La misión de los investigadores es «servir de faros mientras vivimos y trasmitir la luz a otras generaciones». La catedrática de Historia de la Música de la Universidad de La Laguna, Rosario Álvarez, Premio Canarias de Patrimonio Histórico, representó ayer a todos los galardonados en el acto institucional del Día de Canarias. En su discurso subrayó el papel de la investigación que, a su juicio, «es como un faro que con su haz de luz ilumina la oscuridad del pasado, primero parcialmente, y luego con perseverancia va ampliando su radio de acción hasta que llega a iluminar una parcela completa o un período». Álvarez quiso destacar que este año el Premio Canarias se entregó a tres mujeres y que, por primera vez, en la modalidad de Investigación e Innovación, se le ha concedido a una persona del campo de las Humanidades y no del ámbito científico.
La portavoz de los premiados inició su intervención agradeciendo la distinción, y aseguró que este galardón ha reforzado su «firme voluntad de seguir batallando en la misma senda que nos ha conducido hasta aquí». Tras repasar la labor social y económica de quienes recibieron las diez Medallas de Oro concedidas por el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, elogió la implicación en la crisis sanitaria de colectivos como el Servicio Canario de la Salud, el Comité Científico de Emergencia Sanitaria contra la Covid-19 o Cruz Roja Canarias, así como la figura de la tenista grancanaria Carla Suárez, «cuya brillante trayectoria en este deporte hace tiempo que traspasó nuestras fronteras».
La galardonada quiso recalcar que a las tres mujeres destacadas con el Premio Canarias, además de haber sido catedráticas de la Universidad de La Laguna, «el nexo que les une es la investigación, a la que nos hemos dedicado con tesón y energía, y también con mucha pasión, pues las tres disfrutamos muchísimo con lo que hacemos». Sobre Dolores Corbella, Premio Canarias de Investigación e Innovación, señaló que ha trabajado durante toda su vida académica e investigadora en el campo de la Filología, centrándose en el análisis del léxico dialectal, siendo coautora de varios diccionarios que han profundizado en el conocimiento del habla del Archipiélago canario, tanto en su dimensión sincrónica como diacrónica, «dimensión esta última interesantísima por todo lo que puede aportar a la Historia». La Catedrática de Filología Románica ha puesto durante su carrera singular atención en el español de América y en sus relaciones con el habla canaria, así como en los préstamos que enriquecen nuestra lengua, en especial los galicismos y portuguesismos. «Las palabras con las que construimos nuestro mundo y con las que nos relacionamos no tienen secretos para ella, al ser experta en su génesis, su evolución y su trayectoria a través de los siglos y de los territorios», apuntó sobre Corbella.
Álvarez también destacó la importancia de la obra de Maribel Nazco, Premio Canarias de Bellas Artes, quien mezcla su inspiración artística con la investigación. «Se alejó del mundo conocido de la pintura de caballete para trabajar con materiales tan poco dúctiles como los metales y crear cuadros escultopictóricos o de nueva dimensión de la materia como ella los llama», explicó. El trabajo de Nazco ha sido «una experimentación constante» con nuevos materiales, solos o en collage, que van desde el plomo, el estaño o el cinc hasta el hierro, aluminio, duraluminio y latón, siempre a la búsqueda de un nuevo lenguaje artístico a través de un proceso técnico complicado, con la finalidad de arrancar de los metales aquellos colores y brillos inéditos que se encuentran atrapados en su interior y que ella extrae hábilmente tras un largo proceso de frotación y cepillado unas veces, o con soluciones químicas otras. Álvarez defendió que el resultado de esta obra «laboriosa y compleja», son «cuadros altamente atractivos, de una gran belleza, cálida o fría, que impactan en el espectador». Por último, la portavoz de los galardonados destacó que la obra de Nazco «marca un hito en la historia del arte en Canarias».
Tres vertientes de la música
Sobre su propia trayectoria apuntó su dedicación a las tres vertientes de la música: los creadores, las obras y los instrumentos. “Después de pasar muchos años tocando el piano, el órgano e investigando sobre la iconografía del complejo y vasto mundo de los instrumentos musicales del Medievo español, aterricé en las investigaciones del pasado musical de mi isla de Tenerife”, relató. Para ello, abordó una musicología aplicada y no meramente teórica. Durante su intervención, Álvarez hizo especial mención al desaparecido musicólogo grancanario Lothar Siemens, con quién escribió y publicó parte de la historia en artículos, libros y las biografías de los compositores en voces de diccionarios y emprendió el camino de la difusión del rico patrimonio musical canario.
A lo largo de su carrera profesional, Álvarez confrontó el mundo musical histórico con los creadores coetáneos de varias generaciones, quienes han mostrado su talento y su buen hacer. “Conseguimos que hoy Canarias cuente con un elenco de compositores de valía que trabajan dentro y fuera del Archipiélago”, subrayó la catedrática en Historia de la Música. Quien mostró su emoción porque “el mundo de la creación musical que conocemos actualmente es cuantitativa y cualitativamente mucho mejor” que el de los años 80 y 90. “Hemos hecho camino al andar”, concluyó la galardonada.
