Militares especialistas en bases aéreas enviados por el Pentágono evaluaron durante el pasado mes de abril las posibilidades de los aeródromos marroquíes para acoger grandes despliegues de aviones, tropas y material norteamericanos, e incluso para ser lugar de aterrizaje alternativo para un transbordador espacial.

Las pruebas fueron realizadas como parte de la preparación de las maniobras conjuntas de EE UU y Marruecos African Lion 21, que comenzaron ayer y se desarrollarán en suelo marroquí hasta el 18 de junio próximo, en las que el Pentágono examina las capacidades de Marruecos como base estratégica para África.

En estos ejercicios militares, los más grandes que se llevan a cabo en el continente africano, declinó España su participación el pasado mes de noviembre, según fuentes del Estado Mayor de la Defensa por la pandemia, por motivos económicos y por tener comprometidas para misiones internacionales parte de las tropas que sería adecuado enviar. En las maniobras, que emplean a más de 7.000 efectivos, sí participan otros países europeos –Holanda, Italia y el Reino Unido– además de tropas especiales de Canadá, Túnez y Senegal.

La evaluación de las bases marroquíes que ahora se ponen a prueba fue llevada a cabo –según ha hecho público el Africom, mando del Pentágono para África– por expertos en apoyo al despliegue aéreo, apodados «Devil Riders», del 621 Contingency Response Wing y del 821 Contingency Response Support Squadron del ejército norteamericano, encuadrados en el Air Mobilty Command del Africom.

Los expertos se desplazaron por cinco bases, de las que han trascendido tres nombres: Tan Tan –a menos de 300 kilómetros de Canarias–, Iznegane y Ben Guerir. Ingenieros del Pentágono tomaron muestras del suelo de las pistas de aterrizaje, evaluaron la resistencia de las mismas, los accesos, los obstáculos y el desarrollo de los servicios e infraestructuras alrededor de las bases.

Desde la toma de posesión del nuevo presidente norteamericano, Joe Biden, el pasado 20 de enero, el Pentágono está realizando una revisión del despliegue de sus tropas y medios en todo el planeta, que ha de acabar en julio próximo, y que incluye la búsqueda de emplazamiento para una base aérea próxima al Sahel africano, sobre la cual fueron alertados los nuevos contratistas del apoyo a la base de Morón (Sevilla).

Militares de cuerpos de élite españoles sí tomaron parte en la última edición de las maniobras African Lion, en 2019. La edición de 2020, que también iba a contar con participación española, fue suspendida a causa de la pandemia. Las maniobras de este año coinciden en el tiempo con un paréntesis de calma en la crisis diplomática de Marruecos con España abierta por la posición de este país contra la apropiación marroquí del Sáhara Occidental, por la oleada de 10.000 migrantes que el vecino del sur permitió lanzarse sobre Ceuta el pasado 17 de mayo y por la entrada en secreto del líder del Polisario, Brahim Gali.

El pasado día 1, con las crisis Marruecos-España en un punto de alta temperatura, el ministro de Transportes y número dos del PSOE, José Luis Ábalos, verbalizó una de las advertencias del Gobierno de España a Marruecos. Fue en TVE, en el programa 24 Horas: “Nosotros tenemos responsabilidades sobre el espacio aéreo y marítimo del Sáhara”, dijo y añadió que España, a quien corresponde “ese control y esa vigilancia”, los desempeña “con los medios tecnológicos que podemos tener”.