Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Masacre de pardelas en Río Cabras

Más de una docena de aves mueren al deslumbrarse con la nueva iluminaria de la autovía de Puerto del Rosario al aeropuerto

Varias aves muertas en Río Cabras.

Varias aves muertas en Río Cabras. / E. D.

E.D.

Puerto del Rosario

La campaña de protección de la pardela cenicienta puesta en marcha por el Cabildo de Fuerteventura a finales de septiembre se vio ayer salpicada por la muerte de más de una docena de esta especie protegida en el Barranco de Río Cabras, en el municipio de Puerto del Rosario, deslumbradas por la nueva iluminaria instalada por la propia institución insular en la Autovía que une Puerto del Rosario con el aeropuerto. El Cabildo procedió anoche a apagar las numerosas farolas para impedir el escandilamiento de las citadas aves.

Los agentes de Medio Ambiente y del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil han abierto una investigación sobre la mortandad de pardelas cenicientas (Calonectris borealis). Los agentes de Medio Ambiente procedieron ayer a recoger algunos cadáveres que serán analizados por técnicos especializados para determinar las causas de la muerte, aunque fuentes dignas de todo crédito aseguraron ayer a este periódico que los óbitos están relacionados con el impacto de las aves contra diversos elementos al ser deslumbradas por la luz de las iluminarias.

Los activistas sociales en Patrimonio y Medio Ambiente, J.F. Olivares y Federico Martín, dieron la voz de alarma de las muertes en las redes sociales lo que provocó la reacción de numerosas personas que rechazaron esta masacre.

El Barranco de Río Cabras y Goroy son zonas de cría de la pardela cenicienta. De hecho, en dichos hábitats pueden encontrarse habitualmente huras o pequeñas cuevas donde anidan cada año.

El Cabildo de Fuerteventura, a través de la Consejería de Sostenibilidad Medioambiental, puso en marcha a finales del pasado mes de septiembre la campaña de protección de la pardela cenicienta de 2021, que se desarrolla cada año durante los meses de octubre y noviembre. Esta época es considerada como la más crítica para la especie, por encontrarse amenazada por los depredadores, contaminación lumínica y la caza ilegal.

El propio Cabildo reconoce en su reciente campaña de protección de estas aves marinas que «debido a la contaminación lumínica de las costas, se deslumbran y desvían de su trayectoria natural».

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents