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Ley de Biodiversidad | Claves de la nueva norma

Hasta cuatro millones de euros por dañar la biodiversidad canaria

La nueva ley autonómica endurece las sanciones con el objetivo de frenar el deterioro progresivo que sufre el patrimonio natural

El Pino Gordo de Vilaflor. | | E.D.

Proteger el patrimonio natural de las Islas es el objetivo principal de la Ley de Biodiversidad y Recursos Naturales del Archipiélago. Un documento que por primera vez regula, de forma conjunta, toda la red de espacios naturales de Canarias que hasta ahora se regían por distintas normativas estatales y europeas. El anteproyecto, impulsado por la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, ya ha sido objeto de un proceso de participación ciudadana en el que han tomado parte más de 600 personas de distintos colectivos e incluye un régimen sancionador específico con multas más severas que las establecidas hasta ahora.

Acciones como colocar veneno o introducir ejemplares de flora y fauna exótica invasora en áreas protegidas por la ley están tipificadas como acciones «muy graves» y la sanción puede llegar hasta los cuatro millones de euros. Alimentar o mantener animales asilvestrados sin dueños, como los gatos callejeros, en áreas protegidas por la ley está considerado como infracción «grave» y la multa puede alcanzar los 400.000 euros. Y lo mismo ocurre con la práctica de santería y rituales religiosos que impliquen sufrimiento o sacrificio de animales. Acampar y encender fuego en lugares en los que está prohibido o el abandono de residuos o restos de alimentos en áreas protegidas, son algunas de las infracciones «leves» que pueden implicar una multa de 6.000 euros.

«La singularidad geográfica de las Islas y el aislamiento continental de millones de años ha propiciado la generación de más de 4.200 especies endémicas que no se encuentran en otro lugar del planeta, por lo que es vital proteger estos ecosistemas tan singulares y a la vez tan frágiles y vulnerables frente a las perturbaciones generadas por la actividad humana», explica Miguel Ángel Pérez, viceconsejero de Lucha contra el cambio climático y Transición Ecológica del Gobierno autonómico.

Principios.

La futura normativa canaria incorpora una serie de principios entre los que destaca, además de la prevalencia de la protección ambiental, el de precaución en las intervenciones sobre el territorio o el de la ejemplaridad de las actuaciones de la Administración Pública, que deberán planificar, evaluar ambientalmente y ejecutar sus proyectos con criterios más respetuosos con la biodiversidad y los recursos naturales de Canarias, así como incorporar medidas y criterios ambientales en la contratación pública.

Proceso.

El anteproyecto estuvo en información pública hasta el 15 de diciembre. La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias está ahora recogiendo alegaciones para contestarlas «durante el mes de febrero». Una vez finalizado el periodo de respuesta a las alegaciones se elevará la norma a una segunda lectura del Gobierno autonómico para que se lleve al Consejo Consultivo, este emita un informe y finalmente llegue al consejo de Gobierno y se apruebe en el Parlamento.

Áreas protegidas.

El Anteproyecto de Ley de Biodiversidad y de los Recursos Naturales de Canarias persigue aunar criterios en cuanto a la gestión coherente de todas las área protegidas presentes en el Archipiélago, incorporando, además de los espacios naturales protegidos y los incluidos en la Red Natura 2000, la red de espacios geológicos protegidos de Canarias y, como aportación novedosa, la Red Canaria de Yacimientos Paleontológicos, con la primera lista compuesta por distintos puntos de interés repartidos por todas las islas. «Tenemos una riqueza paleontológica importantísima en Canarias pero nadie la conoce y esto es lo que queremos cambiar», asegura Pérez. El Barranco de Azuaje en Gran Canaria o la Cueva del Viento en Tenerife, son algunas de las zonas de interés paleontológico de Canarias incluidas en la primera lista.

Humedales y charcas.

La ley protege también la red de corredores ecológicos e infraestructuras verdes y los humedales de Canarias, entre otros enclaves. De esta forma se incluirán las extensiones o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces o saladas, así como las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros, incluyendo las salinas y los embalses. «Son espacios a los que hasta ahora no se les había dado importancia, y esta nueva norma los protege», explica el viceconsejero.

Conservación de especies silvestres.

En cuanto a la conservación de hábitats y especies silvestres, se recogen toda una serie de medidas generales para la conservación, no solo de las incluidas en catálogos de protección. En este sentido, se crea un listado de especies silvestres en régimen de protección especial. Aquí se incluyen las especies, subespecies y poblaciones presentes en Canarias, que sean merecedoras de una atención y protección particular en función de su valor científico, ecológico o cultural, por su singularidad, rareza o grado de amenaza. Queda totalmente prohibido recoger, capturar, arrancar o destruir cualquier especie dentro de esta lista. En el caso de los animales también se prohíbe cualquier actuación que tenga el propósito de darles muerte, capturarlos, perseguirlos o molestarlos.

Árboles y flora singular.

Se crea, además, un catálogo de árboles, arboleda y otra flora singular de Canarias, introduciendo la futura ley el primer listado de ejemplares protegidos con las principales representaciones de cada isla. El primer documento incluye un total de 107 especies –14 en El Hierro, 18 en La Palma, 14 en La Gomera, 23 en Tenerife, 18 en Gran Canaria, 10 en Fuerteventura y 10 en Lanzarote–. «La norma también busca divulgar el patrimonio natural de las Islas porque si no hay conciencia, no hay conservación», añade Pérez. Podrán entrar en este catálogo aquellos ejemplares o formaciones vegetales de especies, tanto autóctonas como foráneas, que merezcan un régimen de protección especial por presentar características que les confieran a nivel regional un elevado valor, atendiendo, en el contexto de su especie, a su tamaño, forma, edad, rareza, interés científico, ambiental, histórico, cultural o social relevante. El Pino Gordo de Vilaflor (Tenerife), el Drago de Luis Verde en Valsequillo (Gran Canaria) o el Árbol de la Iglesia en Yaiza (Lanzarote) son algunos de los ejemplos incluidos en el primer listado.

Especies exóticas invasoras.

La nueva ley de Biodiversidad dedica un título específico a las especies exóticas invasoras, ya que según explica Pérez, estas suponen «un auténtico problemón para el patrimonio natural de las Islas». El objetivo de la norma es prevenir la introducción o propagación, lograr una rápida detección y respuesta, investigar los efectos y controlar y erradicar a este tipo de especies en el Archipiélago. «Muchas están llegando a las Islas como consecuencia del cambio climático y eso está produciendo cambios en la biodiversidad canaria», apunta el viceconsejero. El rabo de gato, el plumón o la culebra californiana son algunas de las especies invasoras.

Protección del cielo y las olas.

Se declara el cielo de Canarias como patrimonio natural, cultural y científico de las Islas y se establecen un conjunto de medidas dirigidas a la protección de la calidad del cielo nocturno frente a la contaminación lumínica para prevenir, minimizar y corregir los efectos de la dispersión de luz artificial hacia el cielo nocturno, reservando las condiciones naturales de oscuridad en beneficio de los ecosistemas nocturnos. La ley establece, además, que las administraciones públicas, fomentarán y establecerán medidas de protección para las olas de Canarias, así como las instalaciones e infraestructuras en el litoral marino y terrestre asociadas a las actividades deportivas náuticas como el surf y el paddle surf.

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