El mar arrulla los callaos al pie del monumento Luces en el vacío, en el Paseo de Las Canteras. El crujir de las piedras rompe el silencio para acompasar unos versos que concentran el dolor de los familiares de las víctimas del accidente del vuelo JK5022, que tuvo lugar el 20 de agosto de 2008 en el aeropuerto de Barajas. «Sin nada bajo mis pies, sin tierra, sin mar, sin huella. Ya no sé si sueño o invento. No se lo digas a nadie, pero desde que te fuiste, hija, vivir me duele». Así recordó, emocionada, Estrella Nespereira a su única hija, que se encontraba entre las 154 personas que aquel día perdieron la vida, en una de las mayores tragedias aéreas de España. «Me agarro a la vida para seguirte soñando, para traerme el tiempo de lo bello, para acortar nuestra distancia, para que yo te encuentre», prosiguió.

Después de trece años, la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 sigue a la espera de que la justicia señale a los culpables del fatídico siniestro y los familiares se niegan a aceptar que el sacrificio de las vidas de sus seres queridos haya sido en vano. «Solo corrigiendo las causas que provocaron el accidente, evitaremos más muertes inútiles», apuntó el vocal de la Asociación, Federico Sosa. Quien subrayó que «estos trece años han sido un camino espinoso» y añadió que espera «encontrar pronto la paz y la serenidad» para que «esta herida abierta de por vida pueda dejar de sangrar por el dolor, pena y tristeza» y así «la pérdida no haya sido en vano» y se corrijan las causas para «evitar más muertes».

El portavoz de los familiares se mostró ayer esperanzado ante el dictamen de la comisión de investigación del Congreso de los Diputados, porque «recoge recomendaciones y conclusiones que se dirigen hacia la verdad y la justicia». Si bien, destacó que cada vez que están cerca de alcanzar una respuesta que les ayude a «serenar el alma con verdad, justicia, reparación y memoria» tropiezan con un nuevo escollo. En este caso, el obstáculo lo han encontrado en la Mesa y la Presidencia del Congreso, que todavía no ha remitido a la Fiscalía General del Estado el dictamen, para que «investigue las posibles responsabilidades judiciales que pudieran desprenderse de las comparecencias, actuaciones y competencias». Por esto, la Asociación denuncia que se sigue sin cumplir el mandato de la Cámara.

La conclusiones del dictamen del Congreso, apuntó Sosa, dan la razón a la Asociación, porque determina que el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) sobre el vuelo JK5022 «está desacreditado», con lo que otra entidad diferente e independiente tendrá que volver a investigar las causas que llevaron al avión siniestrado a estrellarse en la cabecera de la pista 36L del aeropuerto de Barajas cuando realizaba la maniobra de despegue.

Sosa reclamó que las 11 conclusiones y 13 recomendaciones de los diputados que han investigado el accidente se cumplan y que su dictamen «salga del Congreso», para que se puedan depurar responsabilidades. El informe aprobado en la Cámara Baja el pasado 13 de mayo por una amplia mayoría –216 votos a favor, los 121 en contra de PSOE y seis abstenciones del PNV– no responsabiliza «solo a los pilotos», sino que también señala «a 18 responsables políticos», algunos de los cuales «siguen ejerciendo a día de hoy».

En el décimo tercer aniversario del accidente, los familiares celebran, por primera, que se hayan producido «cambios fundamentales» en la seguridad aérea, gracias al trabajo de la Comisión de Investigación del Congreso. Durante todos estos años, la Asociación a trabajado para que se aclarara el “fallo sistémico” que provocó el accidente y para mejorar la seguridad en el transporte de pasajeros.

El dictamen del Congreso recoge la petición de declarar el 20 de agosto como Día Nacional de las Víctimas de Desastres Aéreos. El documento también contempla la necesidad de solicitar a la compañía Boeing los datos técnicos que hubieran probado el fallo de diseño oculto que tenía el avión MD-82 siniestrado.

Durante el homenaje, la asociación de víctimas solicitó, además, al Consejo de Estado que evalúe el encaje constitucional del actual convenio con la CIAIAC y que se investiguen «posibles responsabilidades judiciales» en los trabajos de investigación. Otra de sus peticiones estaba dirigida a la Sala Civil del Tribunal Supremo, para que eleve la cuestión prejudicial que han planteado al Tribunal Superior de Justicia Europeo.

El acto en recuerdo de las víctimas contó con la presencia de representantes del Gobierno regional, el Cabildo de Gran Canaria y los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria, Telde e Ingenio. La portavoz de todas las instituciones fue la presidenta en funciones de la Corporación insular, Inés Jiménez, quien hizo hincapié en la tenacidad y constancia de los familiares de las víctimas que han mantenido vivo su recuerdo y han luchado para esclarecer los hechos. Jiménez destacó que el dictamen del Congreso de los Diputados sobre la investigación del accidente aéreo es una «victoria moral» para las familias, pero «no da respuesta a la ausencia de las personas que perdieron la vida», quienes «volaron sin las garantías que deben imperar en el transporte de pasajeros».

La violonchelista Pilar Bolaños acompañó el acto con varias piezas musicales como el Aria de la Suite número 3 y Arioso, de J. S. Bach, o La lista de Schindler, de John Williams, que interpretó mientras los familiares de los fallecidos en el accidente aéreo depositaban flores blancas en los laterales del monumento Luces en el vacío o lanzaban rosas al mar, como homenaje a sus seres queridos.