Las pateras y cayucos siguen llegando a las Islas. Tres embarcaciones arribaron ayer a las costas de Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria, con más de un centenar de personas a bordo. Un grupo de medio centenar de inmigrantes de origen subsahariano, con siete mujeres y dos niños entre ellos, fue rescatado cuando navegaba en una lancha a más de 50 kilómetros al este de Fuerteventura a primeras horas de la tarde por un barco de Salvamento Marítimo.

Un avión de la sociedad estatal avistó a media mañana la embarcación neumática en la que viajaban y alertó para que saliera en su busca el buque Salvamar Nízar, que alcanzó su posición sobre las 13.30 horas, explicaron Efe fuentes de Salvamento Marítimo. Tras desembarcar, fueron trasladados a Puerto del Rosario.

Otro grupo con 38 inmigrantes de origen magrebí, entre ellos seis mujeres y un menor de edad, fue rescatado en la madrugada del domingo en un patera que navegaba por aguas próximas a la isla canaria de La Graciosa y trasladado a Lanzarote.

El Muelle de La Cebolla de la capital lanzaroteña, Arrecife, fue el lugar de desembarco de la expedición, desde el que se trasladó al hospital a una de las mujeres que formaban parte de ella al precisar asistencia sanitaria, detalla el 112, Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad regional.

La embarcación en que viajaba este grupo fue localizada inicialmente frente a La Graciosa sobre las tres de la madrugada y en su búsqueda acudió un buque de rescate de Salvamento Marítimo, que condujo a sus pasajeros a Arrecife, adonde llegaron sobre las seis de la mañana, donde el sábado llegaron 79 inmigrantes en tres pateras. Otro grupo de 28 inmigrantes de origen magrebí, 23 hombres y cinco mujeres, fue rescatado navegando rumbo a Gran Canaria ayer por la tarde en una patera que estaba a unos 18 kilómetros la isla, adonde fueron conducidos sus integrantes por efectivos de Salvamento Marítimo.

La presencia en los radares del SIVE de un eco en movimiento en la zona llevó a activar sobre las cinco de la tarde su embarcación de rescate Salvamar Macondo, que menos de una hora después había llegado ya al encuentro de la expedición. Izados sus miembros a bordo, la Macondo emprendió el regreso y, tras comprobar que no hubiera ninguna otra patera por los alrededores, se dirigió al muelle de Arguineguín.