Podemos afronta el próximo fin de semana el primer cambio de liderazgo de la corta historia del partido y el reto de sobreponerse a la decadencia política que ha venido sufriendo el proyecto en los dos últimos años pese a su presencia en el Gobierno central y Ejecutivos autonómicos y locales. El partido morado celebrará en Madrid el domingo su cuarta Asamblea Ciudadana Estatal, la llamada Vistalegre IV, en la que se formalizará la sucesión de su, hasta ahora, carismático y controvertido líder, Pablo Iglesias, a favor de quien ya fue su sustituta hace dos meses largos en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. Con ello se dará paso a una nueva etapa en la que, sin romper con la cultura política de la organización desde su nacimiento, sí se pretenden cambiar algunas dinámicas e inercias para tratar de relanzar el proyecto.

La de Belarra es una de las cuatro candidaturas que se presentan para hacerse con las riendas del partido, Consejo Estatal Ciudadano y secretaría general, pero nadie duda que la suya será la ganadora al estar avalada por la dirección saliente y contar de hecho con muchas de las figuras actuales de la formación. La lista que encabeza está integrada en sus primeros puestos por un elenco de mujeres con cargos en el Gobierno central o en la dirección del partido. Son los casos de Irene Montero, ministra de Igualdad; Noelia Vera, secretaria de Estado de Igualdad; o Isa Serra, portavoz de Podemos, entre otras. También cuenta la candidata con el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, o el diputado Rafael Mayoral, entre otros nombres destacados y de influencia entre militancia y simpatizantes.

La coordinadora de Podemos Canarias, Laura Fuentes, que junto a su antecesora en el cargo, Noemí Santana, está integrada en la lista de Belarra al Consejo Estatal, destaca que la nueva etapa supone «un paso al frente de una nueva generación en política, de un montón de compañeras que llevamos peleando desde el nacimiento del partido, algunas desde un segundo plano». Asegura que «es un paso muy valiente en esta época en que muchos poderes están intentando acabar con muchas de nuestras figuras públicas y generando descrédito hacia la organización» y que, con ello, «seguimos sumando nuevas caras en una continua reinvención y aportando nuevos perfiles». Considera que la marcha de Iglesias ofrece a Podemos la posibilidad de hecerse oír más y abandonar los debates personalistas. «Hay mucha gente que ama a Pablo Iglesias y otra gente que lo odia. Y ahora hay un grupo de personas menos controvertidas que hará que la gente nos escuche, nos valore y no generamos tanta animadversión», afirma. «Ha llegado otro momento. Se va un líder sin que se genere un cisma o una debacle. Nosotros no somos Cs. Las mujeres vamos a reforzar ese otro modelo de partido con el que yo me siento muy cómoda porque es mucho más sensible, mucho más feminista y más cómplice con los territorios», afirma la dirigente canaria.

Y es que Fuentes cree que la nueva etapa de Podemos supone también un reto para las organizaciones territoriales, muy condicionadas hasta ahora por el peso y perfil político de su líder, el fuerte impulso centralista de la organización, y las complejas relaciones entre la direcciones estatal y autonómicas, y que Podemos Canarias no es ajena a esta dinámica. Por ello, la formación en las Islas prepara el terreno, buscando fortalecerse y apostando por un modelo «confederal» de partido que le de más autonomía tanto en el ámbito orgánico, como en el de la acción política. Se trataría de hacer la propia transición en las Islas de la era Iglesias a la etapa Belarra, que pasaría no solo por establecer un nuevo sistema de relaciones entre la dirección regional y la estatal, sino de formalizar y profundizar en el cambio que ya se llevó a cabo en las primarias de octubre pasado, en las que Fuentes fue elegida coordinadora regional.

Fuentes y Santana, a su vez consejera de Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, son por tanto piezas con las que la nueva líder de Podemos pretende relanzar el proyecto en las Islas. Ambas dirigentes canarias se proponen mejorar la coordinación y avanzar en las relaciones con la dirección estatal respecto a la etapa anterior, en la que Podemos Canarias ha estado representada por Meri Pita y Alberto Rodríguez, ambos con un escaño en el Congreso, además de la propia Noemí Santana. El hecho de que Rodríguez, que espera juicio en el Tribunal Supremo por un presunto delito de agresión a un policía durante una manifestación en Tenerife en 2014, hubiera desempeñado en los dos últimos años el cargo de secretario de Organización del partido, no ha supuesto una relación privilegiada entre Canarias y la dirección estatal. Por su lado, Pita ha jugado en los últimos tiempos un papel a la contra en esa relación tras su enfrentamiento a Fuentes en las primarias canarias de octubre y la retirada de su candidatura pocos días antes de las votaciones tras denunciar «falta de garantías democráticas y de transparencia» en el proceso. Según Fuentes, Podemos Canarias vive en estos momentos «una etapa de paz interna en la que estamos fortaleciéndonos y creciendo».

Fuentes asegura que para garantizarse ese mayor peso territorial, Podemos Canarias y el resto de representantes autonómicos presentes en la candidatura de Belarra han negociado con ésta «una relación bidireccional» y «un modelo más diversificado» y que incluso en Canarias habrá que contemplar las «distintas realidades» entre las diferentes Islas.

Los dos objetivos concretos en relación con Canarias para este mayor peso territorial en la nueva dirección de Podemos serían la búsqueda aliados políticos para afrontar el futuro del proyecto también en el ámbito electoral, con la vista puesta en la posible competencia con la formación de Íñigo Errejón (Más País), y una mayor atención del partido a la agenda canaria tanto en el ámbito interno como desde el Gobierno central.

De hecho, Fuentes considera que Belarra ha demostrado en los dos meses largos que lleva en el Ejecutivo central la «cercanía y sensibilidad con las realidades que estamos viviendo y muy especialmente con la emergencia migratoria».