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El escaño de los cien millones

Pedro Sánchez permite que Quevedo rentabilice sus últimos presupuestos | Gobierno y NC buscaban dejar en evidencia a CC

Imagen de archivo de Pedro Quevedo con Pedro Sánchez en el Congreso en diciembre de 2020 J.J. GUILLÉN/EFE

Los dirigentes de NC no podían ocultar el pasado miércoles su euforia por el resultado de sus negociaciones con el Ministerio de Hacienda sobre las enmiendas que su único diputado en el Congreso, Pedro Quevedo, había presentado a los presupuestos del Estado para 2022. Los 100,5 millones conseguidos para diferentes partidas aplicables en Canarias convierten el escaño del diputado nacionalista, con mucha diferencia, en el más rentable de cuantos apoyan al Gobierno de Pedro Sánchez y están respaldando las nuevas cuentas estatales. «Un escaño, cien millones», comentaba un miembro de la dirección parlamentaria del PP en el Congreso al término de la reunión de la Comisión de Presupuestos donde se aprobaron la mayoría de esas enmiendas. Y alguien que escuchó el comentario le secundaba medio en broma, medio en serio: «De diputado 176 a diputado cien millones», lo que da una idea de hasta qué punto resultó llamativo para el conjunto de la Cámara la cifra con la que se ha saldado para el representante de NC este trámite presupuestario.

Se comparaba de esta forma el papel jugado por Quevedo durante la negociación de los presupuestos de 2017 y 2018, con el gobierno de Mariano Rajoy, en los que su voto sumaba los 176 escaños necesarios para salvar aquellas cuentas, y se convirtió de facto en el único que, perteneciendo claramente a la bancada de la oposición, dio su apoyo a las mismas. En esta ocasión, sin embargo, el voto de Quevedo no está siendo determinante para la tramitación de los presupuestos, razón por la que a muchos en el Congreso ha sorprendido su palpable éxito.

Esa misma idea la manejó, con otra literalidad, el presidente de la formación nacionalista, Román Rodríguez, cuando presentaba en la capital grancanaria, junto al propio Quevedo y al viceconsejero de Hacienda del Gobierno de Canarias, Fermín Delgado, el acuerdo definitivo con el Ministerio de Hacienda para la aprobación de 45 de sus 46 enmiendas presentadas por ese valor inversor superior a cien millones. Y añadía que «las conquistas son más relevantes, porque han sido no en función solo del voto, sino de los argumentos, de la discusión y de la capacidad de convencer».

Y los números cantan en este sentido si se compara lo obtenido por Quevedo con lo de los demás grupos que apoyan, en menor o mayor medida, al Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos. Ni ERC ni PNV, ni Bildu, sus principales socios, pueden poner en la balanza una cifra comparable a la lograda por NC, aunque algunas de estas formaciones sí tienen cerrados, o en negociación, otro tipo de acuerdos políticos. Menos aún los grupos pequeños o con un solo diputado que apoyan al Ejecutivo como Más País, Compromís, PRC, o Teruel Existe, que se han tenido que conformar con cantidades menores o simbólicas, algunas todavía en negociación.

En el otro espectro político, el de la oposición, se ha confirmado que ninguno de los grupos que presentó enmiendas a la totalidad logra que se aprueben sus enmiendas parciales salvo el polémico caso de la presentada por Junts sobre el fondo covid, cuya pervivencia hasta el final de la tramitación es improbable. Es el caso de la otra formación nacionalista canaria, CC, que ha visto decaer o que directamente han sido vetadas una a una las más de 150 propuestas presentadas, lo que ha dado pie a NC, su aliado electoral en Canarias en las últimas generales, a considerar que la formación liderada por Fernando Clavijo «camina hacia la irrelevancia» por «conseguir cero euros» para Canarias en las nuevas cuentas estatales.

Por varias razones, Sánchez ha querido en esta ocasión premiar de manera explicita a su aliado canario, en las Islas y en Madrid, con la intención complementaria, además, de dejar en evidencia a CC por su estratégica apuesta de hostigamiento al Ejecutivo central tanto desde el escaño de Ana Oramas en el Congreso, como el del propio Clavijo en el Senado. Algo que, al parecer de muchos, estaba trazado desde hace meses en la hoja de ruta para la negociación presupuestaria entre NC y el PSOE y entre el Gobierno de Canarias y el Ministerio de Hacienda.

Desde el principio de este proceso, la formación que lidera Román Rodríguez ha buscado un tipo de acuerdo presupuestario que le permitiera aparecer claramente como la opción nacionalistas canaria útil en Madrid frente a la «irrelevancia» de quien fuera su socio electoral. Un aspecto crucial teniendo en cuenta que estos serán los últimos presupuestos estatales que Quevedo puede rentabilizar porque en junio deberá ceder el escaño a la número dos de la lista por Las Palmas de la coalición electoral en los últimos comicios, María Fernández de CC, momento en que el Ejecutivo perderá uno de sus apoyos y desde el que probablemente contará con una voto más en contra.

Incluso el PSOE ha quedado en este juego relegado a un segundo plano, cediéndole todo el protagonismo a Quevedo al renunciar a presentar enmiendas relacionadas con Canarias y limitarse a proponer algunos cambios para la transaccionales que finalmente se aprobaron.

Estrategia pactada

De hecho, el grupo socialista contaba inicialmente con una cifra muy inferior, 60 millones, a la que finalmente ha resultado. Las negociaciones «minuto a minuto» entre Rodríguez, Quevedo y Delgado con el Ministerio de Hacienda hasta apenas unas horas antes de que se votaran las enmiendas fue lo que permitió incrementar el monto total hasta los cien millones. Pero parece claro también que al Gobierno no le ha importado ceder ese protagonismo y una cifra récord para un territorio porque políticamente se interpretaba como un gesto con Canarias en el contexto de la crisis volcánica de La Palma, pese al hecho de que sólo 4,5 millones de la cantidad total incrementada están específicamente destinados a la Isla Bonita, en concreto a sus municipios más afectados.

Sin embargo, todo esta estrategia se ha gestado cuidadosamente entre esta formación y los socialistas y entre los gobiernos central y regional. NC ha defendido desde el primer momento que las nuevas cuentas son un «buen punto de partida» pero que se tendrían que mejorar para garantizar su apoyo claro y explícito a las mismas, y ha mantenido una discreción inédita en estos casos hasta dar la campanada final con evidente euforia de sus dirigentes.

Desde la tensa reunión mantenida el pasado mes de julio por Rodríguez, Quevedo y el presidente de Canarias y líder del PSOE de las Islas, Ángel Víctor Torres, con la ministra Montero, en principio para abordar la polémica rebaja a los incentivos al cine hecho en el Archipiélago, la formación nacionalistas ha venido poniendo las cartas sobre la mesa sobre sus exigencias presupuestarias. Desde entonces, la negociación ha ido abriéndose camino hasta cerrar en el último minuto la cifra definitiva para regalar a NC un golpe de efecto que, por otro lado, ahonda la brecha ya de por sí profunda en el nacionalismo canario que, según sus acuerdos electorales, teóricamente deberían haber debatido internamente una posición conjunta en la negociación presupuestaria.

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