Canarias se prepara para hacer frente al incremento de la llegada de pateras. Cruz Roja y Salvamento Marítimo, los dos pilares esenciales del rescate y recepción de migrantes, refuerzan sus equipos de cara al aumento de actividad que se espera en los próximos meses y que ya ha empezando a notarse. La oenegé fue previsora y hace meses que inició una campaña de captación de voluntarios –especialmente con formación sanitaria–, para aumentar su músculo en la atención de migrantes a pie de playa. Solo para esta labor cuentan con unas 2.000 personas, pero la mayoría se concentra en Gran Canaria y Tenerife, por lo que Cruz Roja se plantea traslados a islas como Lanzarote, en aras de aliviar la carga de trabajo de quienes han atendido a numerosas embarcaciones en los últimas jornadas.
Salvamento Marítimo, que cuenta con una plantilla de 211 profesionales en el Archipiélago, también recibe refuerzos. La Guardamar Polimnia se trasladará a las Islas en los próximos días, y estará tripulada por ocho personas. El buque se encuentra atracado actualmente en Málaga, tras navegar desde el puerto de Sant Antoni, en Ibiza.
Los equipos de Cruz Roja están formados por voluntarios con perfil sanitario, pero también por mediadores culturales y responsables de logística. «Es importante que la primera atención a los migrantes se haga en su lengua materna, especialmente si vienen con alguna patología, para que puedan explicar lo que les pasa», apunta el responsable de Inmigración de Cruz Roja en Canarias, José Antonio Rodríguez Varona. Quien reconoce que hay rescates especialmente difíciles desde el punto de vista humanitario como, por ejemplo, las intervenciones en El Hierro. «Cuando las embarcaciones llegan a esta isla se prevé que los ocupantes se encuentren en peores condiciones de salud y que haya muchos fallecidos, ya que pasan largos días de navegación perdidos en altamar», relata. Por esto, la oenegé ofrece ayuda psicológica a los voluntarios que viven situaciones traumáticas al ayudar a los migrantes. Uno de los casos más duros que recuerda el responsable de Inmigración de Cruz Roja en las Islas fue el del cayuco localizado en abril cerca de El Hierro con 24 cadáveres a bordo y solo tres supervivientes.
Un total de 11.060 migrantes han llegado a Canarias de manera irregular en lo que va de año, lo que supone un aumento del 117,3% respecto al mismo periodo de 2020, según el último balance publicado por el Ministerio del Interior. El número de pateras que ha arribado a las Islas se ha incrementado un 59,1% con respecto al año pasado, ya que se han localizado 288 pateras, frente a las 107 del ejercicio anterior. De los migrantes que han llegado a las costas canarias este año, el 16,5% son mujeres y el 16,4%, menores de edad, según datos de Cruz Roja. En cuanto al lugar de procedencia, el 69,5% son subsaharianos y el 30,2%, de origen magrebí. Además, el 0,1% provienen de países asiáticos y el 0,2% responden a otras procedencias.
Salvamento Marítimo rescató ayer siete pateras en aguas cercanas a Gran Canaria y Lanzarote, con 299 personas a bordo. Entre ellas viajaban 25 mujeres, tres niños y dos bebés. En los últimos días se ha reactivado la llegada de migrantes a Canarias, con especial aumento de las pateras con personas de origen magrebí en las rutas que parten desde Dajla hacia Gran Canaria y desde Agadir hacia Lanzarote.
El viceconsejero de Presidencia del Ejecutivo autonómico, Antonio Olivera, reconoció ayer tras el Consejo de Gobierno que es «esperable» que aumente la llegada de migrantes a las Islas en los próximos meses, tal y como adelantó el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, por lo que insistió en que el Estado debe articular un acuerdo para la distribución de menores no acompañados que están bajo la tutela del Gobierno canario. Olivera añadió que hay negociaciones abiertas para «compartir de forma solidaria» la atención de estos niños y recibir apoyo financiero para atenderlos «de forma sostenible en el tiempo». Además, señaló que el Archipiélago cuenta con más recursos que el año pasado, lo que contribuye a dar una acogida más ágil y evitar que se repitan episodios como el del muelle de Arguineguín.
