Jordys se marchó de Cuba con 29 años de edad gracias a que sus abuelos eran canarios que emigraron a la isla caribeña. «Gracias a eso nosotros tuvimos la suerte de poder salir con todo legalizado, pero otras muchas personas no han podido. Por eso siento un poco de rabia por poder vivir aquí en estas condiciones y saber que en Cuba la gente lo está pasando tan mal», reconoce antes de poner el acento en la desigualdad del conflicto abierto en la isla: «Como dicen en Cuba, esto es una lucha de león contra mono, y el mono está amarrado. Son 62 años trancados. Eso baja la moral y quita el deseo de luchar de personas que han nacido en ese sistema y no han podido conocer otra cosa en toda su vida». Tras las protestas de los últimos días, espera que la gente de Cuba reciba el apoyo del mundo «porque es ahora o nunca».

Este cubano de 49 años insiste en la lucha desigual que se produce entre el Gobierno de Cuba y parte del pueblo: «No tienen recursos ni políticos ni financieros ni de defensa, así que sólo queda el apoyo social y político desde el exterior. No apoyo una intervención militar, pero sí necesitamos el respaldo de otros países. Esto es como si a una mujer maltratada por su marido durante 40 años le pedimos que se ponga a negociar con el maltratador, que dialogue. ¿Eso como se hace? Eso es muy complicado».

Llegó a Tenerife con su mujer, que también es cubana, y aquí tuvo a sus dos hijas, «que son canarias y saben apreciar lo que tienen y lo que los demás no tienen». Lo que más valora de vivir en Tenerife «es la libertad», que es «básicamente la razón por la que dejé mi país hace 20 años. Y la razón por la que se va todo el que se puede ir».

«Ahora siento que la gente que está protestando allá en Cuba quiere que cambie el país. Creo que la diferencia entre lo que está pasando ahora y lo que sucedió en 1994, con el Maleconazo, es que si ahora abren las fronteras, la mayoría no se va a marchar. Ven al toro agonizando y quieren darle la estocada final. Hay que acabar con esto, que ha durado una vida entera», recalca este nieto de canarios.

A su juicio, «tanto los que se manifiestan allá como los que nos manifestamos aquí sólo pedimos libertad. Libertad e igualdad de oportunidades para que cada uno pueda elegir y decidir. Que el marco legal garantice la igualdad y la libertad». Respecto a Estados Unidos, Jordys afirma que «cada país debe resolver sus problemas, pero dada la situación de Cuba, que es la de una lucha de un león contra un mono amarrado, que dura ya 62 años, necesitamos apoyo. Está el rey de la selva peleando contra un tití amarrado por las patas. Eso así es imposible. Y no hablo de una intervención militar, que no debería plantearse, pero sí de una intervención política. La gente no tiene una luz a la que mirar y necesitamos de esa experiencia externa para poder seguir adelante».