Uno de los migrantes magrebíes que llegó al campamento de acogida de Las Raíces durante el pasado viernes manifestó ayer a El Día que en dicho recinto tanto él como sus compañeros pasaron “una mala noche”. Entre otras cosas, señaló que en la instalación “no hay calefacción”. Entre otras cosas, esta persona, que prefiere mantener su anonimato, apuntó que “hace mucho frío, sí”. Además, “cuando llueve, el agua pasa por debajo” del plástico que sirve de suelo en las carpas, explicó. Otra de las quejas de esta persona en situación irregular es que en la tienda “no hay lugar para cargar el teléfono”. Y, ante esas protestas, desde el Gobierno central no han dado información de lo que existe o no existe en las tiendas de campaña.

La Plataforma Canarias Libre de CIE y otros colectivos contra la actual política migratoria también se hicieron eco de las quejas de otros migrantes y les pusieron voz sobre lo que están viviendo en el antiguo acuartelamiento militar situado en el Camino del Rodeo Alto. “Esto no es lugar para nadie; hace muchísimo frío; es terrible, una cárcel; y nosotros somos humanos, no criminales; ¿cómo nos pueden tratar así solo por viajar?”. En los testimonios recogidos por el citado colectivo, los migrantes se preguntan: “¿dónde están nuestros derechos?” También se advierte de que no hay separación suficiente entre litera y litera. Los usuarios del campamento no están detenidos y el mismo es un centro abierto. De hecho, en la mañana de ayer, varios de los migrantes aprovecharon para caminar hasta el centro de La Laguna.

Mba Bee Nchama, portavoz del Movimiento Panafricanista, manifestó que “en España nadie está pagando, respondiendo, por estas muertes; no se están exigiendo responsabilidades penales ni políticas a nadie”. Nchama se refería a los fallecimientos en el mar y, de forma concreta, a la que se conoció como “tragedia de la playa de Tarajal”, en la ciudad autónoma de Ceuta, en febrero del año 2014, donde perdieron la vida, al menos, 14 migrantes. Ayer se cumplieron siete años de dicho episodio trágico. Nchama fue uno de los participantes en la VIII Marcha por la Dignidad, que se desarrolló a mediodía en la Plaza de La Candelaria, en el centro de Santa Cruz de Tenerife, contra las actuales políticas migratorias de la Unión Europea y del Estado.

De Arguineguín a Las Raíces

Para el representante del Movimiento Panafricanista, “esto también es violento, que no podamos decir exactamente cuántas personas” murieron en la mencionada playa ceutí; “esto también demuestra la realidad de cómo están ocurriendo las migraciones en esta zona”. Bee Nchama citó a la ONG Caminando Fronteras para expresar que “hay un gran número de personas que acaban en el mar sin identificar; sin saber qué ha pasado, sin información, sin memoria, sin derechos, sin dignidad”. “Venimos a la VIII Marcha para recordar, para poner en el centro la dignidad, las personas y esa memoria; nosotros no podemos olvidar”.

Nchama cree que Canarias está encarnando todas las imágenes negativas sobre lo que debe ser un proceso migratorio normalizado, “desde Arguineguín a los menores que siguen en espacios de personas adultas, hasta niños y niñas que han sido, nada más llegar a la costa, separados de sus madres, presumiendo que quienes dicen ser su familia no lo es, hasta los centros de plástico que se están construyendo ahora en Barranco Seco, Las Canteras o Las Raíces”. Piensa que “esta es la situación ahora; no hay derechos”, puesto que quienes “tienen pasaporte y no están detenidos, con sus billetes comprados, no pueden viajar”. A juicio de Bee Nchama, el Gobierno estatal consigue su objetivo “a través de redadas racistas que son ilegales; es decir, nos estamos saltando la Ley para poder garantizar que, efectivamente, somos todo lo violentos que queremos ser con las personas africanas que llegan”.

La razón de la dignidad

Sobre las condiciones del campamento de Las Raíces, Nchama comparte la resistencia mostrada por decenas de migrantes para descender de la primera guagua que los trasladó hasta el citado recinto. Según su criterio, “esa razón se llama dignidad; es decir, igual que la protesta protagonizada por 176 jóvenes subsaharianos que organizaron una huelga de hambre en un hotel del Puerto de la Cruz”. Según Mba Bee, “las personas no son ganado, no son animales que puedes mover de un sitio para otro; no son objetos; por tanto, esa voluntad interna, esa capacidad de decisión de las personas siempre se va a imponer de alguna manera”. Comenta que esas reivindicaciones, “pequeñas”, demuestran que “las personas se siguen reconociendo” como tales.

Acerca de las deportaciones anunciadas por el Gobierno del Estado, el representante del Movimiento Panafricanista explicó que “esta es la tónica general que viene teniendo el Gobierno; nosotros estamos totalmente en contra tanto de las devoluciones como de las deportaciones”. “Varios tribunales se han pronunciado en contra de ese tipo de prácticas, “que son ilegales, que violan los derechos de las personas”, indicó. Además, condenó que algunos países de origen estén firmando ese tipo de acuerdos, como Senegal, Gambia, Argelia, Marruecos o Mauritania. De Senegal apuntó que “su juventud está terminando en el mar; que lo único para lo que está motivado (el Gobierno de ese país) es para firmar acuerdos de devolución; es un poco penoso”.

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Un grupo de personas se manifiesta en solidaridad con los migrantes en Santa Cruz de Tenerife

Unas 70 personas se concentraron ayer en la Plaza de La Candelaria para protestar contra el tratamiento que se ofrece a las personas migrantes. Parte de los asistentes escenificaron que algunas autoridades, como el presidente del Gobierno estatal, Pedro Sánchez; el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, o el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, así como partidos como PP o VOX ni ven, ni hablan ni oyen. Y para eso se taparon los ojos, la boca y los oídos.

Durante el acto se leyó un manifiesto para recordar la tragedia de la playa de Tarajal. Una de las organizadoras explicó que ha habido “siete años de impunidad, siete años de injusticia, siete años luchando en la Marcha por la Dignidad, exigiendo responsabilidad y reparación; siete años haciendo memoria, defendiendo la vida y exigiendo derechos”. La portavoz del movimiento señaló que, tras dicho tiempo “de litigio, la situación actual no es nada esperanzadora”, pues el 27 de julio del 2020 la Audiencia Provincial de Cádiz ordenó “el sobreseimiento libre, un archivo de la causa, que señala que los guardias civiles investigados no cometieron delito alguno; por tanto, los absuelve sin juicio”. No obstante, sigue pendiente de resolverse el recurso contra dicha decisión, que se ha de resolver en el Tribunal Supremo.

Planteó que “este 2020 nos deja unos datos espeluznantes, a causa del endurecimiento del control fronterizo y de las políticas de muerte de la Europa fortaleza”. Indicó que, cada vez, son más las personas que pierden la vida intentando llegar a nuestro territorio. También mencionó a la ONG Caminando Fronteras para expresar que, “aunque se contabilizan 2.170 muertes en las rutas de acceso al estado Español, se estima que el 95% de las víctimas desaparece en el mar, sin que sus cuerpos sean recuperados”. En el texto leído se afirmó que, “si no hemos sido capaces de salvar sus vidas, deberíamos responsabilizarnos, al menos, de sus muertes”.

Lamentó que, en su lugar, “seguimos perpetuando toda una maquinaria política que financia la lucha contra la inmigración irregular”. Los promotores del acto denunciaron que, bajo el mandato del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, las partidas para las guardias costeras y la policía fronteriza de países como Marruecos, Mauritania y Senegal, entre otros, se ha triplicado”. La portavoz se preguntó qué pasaría si todos esos recursos se destinaran a “acoger en vez de a rechazar”. Y criticó que la presión fronteriza no ha hecho sino desviar los flujos a rutas marítimas más mortíferas, como la de Canarias, “que es más complicada, cara y arriesgada”.