El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió ayer la «solidez» de las infraestructuras contenidas en el cuestionado Plan Canarias ante una posible nueva oleada de migrantes a las Islas en los meses del mar en calma -septiembre, octubre y noviembre-, como ocurrió el año pasado. El ministro afirmó que lo importante es que en este año se ha dotado a las Islas de los espacios necesarios para hacer frente a un repunte «extraordinario» de inmigrantes con el Plan Canarias, que contempla 7.000 plazas en distintos edificios, muchos de ellos antiguos cuarteles, provistos en su mayor parte de carpas para acoger a los migrantes «con dignidad».

Para el ministro, la Policía y la Guardia Civil realizaron un trabajo magnífico durante la crisis migratoria. En 2020 arribaron 23.023 personas y en lo que va de año más de 7.000, aunque solo quedan unas 2.000 personas.

Marlaska achacó la llegada masiva de migrantes a las costas isleñas en los últimos meses del año pasado y en estos meses de 2021 a la pandemia. «Fue una crisis migratoria excepcional y extraordinaria como consecuencia de la pandemia», recalcó Marlaska. «Muchas veces se olvida que la pandemia modificó muchas circunstancias y también el movimiento migratorio y la migración irregular», subrayó el ministro, porque si en España y Europa se ha hecho un esfuerzo para paliar la crisis socioeconómica, «en otros países, con una debilidad económica mayor, la pandemia motivó que la migración irregular se incrementara», enfatizó.

A su juicio, el Gobierno de España respondió con «una solvencia muy razonable», pese a que la sociedad y las administraciones canarias echaran en cara al Ejecutivo de Pedro Sánchez y a Marlaska, en concreto, en numerosas ocasiones y durante meses, la lentitud en dar respuesta a la crisis migratoria que sufría Canarias, además de denunciar el hacinamiento y las penosas condiciones de los migrantes en el muelle de Arguineguín, bautizado como el muelle de la vergüenza y se criticara que el Estado quería convertir a las Islas en un gueto de migrantes, al impedir la Policía, por orden de Interior, los traslados a la Península

Finalmente, el Ministerio que dirige Marlaska tuvo que abrir la mano por una sentencia judicial a estos viajes y muchos migrantes han podido seguir su trayecto migratorio a la Península. En cuanto a las devoluciones de los migrantes a sus países de origen y el traslado desde Canarias a otras comunidades autónomas, manifestó que el Gobierno hace una política en la que se da una respuesta «de conjunto», con políticas de retorno a los países de origen de aquellas personas que no tienen derecho de asilo y se hacen derivaciones en el caso de inmigrantes en situación de vulnerabilidad. Otros, la mayoría, viajan con recursos que les envían familiares o ayuda de las ONG. Según el ministro, «siempre se garantiza que no haya una presión indebida en ninguna parte de España».

Para Marlaska, el Gobierno de Pedro Sánchez no solo ha dotado de unas infraestructuras solidas a Canarias para poder hacer frente a cualquier crisis extraordinaria en materia de migración, sino, al mismo tiempo, está trabajando en la lucha contra las redes ilegales de una forma decidida y se ha incrementado el numero de agentes, tanto en la lucha contra las redes como en la valoración de todo el fenómeno migratorio.

Sobre las relaciones con Marruecos, tras el nuevo salto a la valla de Melilla de más de 200 migrantes subsaharianos, consideró al reino alauí un socio «extraordinario, excepcional e importante» y afirmó que hay una cooperación garantizada en materia seguridad.