El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, cifró ayer en “más de 3.000” los migrantes que “en los últimos meses” han sido trasladados a desde Canarias a la Península, y aseguró que en la actualidad permanecen en distintos centros e instalaciones en las Islas entre 6.000 y 7.000 africanos, de ellos 1.800 en hoteles que serán trasladados este mismo mes a los campamentos desplegados por el Gobierno central en las distintas islas. Escrivá dijo que no le gusta el término “derivaciones” y que lo que hace su departamento es una “gestión integral de todo el sistema de acogida” en cuyo marco es el que se ha producido la mencionada cifra de traslados a la Península “en aquellos casos que (los migrantes) no son susceptibles de ser retornados (a sus países de origen) y están en otra situación”.

“Así es como hay que planteárselo a Europa”, afirmó el ministro durante una comparecencia en la Comisión correspondiente a su ministerio en el Senado en lo que parecía un claro reconocimiento de que la UE no aprueba que desde España se facilite la salida de los migrantes de Canarias y evitar así que alcancen las ciudades europeas donde pretender llegar. Hasta ahora, desde el Ministerio de Migraciones sólo se hablada de traslados a la Península en el caso de personas vulnerables o a las que se reconocía derechos de asilo. Con todo, Escrivá mantuvo en esencia la estrategia del Ejecutivo central de no reconocer esas derivaciones, organizadas o permitidas por los ministerios de Migraciones e Interior, para no recibir reproches de la UE en este sentido y para evitar lo que consideran “efecto llamada”.

“Sabemos el número de personas que tenemos en nuestro sistema de acogida y el de hace dos o tres meses, cuando se empezaron a abrir las fronteras. Llegamos a tener a casi 11.000 en Canarias y ahora acogemos a entre 6.000 y 7.000. Desde el momento en que se ha empezado a aliviar la presión, la situación está mejorando significativamente desde los picos máximos de finales del año pasado”, afirmó el ministro.

Escrivá ha recordado que el año pasado llegaron de manera irregular a las costas canarias más de 23.000 personas, lo que provocó una situación “sobrevenida e inesperada” que llevó a Migraciones a adoptar acuerdos con complejos hoteleros cerrados por la endemia para acoger temporalmente a estas personas. “Llegamos a estar por encima de 8.000 inmigrantes en hoteles a finales de 2020. En este momento hay unos 1.800 y de aquí a final de mes serán todos trasladados a los nuevos centros. Los hoteles quedarán libres y los inmigrantes estarán en nuestros centros de acogida”, señaló. Al tiempo que se implementa el Plan Canarias, el ministro recordó que también se está trabajando para que el sistema de acogida en la Península sea “más fluido” para poder derivar a esas plazas por toda España a los inmigrantes más vulnerables.

Escrivá realizó una encendida defensa de su gestión en materia migratoria frente a los duros reproches que recibió por parte de la mayoría de grupos parlamentarios, que le reprocharon precisamente su falta de “autocrítica” sobre la crisis migratoria en Canarias y en especial por las condiciones de acogida en muchos de los campamentos habilitados por el Ministerio. Tras destacar el despliegue diplomático y de cooperación que España despliega con los países de origen, y defendió toda la política de acogida, de cooperación con las organizaciones no gubernamentales que gestionan muchos de esos centros. “Si España no tuviera las políticas preventivas en los países de origen como Marruecos, Mauritania y Senegal, ¿cuántos (migrantes) no nos llegarían?, se preguntó de forma retórica.

El ministro rechazó que el reciente informe del Defensor del Pueblo sobre la gestión migratoria del Gobierno central afecte a sus responsabilidades y competencias, y dijo que “de todos lo puntos que se mencionan” en dicho informe, en ninguno se recogen críticas hacia su Ministerio. “No he visto ninguna referencia que me haga pensar que tenemos que cambiar de una forma sustantiva nuestra política”, afirmó.

Dio a entender que la mayoría de esas crítica se refieren a aspectos competenciales del Ministerio del Interior, e incluso de otras administraciones distintas a la estatal, rechazando de forma contundente que en las instalaciones de acogida de Canarias se vulneren los derechos humanos o no se atiendan adecuadamente las necesidades de los migrantes.

“Es falso que no se dé de comer bien a los acogidos en nuestras instalaciones, que en gran medida son gestionadas por ONG”, afirmó Escrivá, quien insistió en que “tenemos los mejores estándares de acogida”. Destacó en este sentido que por primera vez se está trabajando en colaboración con la EASO, la agencia europea de asilo, que, según él, “son los mejores cualificados para decirnos lo que nos hace falta y lo que no nos hace falta”.

Clavijo: “Tintes fascistas”

Escrivá también negó las críticas que le trasladaron los portavoces de los grupos, en especial el senador de CC, Fernando Clavijo, y de ASG, Fabián Chinea, quienes le recordaron que la mayor parte de las organizaciones humanitarias que han intervenido en la ponencia del Senado sobre el fenómeno migratorio han denunciado la vulneración de los derechos humanos de los migrantes y las condiciones de acogida.

“Su comparecencia es la certificación de que la política migratoria del Gobierno de España es la de convertir a Canarias en la cárcel de la frontera sur de Europa”, le espetó Clavijo. “Llevamos meses reivindicando medidas porque están sometiendo a una presión indecente a los canarios, a un trato indigno a los migrantes por parte un gobierno que se dice progresista y que su política migratoria tiene tintes fascistas, y a una vulneración de los derechos humanos de esas personas inclusive separando a las madres de los menores y mezclando menores y adultos”, afirmó el senador de CC, quien denunció la situación del campamento Las Raíces, en Tenerife.

A este respecto, Escrivá aseguró que el campamento de la denuncias es un “asentamiento ilegal” junto al de Las Raíces en el que “quienes están creando este espectáculo son personas que han sido inducidas desde determinadas instancias y organizaciones con una reivindicación que no tiene que ver con las condiciones humanitarias de acogida, sino creando una expectativa falsa de que son personas susceptibles de que van a ser trasladadas a la Península”. “El sistema de acogida es voluntario. Los migrantes que llegan a España si no pueden ser retornados inmediatamente y un juez no lo declara así, son libres. Si algunos no quieren entrar (en las instalaciones de cogida) o son inducidos a no entrar no podemos hacer nada”, resaltó.

Para el senador Chinea, el Ejecutivo “se empeña en que las islas sean la última parada” de los inmigrantes que llegan a sus costas, a quienes “bloquean en macrocentros indignos para que no den el salto a Europa”, con lo que se genera un drama que “Canarias no puede asumir en solitario”.´

Desde el Partido Popular, la senadora Sofía Acedo acusó al ministro José Luis Escrivá de acudir al Senado “a hacer una enmienda a la totalidad”, sin asumir ninguna responsabilidad: “las llegadas irregulares de inmigrantes no cesan, pero la política migratoria del Gobierno brilla por su ausencia”, dijo.