El petrolero Cielo di Hanoi, que permanece fondeado en aguas del Puerto de Las Palmas como consecuencia de un brote de coronavirus con tres casos positivos, tendrá que ser desinfectado una vez finalice la cuarentena antes de volver a navegar. De momento, un tripulante se encuentra ingresado en el hospital Doctor Negrín; otros dos, aislados en un establecimiento alojativo de la capital grancanaria a la espera de nuevas pruebas diagnósticas y el resto de la tripulación, que ha dado negativo, confinada en el barco hasta la segunda PCR que descarte nuevas transmisiones. El Servicio Canario de Salud ya está analizando las muestras de los casos confirmados para determinar si se corresponden con la cepa india.

La desinfección del buque será uno de los últimos pasos de un protocolo basado en el Reglamento Sanitario Internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), normativa de aplicación incluso antes de llegar a puerto y que tanto el Cielo de Hanoi como el resto de buques procedentes de puertos internacionales deben cumplir. Así lo señala el director comercial de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan Francisco Martín, que destaca la labor del equipo de Sanidad Exterior durante esta pandemia y otras emergencias de salud pública de importancia internacional, como la epidemia de ébola en 2014.

En el despacho de entrada que deben realizar todos los buques que llegan al Puerto de Las Palmas se incluye la denominada Declaración Marítima Internacional, un documento estandarizado en el que el capitán debe hacer constar el estado de salud de la tripulación, el lugar y la fecha que embarcaron y los puertos en los que la embarcación ha recalado a lo largo de los 30 días previos a su arribada. El formulario incluye también un cuestionario donde se debe especificar si se han dado casos de enfermedades infecciosas, si ha fallecido alguien a bordo o si se ha aplicado algún tipo de medida de prevención, como el aislamiento de los afectados, entre otros aspectos que son analizados por los médicos de Sanidad Exterior.