¿En qué medida la crisis del Covid nos aleja de la convergencia con España?

Para encontrar una divergencia con la media de la renta española tan distante como la del final del año 2020 habría que remontarse a 1962. Tenemos un problema severo en la renta per cápita pero también nos hemos alejado de la media estatal en empleo y en pobreza, por lo que tenemos al menos dos problemas en Canarias: modelo de desarrollo y crecimiento demográfico.

El debate del crecimiento poblacional no es nuevo pero difícil de contener ¿no le parece?

En 20 años la población creció un 32%, casi el doble que la media estatal y siete veces más que en el País Vasco. Los datos poblacionales distorsionan las cifras macroeconómicas en riqueza, desempleo y pobreza. Los fondos europeos pueden contribuir a encauzar este problema pero nosotros nos tenemos que plantear también este tipo de cuestiones. El problema lo tenemos porque tensiona los servicios públicos y el único instrumento del que disponemos es crecer con moderación. Hay que volver a reflexionar sobre la capacidad de carga de las Islas.

¿Está satisfecho con la gestión de la Consejería de Derechos Sociales?

Es una gestión complicada porque tiene una estructura insuficiente para la tarea que tiene. Todos debemos ser autocríticos y arrimar el hombro para realizar un mayor esfuerzo. Hace falta personal y la contratación resulta más lenta que en Sanidad y Educación.

¿Pero no le da la sensación de que estamos en un bucle cuando Canarias sigue en la cola de la dependencia?

Es necesario buscar mecanismos para corregir la desigualdad. Hoy hay 20.000 familias con la prestación del IMV o la Renta Canaria de Inserción cuando hace dos años eran 7.000. Sigue siendo muy insuficiente aunque se ha hecho un esfuerzo. La responsabilidad es del área social del Gobierno pero debe ser compartida y tenemos que enfatizar la respuesta con más fondos y recursos. No podemos estar satisfechos con los resultados de las políticas sociales.

«No estamos satisfechos con los resultados de las políticas sociales»

¿Está satisfecho con la gestión de la Consejería de Derechos Sociales?

Es una gestión complicada porque tiene una estructura insuficiente para la tarea que tiene. Todos debemos ser autocríticos y arrimar el hombro para realizar un mayor esfuerzo. Hace falta personal y la contratación resulta más lenta que en Sanidad y Educación.

¿Pero no le da la sensación de que estamos en un bucle cuando Canarias sigue en la cola de la dependencia?

Es necesario buscar mecanismos para corregir la desigualdad. Hoy hay 20.000 familias con la prestación del IMV o la Renta Canaria de Inserción cuando hace dos años eran 7.000. Sigue siendo muy insuficiente aunque se ha hecho un esfuerzo. La responsabilidad es del área social del Gobierno pero debe ser compartida y tenemos que enfatizar la respuesta con más fondos y recursos. No podemos estar satisfechos con los resultados de las políticas sociales.