El Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna, en funciones de guardia, ha ordenado el ingreso en prisión preventiva de otros cuatro migrantes en relación con los graves altercados que se produjeron el pasado martes en el campamento de acogida de Las Raíces, en el término municipal de La Laguna, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Se trata de tres ciudadanos senegaleses y un mauritano a los que se les imputa la presunta comisión de los delitos de lesiones, riña tumultuaria, desórdenes públicos y atentado a agente de la autoridad. El pasado miércoles habían pasado a disposición judicial nueve migrantes, de los que cinco de ellos ingresaron en prisión preventiva y se estaba a la espera de la situación judicial en la que iban a quedar los otros cuatro ciudadanos detenidos el martes. Este viernes, la autoridad judicial ha ordenado, igual que hiciera con los otros cinco migrantes, su ingreso en prisión preventiva.

El pasado martes se originó un violento altercado en dicho campamento que desembocó con el resultado de varias personas heridas y nueve detenidos. La riña tumultuaria se inició en el exterior del centro, después hubo lanzamiento de objetos entre el interior y el exterior, para después continuar dentro del antiguo acuartelamiento militar.

La gravedad del suceso requirió la intervención de integrantes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional una vez más, que actuó a requerimiento de los vigilantes de seguridad. Para frenar la batalla campal, dichos agentes antidisturbios llegaron a usar escopetas para el lanzamiento de pelotas de goma, a la vez que intervinieron con escudos, cascos, chalecos y otros elementos de protección. Hubo nueve detenidos y una cifra indeterminada de heridos. Algunos lesionados fueron trasladados por voluntarios a centros sanitarios, mientras que a otros los atendieron y evacuaron trabajadores de ambulancias del Servicio de Urgencias Canario.

Varios de los afectados sufrieron heridas sangrantes en varias partes del cuerpo; pero en la mayoría de los casos hubo contusiones y traumatismos en brazos, piernas, dorso o espalda. Un afectado tenía síntomas de haber sufrido la fractura de una costilla, según explicó una testigo.

Algunos magrebíes que salían del campamento mostraban numerosas fotos en las que eran visibles los golpes recibidos. Dichas personas aclaraban que esas lesiones no las causó la Policía Nacional, sino otros migrantes de origen subsahariano. Este tipo de hechos demuestra el serio problema que se registra entre ambos grupos étnicos, en función de sus diferentes culturas y falta de comunicación, ya que no todos hablan francés, árabe o wolof, por ejemplo.