El Ministerio del Interior mantiene las deportaciones a Senegal pese a las intensas revueltas que se viven en ese país. El presidente senegalés, Macky Sall, hizo ayer un llamamiento a la calma tras las protestas y disturbios desencadenados por la detención la semana pasada del destacado opositor Ousmane Sonko, que ha sido liberado, pero que se han saldado con entre cinco y once muertos, según las distintas versiones del gobierno y la oposición. El presidente anunció además una reducción del toque de queda en la capital, Dakar, por el coronavirus, para calmar los ánimos. El toque de queda era a las nueve de la noche y ahora será a medianoche. Sonko ha sido acusado de violación y amenazas de muerte a una mujer y cuando se dirigía al tribunal para prestar declaración mientras decenas de simpatizantes lo acompañaban en coches y a pie fue detenido por las fuerzas de seguridad por alterar el orden público, lo que desencadenó una ola de violentas protestas y saqueos. Una parte de la sociedad senegalesa, sobre todo jóvenes, ha mostrado su desacuerdo en las calles porque no creen estas denuncias contra el líder opositor, que las tendrá que demostrar ante un tribunal.

Un país en conflicto constituye una de las razones por las que las personas que llegan en pateras o cayucos a las Islas pueden pedir protección internacional y de ahí las dudas si Interior iba a suspender los vuelos. Pero la situación en Senegal se ha apaciguado y el propio Sonko ha pedido calma. El próximo sábado 13 de marzo habrá una manifestación para la defensa de la democracia, aunque las protestas ayer y de hoy se desactivaron. España tiene un convenio de devolución de migrantes con Senegal e iba a reiniciar el 24 de febrero las deportaciones, pero se pospuso, en principio, para hoy. Interior mantiene que será esta semana, en cumplimiento de su compromiso para aliviar la presión migratoria en las Islas pero prefiere no dar fechas. El Gobierno central es muy opaco a la hora de ofrecer datos sobre las deportaciones. Las ONG sí lo saben. De salir hoy, el vuelo pasará por Madrid y recogerá a migrantes en Tenerife. La Asamblea de apoyo a migrantes tenía previsto convocar una noche de vigilia en el campamento Las Raíces, en La Laguna, en contra de las devoluciones de los senegaleses, pero nos e celebró. Calculan que sea un centenar, aunque desde Interior no se dan cifras. Este será el primer vuelo de devolución de inmigrantes desde Canarias a Dakar que se organiza desde el año 2018, cuando al menos 150 senegaleses fueron trasladados a su país. Las devoluciones con Marruecos ya están activas y se retornan a unas 80 personas semanales.

Los jóvenes en Senegal están cansados por las restricciones del coronavirus y por la falta de recursos, y estas movilizaciones son una expresión de su hartazgo, cree el periodista José Naranjo, que reside allí. Las deportaciones desde las Islas pueden ser un grano de arena más para esa frustración.

Episodios de frustración

La desesperación de los migrantes acogidos en el campamento de Las Raíces y los que se hallan en el exterior del mismo va a más. Ayer, en apenas media hora, hubo dos episodios que demuestran su frustración y lucha por lo más básico. Poco antes de las 15:30 horas, en una parada de guaguas, un subsahariano abrió la puerta trasera izquierda del coche de un activista para coger algo sin permiso. El conductor le recriminó su acción y se enfadó de forma ostensible. Después, el activista habló con representantes del colectivo de subsaharianos y la situación se recondujo. Y a las 15:47 horas, hubo una pelea entre un magrebí y un subsahariano, a la que con posterioridad de sumaron otros migrantes de ambas comunidades en la zona de la acampada. El desencuentro acabó con una caseta destrozada. A pesar de que otros muchos migrantes y varios activistas se acercaron para separar a los implicados, minutos después se reactivó el altercado. En la segunda ocasión, ademas de patadas y puñetazos, también se utilizaron palos. El nerviosismo de los migrantes sigue latente.