Canarias y el Estado cierran el curso político inmersos en una importante crisis de relaciones a cuenta de la reforma unilateral del REF por parte del Gobierno central sobre la fiscalidad de las producciones cinematográficas de las Islas. Es una asunto aparentemente menor en cuanto a su afectación material o económica, pero de una gran repercusión institucional y política por tratarse de algo que afecta directamente al acerbo económico y fiscal isleño, y la posibilidad de que desde Madrid se pueda modificar a antojo. La gravedad del pleito lo demuestra la unánime respuesta desde Canarias contra la decisión del Gobierno central y la batalla emprendida desde el propio Ejecutivo regional de Ángel Víctor Torres para tratar de buscarle una “solución política”.

De esta forma, el verano político se inicia con tensión entre Canarias y el Estado, y las espadas en alto por este y otros asuntos que vienen arrastrándose en las relaciones entre ambas administraciones, con derivaciones políticas de todo tipo. En plena canícula estival, los gobiernos de Pedro Sánchez y Torres se van a tener que citar para dirimir, en un plazo máximo de dos meses, el conflicto del REF en lo que es la primera ocasión en que se activa el mecanismo previsto en el nuevo Estatuto de Canarias cuando hay un desacuerdo en torno a la reforma del fuero isleño, una Comisión Bilateral en la que, en todo caso, la última palabra la tiene el Gobierno central. Aunque parece haber una discreta negociación entre ambas partes para tratar de llegar a un acuerdo antes de la convocatoria de ese foro bilateral, nada está escrito a este respecto y nadie puede descartar que el pleito lo tenga que resolver el Tribunal Constitucional.

Aunque es el más significativo, no es el primer encontronazo entre los Ejecutivos central y regional a lo largo del curso político, marcado de nuevo por la pandemia sanitaria y sus consecuencias económicas en las Islas y la controversia sobre la profundidad y eficacia de las medidas que se han tomado desde Madrid para hacerle frente. Lo mismo cabe señalar en relación con la crisis migratoria, el otro asunto que ha marcado la vida política desde el verano pasado. En ambos casos, el Gobierno del pacto regional ha conllevado la exigencia de actuaciones por parte del Estado, con una aceptación crítica de lo que realmente éste ha puesto sobre la mesa. También fue esta la tónica dominante en la actitud del pacto de las flores en torno a los Presupuestos estatales de este año, inicialmente decepcionantes para los socios del Ejecutivo pero que finalmente estos lograron enmendar para al menos frenar el malestar creado. Un malestar que ha producido por momentos, con cada uno de esos asuntos, importantes tensiones entre los partidos del pacto regional.

En un contexto de creciente preocupación por la evolución de la pandemia en varias de las Islas y su posible efecto negativo sobre el deseado retorno de los turistas internacionales, la relaciones entre Canarias y el Estado presenta varios flancos abiertos y mantiene también significativas brechas entre los socios. El de la mencionada reforma del REF es ahora el asunto más candente y controvertido, pero ahí están otros como el convenio de carreteras, el traspaso de costas, el reparto de los fondos europeos de recuperación, o la propia gestión de una crisis migratoria que va a seguir apareciendo en oleadas en los próximos meses.

Una de las consecuencias de esta tensión de intensidades variables es el deterioro de las relaciones entre el PSOE y Nueva Canarias (NC), los dos principales socios del Ejecutivo regional y aliados también en el marco del Congreso de los Diputados, donde el diputado de la formación nacionalista, Pedro Quevedo, apoya cada vez de forma más incómoda al Gobierno de Sánchez. El conflicto del REF ha sido la gota que ha desbordado el vaso de la desconfianza y ello ha llevado al líder de NC y vicepresidente del Gobierno regional, Román Rodríguez, a solicitar a la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, una reunión urgente para revisar sus acuerdos. Aunque de momento NC se conforma con esperar al resultado de la Comisión Bilateral sobre el diferencial fiscal para el sector audiovisual en las Islas, su estrategia de ajustar sus posiciones en Madrid podría tener mayor recorrido e inquieta a los socialistas.

Los nacionalistas consideran que, además de la vulneración del REF, hay varios incumplimientos del acuerdo que llevó a Quevedo a votar la investidura de Sánchez y los Presupuestos de 2021, y empiezan a tomar posiciones de cara a la negociación de las cuentas del próximo año, cuyas líneas maestras ya está elaborando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Ella, junto a los titulares del Interior, Fernando Grande-Marlaska; de Migraciones, José Luis Escrivá; y de Turismo, Reyes Maroto, forma el elenco de ministros más controvertidos en la gestión de los asuntos canarios. El propio Sánchez sigue sin recibir al presidente de Canarias cuando hace ya dos años que Torres accedió al cargo, y sigue además pendiente esa visita a las Islas anunciada hace meses, aplazada luego indefinidamente.

Ese escenario de espadas en alto que marca el verano político, con la incógnita sobre los términos en que se desarrollará la Conferencia de Presidentes de finales de este mes en Salamanca, se produce en el marco de una inminente, según todos los indicios, crisis de Gobierno por parte de Sánchez en la que no está garantizada la continuidad de la canaria Carolina Darias, ministra de Sanidad. La socialista canaria fue señalada en su momento por el propio Gobierno regional por su escasa o nula defensa de las posiciones canarias ante Madrid. En todo caso, hay una voluntad en el inquilino de la Moncloa de dar un impulso a la legislatura y de reseteo de la misma a partir de tres elementos centrales: el indulto a los presos del procés catalán y encauzar el diálogo político en esa comunidad autónoma; lograr la inmunización del país logrando tener en septiembre a más del 70 % de la población vacunada de la covid-19; y hacer unos Presupuestos de 2022 hiperexpansivos apoyados en los fondos europeos y una recuperación económica que mantendrá el crecimiento del PIB por encima del 6,2 %.

Los planes y previsiones del Gobierno central no parece que vayan a hacer mella en la determinación de la oposición por intentar un ‘salto de pantalla’ de la legislatura en la dirección opuesta. También en este ámbito se presenta un verano de espadas en alto, una estrategia que se verá sin duda reforzada en el otoño. El PP y Vox pelean entre sí por ver quien es más duro contra Sánchez, y a la ya abierta y reiterada petición de convocatoria electoral por parte del líder popular, Pablo Casado, se suma la amenaza de una nueva moción de censura por parte del partido ultraderechista. También en el ámbito de Canarias la oposición está lanzada a una campaña de acoso político al Ejecutivo de Torres, y de crítica generalizada a lo que consideran “inacción” del Gobierno de Sánchez en las Islas.

Tanto el PP como CC ya ha protagonizado, en el Parlamento regional y en las Cortes, un curso político de denuncia permanente y radical a la gestión estatal de las crisis económica, turística y migratoria, y ahora ven en el recorte del REF el elemento para sostener la tensión durante el verano. Los nacionalistas Fernando Clavijo y Ana Oramas, en particular, se han fajado con gran dureza contra Sánchez desde sus respectivos escaños en el Senado y en el Congreso, y ahora preparan la munición para la dura batalla otoñal.b