de Tánger a Yaundé ya es una realidad. Esta permite, vía Madrid, París o Ámsterdam poner fin al aislamiento histórico de África. Esto no puede sino contribuir a desarrollar los intercambios comerciales y culturales entre los diferentes países atravesados, sean estos europeos o africanos. Reforzar y favorecer un enriquecimiento es provechoso para todas las partes. Si a esto se unen la conectividad aérea y marítima, se convierte en todo un logro lleno de potencialidades para la estabilidad de la región en el presente y en futuro.

También el puesto fronterizo del Guerguerat a unos 450 kilómetros al sur de Dakhla, arteria económica que conecta Marruecos con sus socios del África subsahariana, pasaje entre el Sahara y Mauritania, ha retomado su fluidez de tráfico desde el 13 de noviembre en los dos sentidos. En el año 2020 un total de 37.899 vehículos ligeros y 24.795 grandes camiones pesados atravesaron este paso fronterizo de adunas estratégico para los flujos comerciales entre el Reino y el continente. Un eje principal, beneficioso para la población de la región de Río de Oro y el tráfico comercial y civil entre Marruecos y Mauritania. Con el final de la pandemia por el covid-19 el flujo de tráfico se reiniciará con más afluencia por la gran demanda prevista.

En lo que concierne al tráfico aéreo, las tres regiones cuentan con cinco aeropuertos en Laayoune, Guelmim, Dakhla, Tan-tan y Smara. Tres de ellos con conexiones internacionales. De hecho el tráfico aéreo con Canarias en 2019 superó los 80.000 pasajeros de los que el 80% procede de provincias saharauis, en concreto Laayoune y Dakhla. Las compañía Royal Air Maroc y Binter aseguran este tráfico con Laayoune, Dakhla y próximamente con Guelmim cuando se reabren las fronteras aéreas.

Canarias - Tarfaya

La muy esperada reapertura de la conectividad marítima Canarias-Sahara con barcos ferries verá luz próximamente cuando se reabran las fronteras cerradas a causa de la pandemia. Tras la declaración en 2007 de puerto Schengen del muelle del Puerto del Rosario, la línea marítima con Tarfaya despierta una enorme expectativa en las relaciones socioeconómicas entre el archipiélago canario y Marruecos. El relanzamiento de esta conexión marítima abre una nueva era en las relaciones Canarias- Marruecos, una apuesta por la complementariedad económica y la internacionalización de las empresas de ambos territorios vecinos. La nueva línea conectará el mercado canario con Marruecos y el África subsahariano.

Energías renovables

El gran desafío de las provincias del sur en 1976 era la dependencia energética. Entonces se optó por centrales térmicas o termoelectrógenas, alimentadas con gasóleo.

Hoy en estas regiones cuentan con dos potenciales alternativas a la energía del petróleo que en el medio y largo plazo permitirán reducir enormemente la dependencia energética respecto al extranjero y los costos que esto implica. Con la hidroeléctrica de Sakiet –Tah y, más decisivo en la lógica del desarrollo sostenible, las aproximadamente 3.500 horas de sol al año de energía fotovoltaica, estas provincias del Sur cuentan con un importante activo, estrechamente relacionado con el desarrollo tecnológico y la energía eólica y solar.

Mención especial en este dominio es el parque de energía eólica de Tarfaya que está situado a 20 kilómetros de la ciudad y abriga la infraestructura más grande de energía eólica de África, con una capacidad de 310 megavatios, suficiente para alimentar de energía a 1,5 millones de hogares. Realizados por la sociedad marroquí Navera Holding, los parques eólicos del sur de Akhfennir, Tah y Fouem El Oued, tienen su éxito en el prometedor potencial de energía eólica que tiene la región.

Este parque está situado cerca del Océano Atlántico en 10.000 hectáreas de terreno. Con 131 unidades eólicas, cada aerogenedor tiene 81 metros de altura con turbinas que están específicamente adoptadas para resistir las condiciones particularmente agresivas asociadas a los vientos salados marítimos y a las tempestades de arena del desierto y temperaturas altas durante todo el año. Este mega proyecto tiene como finalidad lograr en 2022 asegurar el 42% de las necesidades energéticas a partir de energías limpias. Este objetivo se logrará cuando se alcance producir 4.000 megavatios provenientes de energía eólica y solar. Desde el punto de vista medio ambiental, el parque permite reducir, en emisiones de CO2, un total de 900.000 toneladas al año y reducir las importaciones de petróleo anuales en 200 millones de euros.

Con un presupuesto de 500 millones de euros, el parque es obra de la sociedad marroquí Navera en asociación con el grupo industrial energético francés GDF Suez y permitirá la creación de 50 empleos directos durante su fase de explotación.

A este se une el parque de Foum El Oued de Layoun, levantado en 2013, con capacidad para producir 50,6 megavatios.

Todos estos proyectos se inscriben en el marco de la estrategia nacional que tiende a la diversificación de fuentes energéticas y consolida el compromiso del Reino con el programa internacional de protección del medio ambiente. De hecho, el país es el campeón africano en energías renovables. Tiene actualmente cuatro grandes centrales solares y once parques eólicos. La central solar de Noor en Ouarzazate es la de más producción con 580 megavatios.

Desalación

La ONEE, oficina nacional de aguas y electricidad, inauguró este año la nueva estación de desalación de agua de mar en Laayoune con un coste de 35 millones de euros y una capacidad de producción de 26.000 metros cúbicos al día que se añade a la ya existente de 26.000 metros cúbicos al día, lo que hace que la capacidad de producción alcance 62.000 metros cúbicos al día.

Un proyecto que va a garantizar las necesidades de agua potable de los más de 237.000 habitantes de la ciudad hasta el horizonte del año 2040.

La primera estación de desalación de agua de mar se creó en esta ciudad en 1995 y en Bojador en 1997. En Dakhla se han comenzado los trabajos de la creación de una unidad de desalación de agua para la irrigación de 5.000 hectáreas de tierras agrícolas arables, un mega proyecto con un costo de inversión de 1.100 millones de dírhams, alrededor de 100 millones de euros. La unidad de desalación será alimentada por un parque eólico de una capacidad de 40 megavatios. La red de irrigación está prevista que sea de alrededor de 115 kilómetros que cubren 5.000 hectáreas.

La estación se instalará al norte de Dakhla y se prevé que producirá de 90.000 a 100.000 metros cúbicos al día. La planta dispondrá de una tecnología de osmosis inversa.

Este mega proyecto se está realizando por una joint-venture de la empresa Nareva Renouvelables SA y International Power SA y prevé que creará 10.000 empleos permanentes, esencialmente en la región de Río de Oro. Una iniciativa que se enmarca en el programa nacional de agua potable y las aguas de irrigación para el periodo 2020-2027.

Del lado de las infraestructuras portuarias, el Puerto de Dakhla es el futuro hub del sur del país. Ubicado en Ntefert, a 40 kilómetros al norte de Dakhla, supone una inversión de alrededor de 950 millones euros a la que se añadirá una zona industrial de 270 hectáreas. Está previsto que asegure las líneas marítimas con Canarias, Nouakchot, Dakar y los puertos del Golfo de Guinea por lo que jugará un rol preponderante en la promoción de la pesca, una de las principales actividades económicas de la región. Contará además con una cofinanciación de Estados Unidos.

Este puerto tendrá un dique principal de 2.800 metros, un dique secundario de 600 metros, un muelle de 800 metros sobre 12 metros de ancho y otro de pesca de 1.500 metros de altura sobre siete de ancho de una dársena de 39 hectáreas. Su finalización está prevista para el año 2029.

Potencialidades turísticas

El desarrollo económico de la región también pasa por el turismo con seis destinos playeros como son los de Guelmim, (Playa Blanca), Laayoune y otro en Dakhla, un resort de turismo cultural y del deporte del kite surf.

«Dakhla se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del país, en términos de turismo ecológico y deportivo», ha declarado recientemente en una intervención sobre este sector la Secretaria de Estado encargada del Ministerio de Turismo. En efecto, esta ciudad ya tiene conexiones aéreas directas con París y con Canarias, y esto junto a las regulares con las principales ciudades de Marruecos, hace que se sitúe entre los primeros diez destinos marroquíes receptores de turistas.

Dakhla es conocida sobre todo por las competiciones deportivas y los congresos internacionales que acoge. Cuenta actualmente con 40 hoteles de los que la mayoría responde a criterios internacionales de alojamiento, así como apartamentos y restaurantes clasificados que se distribuyen en la bahía de mar azul turquesa de la península y en litoral atlántico.

Se trata de unidades hoteleras construidas con estándares ecológicos que hacen que este sea un turismo sostenible. Y es que el turismo junto con la pesca se han convertido en los dos sectores principales de la economía de la región de Río de Oro. De hecho, el emplea el 25% de la población activa. Si bien ahora está ralentizado por la pandemia, desde 2018 las llegadas de turistas a esta ciudad han aumentado en 18 %. En 2019 hubo 168.680 pernoctaciones con un crecimiento del 27%.

El sector pesca

La pesca en las tres regiones del Sahara marroquí tiene una importancia y un impacto relevante sobre la economía local y el desarrollo de la población local. De hecho, los puertos pesqueros de Sidi Ifni, TanTan, Laayoune, Tarfaya, Boujdour y Dakhla cubren un litoral de costas de más de 1.500 kilómetros que se caracterizan por la abundancia y la diversidad de los recursos haliéuticos que pueblan este espacio marítimo. Los recursos de pelágicos constituyen la principal componente explotable del conjunto de la masa global de esta zona. Además de estos recurso pelágicos, se encuentra también en abundancia dermersales, representados por los cefalópodos, los esporidios y los grandes crustáceos.

Hace 45 años esta zona estaba caracterizada por la ausencia casi total de toda clase de infraestructuras y superestructuras que sirven para favorecer la explotación de este patrimonio haliéutico en las condiciones necesarias. Hoy en día el sector de la pesca es uno de los ejes estratégicos del desarrollo económico y social de la región, lograda con la realización de inversiones específicas tanto por parte del sector privado como por parte del sector público.

En cualquiera de las ciudades arriba mencionadas se encuentran industrias de pesca, infraestructuras de comercialización, así como instituciones encargadas de la preservación y conservación, vigilancia y control de estos recursos para el desarrollo de una economía sostenible así como la investigación científica.

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