La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, a través del Servicio de Biodiversidad, desarrollará el 'Proyecto Ojeadores' en las islas de Fuerteventura, Lanzarote, La Palma y La Gomera para detectar los efectos del cambio climático en los hábitats y especies de interés comunitario en estos territorios.

De este modo, el proyecto contará con un equipo de dos biólogos por isla, especializados en botánica y zoología, con conocimientos previos del territorio que realizarán anualmente recorridos a pie por Zonas de Especial Conservación, Zonas de Especial Conservación para las Aves o Hábitats de Interés Comunitario para su análisis y toma de datos, según ha informado el Gobierno de Canarias en un comunicado.

A través del 'Proyecto Ojeadores' también se obtiene información de los impactos en el medio natural derivados de la actividad humana, así como de núcleos de especies exóticas para realizar acciones a corto plazo que posibiliten su desaparición, ya que comprometen el estado de conservación de hábitats y especies de interés comunitario y la integridad de la Red Natura 2000 --red de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea--.

En este sentido, el desarrollo de un protocolo de toma de datos para el seguimiento de los espacios naturales de la Red Natura 2000 en Canarias y su puesta en práctica permitirán, aseguran, "homogeneizar esta tarea en todas las islas" para la realización de informes sexenales con información actualizada de estos hábitats y especies de interés comunitario.

Estos trabajos se enmarcan en el Programa Operativo FEDER (2014-2020) y la empresa pública de Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan) es la encargada de su ejecución, tras promoverlo desde el Servicio de Biodiversidad de la Dirección General de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente, siendo técnicos de este servicio los que los diseñan y supervisan.

En las últimas décadas Canarias ha registrado cada vez con más frecuencia eventos climáticos anómalos que reflejan un aumento de la temperatura en las islas, esto puede provocar cambios en la distribución de muchas especies silvestres, variaciones en los ciclos hidrológicos o expansión de especies exóticas, como es el caso de especies de árboles centenarios que no han sobrevivido a los cambios del clima.