La Organización de Naciones Unidas para las Migraciones, la OIM, ha elevado un 40% el recuento de muertes en la Ruta Canaria durante 2020 que manejaba hasta la fecha: si hasta final de año hablaba de una estimación mínima de unos 600, su último informe apunta ya a 850.

La OIM ha publicado un informe sobre las rutas que conducen de las costas de África Occidental hasta Canarias, que movieron hacia las islas a 23.023 personas (contando solo a los supervivientes) en travesías por el Atlántico que van desde los 100 kilómetros (de Tarfaya, Marruecos, a Fuerteventura) hasta más de 1.400 (de M’Bour, Senegal, a Tenerife).

Se trata de la segunda oleada más alta en la historia del Archipiélago, tras la de 2006 (31.678), en el apogeo de la llamada ‘crisis de los cayucos’.

Hasta diciembre, el programa de la OIM “Missing Migrants” (”Inmigrantes Desaparecidos”) calculaba en unas 600 las muertes en la Ruta Canaria en 2020, el triple que en 2019, año en el que estimaba que se habían perdido 210 vidas, y doce veces más que todas las muertes acumuladas entre 2014 y 2018 (50).

Los responsables de esta organización ya precisaban entonces que se trataba de una estimación mínima, porque reconocían que les faltaban datos sobre varios naufragios en los que probablemente habían perecido todos los ocupantes de las pateras.

Su nueva estimación de 850 muertes vuelve a hacer la misma salvedad: esa cifra “no incluye al menos cinco naufragios adicionales comunicados al programa Missing Migrants de la OIM que no se han podido confirmar”.

“Los naufragios invisibles, reportados por las ONG en contacto directo con los que iban en esas pateras o con familias que buscan a personas desaparecidas, no dejan supervivientes y no consta que se organizase ninguna operación de rescate en respuesta a la llamada de socorro de los que viajaban a bordo”, precisa.

Más de la mitad, 472, ocurrieron entre mediados de septiembre y noviembre.