El operativo de búsqueda de víctimas relacionadas con el naufragio mortal registrado en las primeras horas de la mañana del viernes en el litoral de Arico acaba sin novedades. El parte de esta desgracia humanitaria no sufrió ninguna variación en relación al informe emitido 24 horas antes, cuando Salvamento Marítimo dio por concluido el operativo que se montó ayer al amanecer: tres muertos, 42 supervivientes –entre los que había seis menores– y algunas dudas relacionadas con el número exacto de personas que viajaban en el cayuco en el momento en el que se produjo el incidente.

Los primeros en rastrear el perímetro más próximo de la ubicación del faro de la Punta de Abona, punto en el que un pescador localizó en torno a las 08:30 horas del viernes a una embarcación con un casco pintado de color blanco que se encontraba a unas 2,7 millas de la costa, fue la tripulación del helicóptero Helimer 211.

En las labores de vigilancia aérea también participó el adscrito al Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias, que sobrevoló en distintos turnos la cornisa que abarca desde los municipios de Arona a Candelaria, centrando lógicamente todos sus esfuerzos en la franja comprendida por Arico, Fasnia y Granadilla de Abona.

Refuerzo por mar y tierra

Además de los vuelos que realizaron profesionales del GES y Salvamento Marítimo, en la zona también se desplegaron los ocupantes de la Salvamar Alphereratz, que fue la misma que auxilió en un primer momento a los migrantes el viernes, y el buque Punta Salinas. También se comunicó a todos los patrones de barco que en la jornada de ayer decidieron salir a navegar que estuvieran atentos, por si durante la travesía se encontraban con alguna víctima. En un primer momento todo el operativo se concentró a unos dos kilómetros de la costa del Porís de Abona, aunque la línea fue creciendo con el objeto de medir los efectos de las corrientes marinas, que tienen un comportamiento dispar en esa vertiente de la Isla.

Una de las razones por las que ayer se retomaron las operaciones de búsqueda (es probable que se continúen realizando batidas a menor escala)  tiene que ver con una información facilitada por el colectivo Caminando Fronteras, en la que se advertía que cuatro días antes del naufragio de Arico había partido un cayuco desde la costa de Dajla (Marruecos) con destino a Canarias, con 48 migrantes. A pesar de que esa ruta generalmente acaba cerca de Gran Canaria, hay indicios de que se pudo producir una variación en la trayectoria que acabó acercando a los africanos al sur de Tenerife.

Debido a que se consiguió rescatar a 42 personas (21 hombres, 15 mujeres, 5 niños y un bebé) y se confirmaron tres fallecimientos (dos mujeres y un varón), no se quiere descartar que existan más víctimas que pudieron desaparecer entre la confusión y el dramatismo que se generó en el instante en el que la Salvamar Alphereratz se disponía a embarcar a los migrantes en su cubierta.

Manuel Cabrera, patrón del Fanny y su compañero de faena, fue el primero en alertar el viernes de este suceso y, a su vez, uno de los héroes que consiguió rescatar a siete migrantes, entre los que se encontraban las dos mujeres que fallecieron ahogadas.