El Mahmdi advierte de que el pasado lunes, cuando se desarrolló la concentración junto al Centro de Atención Integral, buena parte de los niños que se hallaban en la protesta tenían que haber estado en el colegio y es responsabilidad de sus padres o madres cumplir con su escolarización.

En Cruz Roja explican que “ellos son libres, pero algunos consejos que reciben no les ayudan; su proceso migratorio” se halla interrumpido y la situación “es muy tensa, están enfadados y llegan a utilizar cualquier argumento, pero el procedimiento que llevamos es el que realiza cualquier entidad” que se ocupe de la acogida.

Los responsables de la ong lamentan que nadie de quien realizó las duras y graves acusaciones el pasado lunes “ha venido a preguntarnos” sobre la labor asistencial.

Respecto a la comida que se ofrece, también descartan que sea poca o de mala calidad. Recuerdan que el cáterin que la aporta tiene varios certificados de calidad y que se elabora bajo los criterios de un nutricionista. El Mahmdi señala que se trata de “adecuar sus hábitos a que también conozcan otro tipo de comida sana y equilibrada”.

Domingo Pérez aclara que “lo que no puede ser es a la carta; puede ser que les guste o no, pero eso no significa que sea poca o mala”.

Según El Mahmdi, hay actividades, como las clases de español y alfabetización, información sobre el covid-19, así como prevención de enfermedades y uso responsable de medicinas o hábitos saludables. Además, en el CAI se imparten talleres sobre su situación administrativa, protección internacional, habilidades sociales y resolución de conflictos. La responsable del Programa de Intervención Social con Inmigrantes y Refugiados explica que la asistencia a dichas acciones es voluntaria; es decir, que va el que quiere.