Ana Polo (Barcelona, 1981) es licenciada en Ciencias Políticas, consultora de comunicación, colaboradora en prensa y televisión y dirige la revista cultural ‘Courbett Magazine’. Fue voluntaria en la campaña de Obama y va a publicar una biografía de Jackie Kennedy. Ayer participó en el Campus de Verano 2021.

Ha participado desde Barcelona, de forma telemática, en una mesa redonda en el Campus de Verano 2021, organizado por la Fundación Canarias Siglo XXI, que trató sobre cómo la crispación y la polarización están configurando la política. ¿La crispación política en España se ha convertido en un arma arrojadiza para captar votos?

Creo que sí. La crispación política es algo que siempre ha existido, incluso desde la época de Roma, pero tenemos esa imagen interiorizada de que cualquier tiempo pasado fue mejor y tenemos una tendencia, sobre todo en España, a mitificar mucho épocas pasadas. La transición consiguió una cosa realmente histórica pero muchas veces la vemos desde un prisma que quizás está demasiado idealizada. Se instaló en la política española la palabra consenso que ha acabado como siendo como una religión, y en los debates ha quedado eso de «usted crispa y yo soy el consenso», y todos los políticos intentan ser el nuevo Adolfo Suárez. Y se ha convertido en un arma arrojadiza porque todo el mundo intenta enarborlar la bandera del consenso cuando en realidad hacen lo contrario, porque si lo analizas, sus estrategias de comunicación están encaminadas a crispar a la población.

¿Se ha separado la política de los problemas reales de la población?

Totalmente. Hay un divorcio absoluto entre lo que es la ciudadanía y la política en estos momentos y esto se ve en cualquier partido. Más allá de los cuatro forofos entregados, lo que tenemos es una población estupefacta frente a nuestros políticos que son incapaces, en estos momentos de la pandemia y de la crisis económica y social, de enviar aunque solo sea un mensaje de tranquilidad a la población. Hay un abismo entre la ciudadanía y la política.

¿Qué partido se puede librar de ese divorcio con la ciudadanía?

Ninguno. Estamos viviendo en una época donde la comunicación y el marketing político están teniendo demasiado protagonismo, y tiro piedras en mi propio tejado porque me dedico a esto. Quizás los políticos han visto en España mucho el Ala Oeste de la Casa Blanca y, si ven el CIS, los ciudadanos no quieren espectáculos sino respuestas a sus problemas y los políticos no ofrecen respuestas a los problemas de la población.

Hablando del CIS, la última encuesta indica que el PSOE amplía su ventaja sobre el PP pese a los indultos a los presos del ‘procés’. ¿Lo ve así?

La encuesta del CIS era de la mejores de Europa pero desde que está Tezanos no nos da mucha información y me da pena que se haya perdido su credibilidad en un espacio corto de tiempo. En cuanto al tema del indulto, a Pedro Sánchez le ha salido mejor de lo que él se esperaba. El indulto lo da antes del verano por varias razones, entre ellas para que pase el verano y empiece septiembre, y con ello un curso nuevo y la gente lo haya olvidado. Ellos se esperaban una reacción muy en contra del tema de los indultos y no ha sido tan en contra. De todas formas ahora mismo está instalado en la mente de la gente el tema económico y, sobre todo, el de la luz, y cuando nos llegue el recibo de la luz ya veremos la intención de votos al PSOE. Si la economía no mejora mucho, Pedro Sánchez lo va a pasar muy mal por el tema económico.

En las jornadas, vinculadas a CC, se ha analizado el papel de los nacionalismos. ¿Los nacionalismos tienen futuro en una época tan global?

En un momento en el que hay tanta atomización es el caldo de cultivo perfecto para que el nacionalismo resurja, porque la gente se siente más identificada con su realidad más inmediata que no con realidades más extensas. Siempre digo el término «el nacionalismo de tu ciudad», porque tú eres de tu sitio y buscas soluciones para tu sitio. En ese sentido, veremos un auge de los nacionalismos y lo estamos viendo. El brexit fue la gran eclosión del nacionalismo inglés y estamos viendo grandes eclosiones del nacionalismo otra vez que seguramente no veíamos desde hace bastante tiempo.

Como politóloga ¿se atreve a dar un pronóstico para las próximas elecciones nacionales?

Creo que será complicado que el PSOE pueda remontar cabeza. Todo el mundo está pendiente de los fondos europeos pero tal y cómo se plantea su distribución no creo que tengan un impacto tan inmediato en la economía y nos viene una crisis económica brutal que ya estamos padeciendo y le pasará factura al PSOE. Creo que el PSOE baja, el PP sube algo aunque Pablo Casado no está sabiendo capitalizar el manual de Ayuso. Isabel Díaz Ayuso le ha enseñado a ganar elecciones al PP, porque las elecciones de Madrid fueron una manera desacomplejada de vivir la derecha, con lo cual les ha dado el manual que podrían exportar a otros territorios pero Casado no sabe dónde está, si a la izquierda de Vox, a la derecha de Ciudadanos, no sabe dónde esta su sitio, no tiene una definición de si es liberal o si es un PP centrista. Ciudadanos desaparece, está muerto. Vox no subirá pero se consolidará y subirán los nacionalismos. Y veremos mucho votante de izquierdas quedándose en su casa. Hemos salido de esta pandemia muy cansados con la gestión de Sánchez. La gestión de la comunicación de la pandemia ha sido desastrosa, con esas chapas de discursos interminables de Pedro Sánchez y sin coherencia.

¿Cómo es eso de que fue voluntaria de Barack Obama?

Desde muy pequeña sigo las elecciones. Con 11 años seguí la elección de Bill Clinton. Es una enfermedad o algo (bromea). Mi sueño era ver una campaña electoral por dentro, cogí un avión y me fui a Nueva York. Entrar en las campañas americanas es más fácil que en España, te apuntas y ya está. Nos pusieron a convencer a votantes de Filadelfia por teléfono. Aquí le damos mucha importancia a las redes sociales y en la campaña de Obama lo más importante era llamar por teléfono porque el votante quiere que lo llames y hables con él. Está muy bien planteado. Te dan un curso de formación, un argumentario muy detallado y muy bien explicado sobre la sanidad, el desempleo, de todo. En las campañas españolas no hay chicha. Yo no sé lo que quiere hacer Pedro Sánchez con el paro. En EE UU te dicen: «Tengo una estrategia para bajar el paro juvenil y se basa en esto y esto». En España en los debates prácticamente no hay un intercambio de política pública sino un intercambio de insultos.

Va a publicar una biografía de Jackie Kennedy. ¿Qué aporta de nuevo con todo lo que se ha escrito sobre ella?

Tengo bastantes cosas. Soy una gran fan de Jackie Kennedy desde que era pequeña y he leído millones de biografías, pero sus biografías son o sumamente empalagosas o sumamente críticas. No había nada que te dijera lo bueno y lo malo de esta mujer y tuvo cosas muy buenas y muy malas. Creo que es la primera vez que se ha intentado hacer una biografía ecuánime de ella. Y la gran aportación del libro es que lo de Camelot de los Kennedy, esa imagen mítica, realmente la crea ella. Cuando lo asesinaron estaba fatal en las encuestas porque no fue un gran presidente, aunque se recuerde como el gran presidente. Era normalito tirando a bastante mediocre, básicamente porque estaba todo el día con mujeres. Ella se encargó de cambiarle la imagen de arriba abajo y el libro explica cómo ella crea el mito de Camelot, la gran Casa Blanca mítica. Ella hizo la mejor campaña de limpieza de imagen de las que se recuerda. Es una mujer fascinante.