Medalla de Oro de Canarias 2021 al Comité científico por la labor realizada en la pandemia. ¿Cómo reciben esta distinción?

Nos ha hecho mucha ilusión, es un reconocimiento que aceptamos de buen gusto, y estamos muy agradecidos.

¿Qué papel han jugado como científicos en la pandemia?

El papel más relevante fue sobre todo al principio, cuando nadie sabía. Ahora han surgido muchos expertos, en medios de comunicación y en las redes sociales, pero al principio había que tomar decisiones importantes, había mucho miedo, eran momentos de un cierto pánico colectivo, y ahí fueron muy útiles las reuniones, las directrices, y el dar respuestas ante los medios de comunicación. El papel del Comité entonces fue muy tranquilizador, balsámico, porque sirvió para quitar el pánico a la gente y decir que esto se iba a solucionar, explicar qué era lo que había que hacer en aquel momento, pero lanzando el mensaje de que las cosas se iban a ir solucionando y que más tarde o más temprano acabaríamos venciendo a este virus.

¿Qué ha sido lo más difícil del reto que asumieron en marzo de 2020?

Desde la comunicación sobre como estaba la pandemia en Canarias, de las diferencias y de las ventajas que teníamos nosotros; hasta el convencer al ejecutivo de la necesidad de utilizar mascarillas siempre, sin excepciones. También recuerdo como un día especialmente duro el inicio escolar, decidir si había que iniciar las clases presenciales, cómo teníamos que hacerlo... fueron momentos claves en la discusión interna. Habían reuniones que duraban cinco o seis horas, con el presidente Ángel Víctor Torres, con el vicepresidente Román Rodríguez, y los consejeros de Sanidad, Educación, Transporte... Eran reuniones con el equipo de gobierno donde se tomaban decisiones importantes y cruciales que afectaban a muchos aspectos de nuestras vidas.

¿Hubo momentos de discrepancias entre ustedes como científicos y el Gobierno?

Algunas veces, pero generalmente se nos escuchaba y se hacía bastante caso a lo que decíamos. Hay que tener en cuenta que nos reuníamos todas las semanas, y no sólo los seis expertos del Comité, sino que invitábamos a otros de organizaciones como Cruz Roja, o de otras comunidades autónomas, desde biólogos, especialistas en vacunas, en mascarillas, en restauración en colectividad... Tuvimos un apoyo importante de personas externas cuando necesitábamos recabar información u opinión de otras áreas.

¿De qué se sienten más orgullosos?

De haber contribuido, aunque sea con un pequeño grano de arena, a que la pandemia en Canarias discurriera con menos severidad que en otras comunidades, y a que la población entendiera la necesidad de cumplir las normas.

¿Qué ha aportado cada uno de los miembros del Comité a esta crisis sanitaria?

Beatriz González López-Valcárcel es economista, una persona muy pragmática, que enseguida encuentra una solución apropiada a los problemas. Tiene una visión distinta, muy expeditiva, encuentra la causa, la forma de solucionar los problemas muy rápidamente. Antonio Sierra es la experiencia, es de los pocos catedráticos en España en dos especialidades, Salud Pública y Medicina Preventiva y Microbiología, y es una voz importante en temas como la vacunación, comportamiento del virus... además de que comunica bien a la población. José Ángel García, era la voz del Servicio Canario de Salud, de qué tenía que hacer nuestro sistema y nuestros profesionales para hacer frente a las distintas adversidades que se producían, y te daba la visión hospitalaria, pero también de Atención Primaria. José Julián Isturitz era como el secretario del Comité, experto en emergencias sanitarias, aportaba una visión muy práctica de la parte organizativa, de los servicios sobre todo; y luego, era el que convocaba, hacía las actas de todas las reuniones que luego se enviaban al Gobierno. Y Conrado Domínguez, que por aquel entonces trabajaba en Transportes, nos aportaba su experiencia en el SCS, la necesaria coordinación con el resto de departamentos... nos aportaba una visión muy interesante. En lo que a mi respecta, fui el portavoz del Comité, tomaba algunas decisiones sobre ciertos aspectos de los temas a tratar, convocaba el comité cuando lo creía necesario, y fui el que di más la cara en la prensa, aunque en realidad la dimos todos.

¿Qué porcentaje de acierto creen que han tenido en las recomendaciones realizadas al Gobierno de Canarias en la gestión de la pandemia?

Habría que estudiarlo, igual me vengo arriba y digo el 90%, pero seguramente fue menos. Lo que está claro es que nunca tomamos una decisión que tuviera repercusiones negativas, si acaso, a lo mejor fuimos excesivamente prudentes. El tema de los semáforos y de los niveles en las islas se convirtió en algo que todo el mundo estaba esperando, la gente preguntaba y en realidad fue un tema que venía muy determinado por los indicadores, casi matemático, eran algoritmos y en función de esto se tomaban las decisiones.

¿Cree que el asesoramiento científico en esta pandemia ha marcado la diferencia entre comunidades?

Probablemente si. El hecho de que en Canarias se creara desde el mismo confinamiento este Comité, ha marcado la diferencia porque no había ninguna otra comunidad que lo tuviera entonces y muchas siguieron el ejemplo, al ver como pudiera haber influido en la toma de decisiones. Pero sobre todo, yo veo un liderazgo dentro del propio Gobierno, que hubiera muy buena conexión entre el presidente y el vicepresidente, que no hubiera contrarréplicas ni deslealtades dentro del Gobierno fue muy importante, incluso yo diría que la oposición se comportó de manera ejemplar comparado con otras comunidades autónomas, hubo una responsabilidad global que también influyó. Esto, en parte, fue por el Comité científico, donde no había políticos, sino expertos de distintos ámbitos y esto aumentaba la credibilidad y el respeto por las decisiones que se tomaban.

¿Considera entonces que este modelo de sumar la ciencia a la gestión política ha venido para quedarse?

Yo creo que es una pandemia que la ha producido lo que la haya producido, seguramente el comportamiento humano, pero que la ha solucionado la ciencia. Es evidente que la ciencia tiene que ayudar a la toma de decisiones en este tipo de pandemias, y que al final son los políticos los que tienen la responsabilidad pero que tienen que tomar las decisiones en base a la mejor evidencia posible.

¿Sigue activo el Comité?

Sigue activo, no se reúne con la asiduidad de antes, pero el Gobierno sigue contando con el Comité y de hecho recientemente ha habido una reunión de trabajo.

¿Cuáles son las previsiones del Comité respecto a esta pandemia tras el estado de alarma?

Es evidente que habrá que buscar medidas para disminuir la movilidad, sobre todo la nocturna, que es la más peligrosa, en la que se mueven con efectos del alcohol, y donde es mucho más difícil el determinar el comportamiento de las personas, incluso la vigilancia de las normas. Nos preocupa mucho los botellones nocturnos también, y la movilidad entre islas cuando haya alguna con incidencia elevada, y de otras partes de Europa y de España en las Islas. En la medida en que en los próximos dos o tres meses hayamos avanzado en la vacunación, y tengamos este certificado de vacunación activo, será mucho más fácil abrir la mano de la movilidad, pero teniendo en cuenta que ya hay mucha demanda turística y la habrá en los próximos meses, sería nefasto que ahora entráramos en una quinta ola y llenáramos otra vez las UCI y hubiera un repunte de defunciones. Aparte del daño sanitario, tendría un efecto muy negativo sobre la actividad turística que ya se está contratando para el invierno que viene.