Al conocerse en la mañana del 18 de julio la noticia del alzamiento militar, las organizaciones obreras de La Palma reaccionaron con la convocatoria de una huelga general. El comité del Bloque Popular, de mayoría comunista y dirigido por José Miguel Pérez, propuso un paro general. Con la Guardia de Asalto a las órdenes del delegado del Gobierno, Tomás Yanes, en la tarde del 18 de julio los afiliados pedían armas para defender al Gobierno del Frente Popular. Esa noche fueron detenidos los falangistas que más se habían destacado en los últimos meses,

El día 23 comenzó a sonar el posible envío de un barco de guerra con fuerzas armadas para someter a la isla y acabar con la situación. Las autoridades republicanas habían descartado la idea de la resistencia, pese a la presión de los sectores más radicales de las clases obreras. Y llegó el 25 de julio. Por la tarde arribaba el cañonero Canalejas, el delegado del Gobierno y sus principales colaboradores, incluida toda la dirección de Izquierda Republicana, fueron detenidos, encarcelados y sometidos a consejo de guerra sumarísimo.

Tras someter la capital continuaron por la carretera hacia el sur, Mazo y Fuencaliente, hasta el Valle de Aridane; el norte tiene una orografía muy difícil, y aquí costó trabajo la conquista. Muchas personas siguieron huyendo hacia los montes y terminaron escondiéndose en Garafía, que fue conquistado definitivamente después de haber sido enviadas fuerzas militares que desembarcaron por el norte junto a otras que llegaron desde Los Sauces, Barlovento, Tijarafe y Puntagorda que convergieron en Garafía.

Los hechos ocurridos en Vallehermoso (La Gomera) desde el 24 de julio de 1936 se conocen como El Fogueo por los disparos que se intercambiaron defensores y soldados. Vallehermoso decide resistir en virtud del acuerdo alcanzado en reuniones celebradas en la Federación Obrera.

El 21 de julio los obreros se hacen con la Centralita Telefónica y el 24 de julio asoma un contingente de tropas; un alférez y un número de la Guardia Civil se acercan al pueblo para negociar la rendición y son hechos prisioneros. Las fuerzas consistían en una columna de 40 unidades de infantería y desde el pueblo se da orden de empezar a disparar a los soldados. El tiroteo se prolongó más de dos horas El enfrentamiento terminó́cuando hirieron al corneta Enrique Mir Millán y las tropas decidieron retirarse a Hermigua. Por parte de los defensores, fue herido Juanito El Fotógafo.

Un día después, tropas de Infantería, en un número de cien personas y varios números de la Guardia Civil, todos ellos al mando del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil Isidro Cáceres Ponce de León, con apoyo de caballería, un pequeño cañón y varias ametralladoras, vuelven a posicionarse en el Camino del Roque.

La entrada de las tropas ocupantes en Vallehermoso se produce el día 26 de julio a las dos de la tarde. Hay un intento de fusilar a los señalados como responsables en la misma calle del pueblo, pero finalmente se acuerda trasladarlos a Tenerife para allí ser juzgados. Todos ellos fueron condenados a muerte y ejecutados entre agosto de 1936 y marzo de 1937

Un plan bastante anárquico

El profesor Cabrera relata que la tarde del 18 de julio, en un lugar próximo a Los Campitos, el Comité de Defensa Confedera1 de Canarias reparte armas (pistolas, fusiles, bombas y material explosivo) que se guardan en escondrijos a la espera de acometer un plan que contemplaba, como objetivo primordial, la toma del cuartel situado en la plaza de La Paz de la capital tinerfeña, en la idea de que sectores obreros santacruceros se incorporaran a la lucha, animados por dicho asalto. El plan preveía, asimismo, la marcha sobre la capital desde el norte contando, además del aporte civil, con la colaboración de parte de los militares destacados de La Orotava, colaboración que finalmente no se produce. Según relata Antonio Tejera Afonso Antoñé, destacado cenetista, se trataba de ocupar La Orotava, tomar el cuartel de Artillería de La Laguna y emplazar sus cañones en La Cuesta, único punto de entrada a Santa Cruz, y bombardear la Comandancia si no accedía a rendirse, al tiempo que se cortaba el suministro de agua y de alimentos. Se pretendía, también, el asalto a diversos polvorines (Taco y Tahodio), la ocupación de la batería del Bufadero, la voladura de las instalaciones de comunicación de El Tablero, el ataque a enclaves militares, interrupción de la carretera de San Andrés y la liberación de los presos recluidos en Paso Alto. Pero el plan se va demorando y fruto de la represión, la mayoría de ellos son abatidos en tiroteos, capturados, ejecutados y descabezado el movimiento anarquista, se aleja cualquier posibilidad de resistir a la implantación de la Dictadura en Tenerife.