Los guardias civiles que vigilan la residencia La Mareta, en Costa Teguise, donde el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, pasa sus vacaciones estivales con su mujer y dos hijas desde el pasado 4 de agosto, necesitan un descanso. Los agentes desplazados a la Isla desde Madrid, que pertenecen al Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), considerado como un cuerpo de élite dentro de la Guardia Civil, han mostrado su malestar porque «no han librado ni un solo día» desde que llegaron a Lanzarote el pasado 2 de agosto, dos días antes de que lo hiciera Sánchez, denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

En un principio, iban a estar en la Isla hasta hoy, pero hace poco les comunicaron que el jefe del Ejecutivo español prolongará su estancia hasta el 21 de este mes, si no hay cambios de última hora. «Deben librar dos días a la semana y no lo han hecho hasta ahora. Temen que tampoco puedan hacerlo hasta que Sánchez abandone Lanzarote», lamentan desde la AUGC, que por otro lado, confía en que «les den las jornadas de descanso una vez terminado el operativo».

El miércoles, 11 de agosto, fue la primera vez que Sánchez se dejó ver en la Isla este verano, una semana después de que aterrizara en el avión Falcon que lo trajo por tercera vez para disfrutar de sus vacaciones en Lanzarote. Acudió a la biblioteca del Premio Nobel de Literatura José Saramago para participar en la presentación del centenario del escritor portugués y, posteriormente, se trasladó al Castillo de San José, donde mantuvo un encuentro con el presidente canario, Ángel Víctor Torres, para abordar diversos asuntos prioritarios para las Islas. Tras finalizar la agenda, compartió un almuerzo con Torres, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, en Uga. Sánchez, cuya estancia en la Isla fuera de la agenda oficial destaca por su discreción, se mantiene informado de lo que acontece dentro y fuera de España y, desde primera hora, su equipo le lleva a La Mareta los periódicos nada más aterrizar a las 6.30 de la mañana la avioneta que llega con la prensa.